Escrita y dirigida por Jorge Esmoris, Una noche en el tablado nos abre la ventana hacia un carnaval irreverente, distinto, con el humor característico que su autor cultivó durante tanto tiempo con su Antimurga BCG. Rescatando la más pura esencia de la fiesta, con mascaritas, cabezudos y disfraces que transitan sobre el escenario, y desafiando también a las tradiciones de los carnavales de ayer y hoy, la obra nos lleva del absurdo a la reflexión.
Nos olvidamos de que estamos en un teatro para ubicarnos en el Tablado de las Maravillas, en el que el propio Esmoris es el presentador, hilvanando con su estilo único el devenir de las escenas, acompañado por Néstor Guzzini, en un formidable papel como asistente.
Los mártires de la alegría, el hombre araña, un bingo que nunca se termina de largar, el joven maravilla, entre otros personajes y momentos, van construyendo una noche de risas y disfrute, en el marco de una puesta en escena de gran despliegue.
Más de 20 artistas conforman el elenco, sumado a la banda musical y los actores/cantores. Entre tango, zarzuela, folclore, candombe y murga, el show -que se autodefine como “de un tiempo que no fue”- es también un viaje sonoro por el paisaje musical de Montevideo.
El espectáculo termina en la calle, con tambores que salen a la vereda y van hasta la esquina, mientras la gente baila y saluda a los protagonistas de la obra. Carnaval, ni más ni menos.
Una noche en el tablado presenta sus últimas funciones en la sala Nelly Goitiño del Sodre viernes, sábado y domingo a las 21.00, con un precio único de $ 900.