Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.

En el Partido Nacional (PN) continúa una pulseada entre Álvaro Delgado y Javier García por la presidencia del directorio, que en primera instancia se mezcló con la disputa por representar a esa fuerza política en la negociación con el Frente Amplio (FA) por cargos en el próximo período de gobierno. A mediano y largo plazo, la cuestión no es el liderazgo partidario, que está sin duda en manos de Luis Lacalle Pou, sino un debate sobre la forma en que hay que actuar como oposición al gobierno electo frenteamplista.

Ese debate tiene mucho que ver con otro, sobre las causas de la derrota electoral, que en el PN se prefiere realizar después de las elecciones departamentales de mayo para no complicarlas. De todos modos, ya hay posiciones planteadas en voz alta, y es notorio que en varias corrientes partidarias se considera que la campaña encabezada por Delgado fue “tibia”, que era necesario un talante más polarizador y agresivo en la contienda con el FA, y que del mismo modo hay que desarrollar la futura actividad opositora.

Este argumento estuvo presente en la reunión anual del alicaído herrerismo, en la que el expresidente Luis Lacalle Herrera sostuvo que en el mundo actual hay una “disputa entre el socialismo y la libertad”, que el gobierno presidido por Yamandú Orsi representará las ideas “del marxismo” y que será preciso “defender el concepto de la libertad”, “del lado de las ideas del Occidente cristiano” y por “la patria, la familia y el individuo”.

“Vamos a ser duros en la defensa de lo que hemos conquistado como blancos y como herreristas en este período”, dijo el único senador electo por el sector, Luis Alberto Heber. Se plantearon posiciones muy similares al día siguiente en un encuentro de Alianza País, el sublema encabezado por García que fue el más votado del PN en las elecciones de octubre.

García calificó de “amenazas a las libertades” las intenciones frenteamplistas de “volver al gobierno de los sindicatos de la educación” y “a la obligación de la inclusión financiera”. En la misma línea, el senador electo Sebastián da Silva enfatizó que, “cuando vengan las nubes que amenazan ir contra las libertades”, habrá que defender “el legado de Lacalle Pou”, “dando la pelea en una esquina, en una plaza, en una red social”, y que el “sacramento” de su sector será “la resistencia a este FA [...] con acción, propuestas y movilización”.

Es el mismo Da Silva que en 2020 se alarmó porque un cuplé de la murga Metele que Son Pasteles llamaba a “dar pelea” en calles y plazas para “resistir” los proyectos del gobierno electo de Lacalle Pou y defender lo que se había logrado durante los gobiernos previos.

El senador electo alegó que “no hay soberbia más grande que la de los que piensan que por 100.000 votos más son los dueños del Uruguay”, refiriéndose a la diferencia de votos que le dio la victoria en el balotaje a Orsi. Cabe recordar que la ventaja de Lacalle Pou en la segunda vuelta de 2019 fue 37.042 votos, pero lo más importante desde el punto de vista político es que Orsi no ganó con una propuesta dura de confrontación y que un partido político no debería comportarse como una murga.

Hasta mañana.