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Resultados
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Peñarol le ganó a Nacional el clásico del fútbol femenino
Con gol de Lourdes Viana, de penal a los 47 minutos de juego, Peñarol le ganó a Nacional 1-0 en el clásico del fútbol femenino que se jugó en el estadio Obdulio Varela. Con la victoria, las carboneras alcanzaron la cima del Clausura y la Tabla Anual, importante para definir la temporada del Campeonato Uruguayo que ya tiene a Colón esperando, porque las de Brazo Oriental son las campeonas del Torneo Apertura.
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Fénix venció 2-1 a Atenas y sigue con chances de zafar del descenso
Fénix merecía algo así. Hace varias fechas viene condenado a una agonía que lo tiene a maltraer. Una agonía que se estira, pero que aún lo tiene luchando y dando dura batalla. Ganar en la hora se disfruta el doble, pero cuando estás con la soga al cuello y al borde de caer, no te podés marear. Esta vez fue así, un golazo de Leonardo Fernández, con un bombazo tremendo, le dio una vida más a los capurrenses. Ahora queda esperar resultados y seguir jugando finales. Quedan dos.
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Por segunda vez, 200 escolares se reunieron en un congreso por una educación inclusiva
Tras una mañana de trabajo, un grupo de niños elaboró una maqueta con lo que sería su escuela ideal. La maqueta era sobre un círculo; la escuela estaba en el centro y tenía rampas. Alrededor había casas, calles, cines, quioscos, semáforos, el hospital, fábricas, y una de las integrantes del equipo aclaró que pusieron cosas que les parecía que hoy faltaban alrededor de la escuela: heladerías, juegos, una placita y “una papelería gratis”. Con la muestra de ese trabajo, entre otros, cerró ayer el segundo Congreso de Niños y Niñas por una Educación Inclusiva, que reunió a unos 230 niños de escuelas de todo el país en el Centro de Desarrollo Local del Parque Rivera, en Montevideo.
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Con el corazón: se juega el clásico entre Nacional y Peñarol en el Centenario
“Uno abre la puerta y sale a la calle con un infierno escarbándole las entrañas. Afuera, la siesta del domingo transcurre silenciosa y quieta, como si no pasara nada. Y no pasa nada, hermano, no pasa nada. Si después de todo, es apenas un partido más. Un partido más entre los miles de partidos que han jugado los clásicos equipos rosarinos. ¿O acaso uno piensa o alguien se acuerda de cómo salieron en el primer partido del año 75? ¿O en el segundo? Ni uno mismo lo sabe. Ni se acuerda. Son emociones momentáneas, pasajeras. Intensas pero fugaces. Un dolor profundo, una alegría enceguecedora pero que al día siguiente ya se va, desaparece sin dejar huellas físicas visibles, como la varicela. Seguro que no hay casi nadie en la cancha. Casi vacío el Parque. Mañana dirá el diario que el partido concitó poco público. Que la campaña irregular de los sempiternos rivales, la promesa de un mal partido y la amenaza de un nuevo empate alejó a las parcialidades, por supuesto. No tiene importancia el partido. Si se pierde, habrá un chisporroteo urticante durante un rato, alguna cargada extemporánea, una mirada sobradora, pero nada más. Nada más. Pero será un empate. Quedan 45 minutos apenas, si es que ya ha empezado el segundo tiempo. 45 minutos. Pero ¿cómo es posible que tarden tanto en pasar 45 minutos? ¿Cómo puede ser que se transformen en una eternidad inacabable? La cosa es no mirar el reloj. No mirarlo nunca”.
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Dos ilustrados dos
Yovoy, el flamante título que acaba de presentar Juan Manuel Díaz, el último día de la 41ª Feria Internacional del Libro, igual que su protagonista, ha tenido su propia travesía. Ampliación de El viaje, con el que el autor ganó el gran premio en la primera entrega del Premio Nacional de Ilustración que entrega el Ministerio de Educación y Cultura, en 2014, se publicó en Santiago de Chile este año, por el sello editorial Recrea, y se podrá conseguir en breve en Libruras (Ana Monterroso de Lavalleja 2056) y Libros del Parque (Constituyente 2046).
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El regreso de Jack Ryan: la más popular creación de Tom Clancy vuelve al mundo audiovisual
Uno pensaría que un analista de la CIA, cotidianamente sentado detrás de un escritorio y mirando un monitor, no sería la primera elección –sea del autor, lector o espectador– para protagonizar una saga de thrillers políticos. Sin embargo, con una saga de 20 novelas, cinco adaptaciones cinematográficas y la reciente serie de televisión de Amazon, no cabe duda de que Jack Ryan escapa al prejuicio –incluso al que lo cataloga rápido de “mala literatura”– y se consagra como uno de los personajes más emblemáticos de la cultura popular estadounidense del siglo XX. En el presente siglo, sin embargo, no le ha ido tan bien, quizá por cómo ha cambiado el mundo. Pero no nos apresuremos.
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La serie American Vandal afianza la fórmula exitosa con un caso completamente distinto
A finales de los años 80, la mayoría de nuestra relación con el crimen a través de la televisión era con series como Matlock, que semana a semana nos contaba acerca de algún homicidio y su principal sospechoso, casi siempre un inocente injustamente acusado. Durante 44 minutos más tandas, el propietario del traje gris más famoso del mundo (lo siento, Sabina) encabezaba una investigación que terminaba absolviendo a su cliente.
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La plaza Matriz se llenará de juegos y rondas tomando como puntapié un corto documental de los años 60
En ocho minutos y medio de filmación al aire libre quedó registrado un grupo de niños jugando en la Ciudad Vieja, cerca de la escollera, y en el patio de una escuela pública del Cerro, pero también los vecinos que pasan haciendo mandados, la rambla en el horizonte, el movimiento natural de la ciudad. Entre 1965 y 1966, bajo el asesoramiento del musicólogo Lauro Ayestarán, Mario Handler y Eugenio Hintz, cámara al hombro en varias escenas, filman cinco formas del folcore infantil: el rango, la rayuela, San Severín del monte o Los oficios, La farolera y Andelito de Oro.
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Al borde del abismo. Con la escritora argentina Samanta Schweblin
La potencia narrativa de Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978) engendra exquisitos acontecimientos literarios que sorprenden por sí mismos. Con una condensación extrema del lenguaje, y una mirada extrañada que registra las fisuras desde adentro, sus personajes surgen de pronto, como si el pasado no existiera por sí mismo sino sólo como una distorsión del presente. Entre la multiplicidad de vínculos mediados por la tensión, la soledad o la violencia, estas criaturas nunca logran acceder a la comunicación y se limitan, involuntariamente, a reproducir diálogos sordos que acrecientan la confusión y el desasosiego.
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No parecerse a nadie
Marcelo y Marcelo son amigos hace un montón de años. Se conocieron adentro de una cancha y casi a la vez dieron el paso más allá de la línea de cal. El Chelo Broli lo tenía definido años antes de dejar de jugar; el Chelo Méndez lo definió sobre el pucho de la carrera. Broli lo convidó con la experiencia cuando dirigía las juveniles de Fénix. De un día para el otro, Marcelo Méndez se encontró con el “desafío de tener veinticinco muchachos mirándote que te están midiendo desde el arranque”, y por suerte su amigo, Marcelo Broli, estaba ahí. Hoy Marcelo y Marcelo dirigen Progreso.
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¿De qué sirve lo olímpico?
1) ¿De qué sirve lo olímpico cuando se acaban unos Juegos Olímpicos?
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Comienza la cuarta fecha de la Liga Uruguaya de Básquetbol
Con tres partidos, esta noche comenzará una nueva jornada de la Liga Uruguaya de Básquetbol (LUB). Por la cuarta fecha, hoy jugará uno de los punteros e invictos, Defensor Sporting, mientras que el otro, Nacional, lo hará mañana. Esta etapa, además de lo que está en juego, servirá de previa para lo que suceda entre lunes y miércoles: la llave de la Liga Sudamericana de Básquetbol que se jugará en Montevideo y en la que se enfrentarán Goes, Welcome, Flamengo (Brasil) y Libertad Sunchales (Argentina). En esos días no habrá actividad por la LUB; se retomará el jueves 25.
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Frente Líber Seregni oficializó su apoyo a Martínez
“Lo que se necesita es renovación”. No lo dijo un dirigente del Frente Amplio (FA), sino una señora que pasaba ayer por la sede de Asamblea Uruguay (AU) mientras los periodistas esperábamos una conferencia de prensa de dirigentes del Frente Líber Seregni (FLS) y el precandidato Daniel Martínez, intendente de Montevideo. El encuentro de ayer fue el primero entre la subcoalición y Martínez después de que esta anunció que lo apoyará en las internas del FA. Participaron representantes de los tres sectores que forman el FLS: AU, Alianza Progresista y el Nuevo Espacio, pero el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, habló en nombre de todos. Explicó que en la reunión no se habló de temas específicos, sino que “se trataron conceptos muy generales sobre la importancia de las tareas que tenemos por delante”. “Lo importante es tener una señal de apoyo, una suerte de símbolo, de emblema, del comienzo del trabajo conjunto”, opinó.
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Del fútbol criollo: Reseña de “El equipo soñado. 20 goles de perfil”
En los años 40, los hermanos Magariños Pittaluga celebraban el “fútbol heroico” que fue la base del estilo de juego rioplatense; un fútbol que se practicaba en los baldíos con pelotas de trapo, de goma o de papel. A fuerza de contar la historia del “fóbal” criollo, de cómo las muchachadas montevideanas se apropiaron del deporte de “los ingleses locos” de Punta Carretas, los hermanos Magariños Pittaluga inauguraron un imaginario y una tradición. El equipo soñado. 20 goles de perfil, una antología de crónicas de fútbol seleccionadas y prologadas por Roberto López Belloso, es una excelente celebración del imaginario futbolero criollo que se fue construyendo discursivamente a lo largo del siglo XX. Las crónicas atraviesan un arco temporal de más de 80 años: desde un reportaje de Giselda Welker para la revista Rush a mediados de los años 30 hasta un texto de Sebastián Chittadini que había sido concebido como una entrada de blog. El género que elige el antólogo es el perfil, una elección que privilegia la textura narrativa a la inmediatez de la primicia deportiva. El otro criterio de selección es que los cronistas sean uruguayos o estén radicados en Uruguay, más allá de que algunos de los perfilados sean futbolistas extranjeros.
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Remedios que matan
En un partido del barrio, de la liga Guruyú, lo bautizó Caramelo una flaca colgada del alambrado. Le gritó por el rombo del tejido: