La suspensión del sábado por lluvias determinó que la séptima etapa de la tercera rueda pasara a ser la última en orden cronológico. Será entonces este martes el turno de Los Muchachos de cerrar el Carnaval en materia de Concurso Oficial: actuarán a última hora en el Teatro de Verano, donde se hará presente Moria Casán.
Los parodistas de la familia Yern llegan con gran expectativa a esta Liguilla, de la mano de un gran espectáculo como es ¡Qué orgullo!. Son serios candidatos, junto a Zíngaros, para obtener el primer premio de la categoría.
Tabaré Martínez es uno de los componentes con más años en el conjunto, en el que ha asumido distintos roles. Pasó a ser un jugador de toda la cancha tanto arriba como abajo del escenario.
De cómo se vive la interna en Los Muchachos, el desafío de las historias encaradas este año y su sentir sobre el momento de la categoría, Martínez habló con la diaria, porque, aunque ya empezó la escuela, todavía es carnaval.
Es poco común que un componente permanezca tantos años en el mismo conjunto. ¿Cómo se dio en tu caso para afianzarte en Los Muchachos?
Era inimaginable cuando arrancó esta locura por allá por 2013, cuando me llamó el Velita para poder salir. Es un lugar donde desde el primer día me sentí muy cómodo. Tengo grandes amigos a los que conocí en el conjunto, y obviamente que año a año, al pasar a ser de los más “viejos” por la permanencia –aunque ahora, con tanta juventud en el grupo, también por edad–, es un orgullo seguir acá. Fue totalmente impensado estar tantos años en un conjunto tan grande y con tanta rotación de componentes.
Siempre tuve una muy buena relación con los técnicos y con los dueños. Con nuestras diferencias, obviamente, pero ya conociéndonos, forjando una amistad familiar, viéndonos todo el año. Nuestros hijos crecieron y son amigos. Realmente es un placer, y mi rol también pasó a ser un poco el que aguanta el mostrador. Un poco de capitán, haciendo sentir cómodos a los nuevos, aclarando dudas o consultas en la cortita, que a veces le hacen a uno por no preguntar más arriba.
¿Cómo se transitó el desarrollo artístico, tanto en lo individual como en lo colectivo? Por acá pasaron muchas figuras importantes…
Sí, han pasado muchas figuras por el conjunto. Salir con algunas de ellas era un sueño de chiquito, como Luis Carballo, como Pendota Meneses, que era un ídolo para mí y pudimos compartir un año. Esas experiencias son hermosas. Y otras figuras también como el Ruso González, Lucía Rodríguez, Cucuzú Brilka… De todos se aprende, se los mira y admira. Siempre te dejan una cosita. Uno también va creciendo. Depende de las parodias, de la temática, del plantel que se arme, pero es un conjunto grande que te da siempre la posibilidad de compartir con personas importantes tanto arriba del escenario como abajo.
Hoy pasaron a ser uno de los conjuntos de mayor popularidad en el Carnaval. ¿De qué manera se maneja eso y cómo fue el proceso?
Los Muchachos es un conjunto relativamente nuevo. El año que viene cumple 15 años, nació en 2010. Como todo, de a poquito se fue construyendo la hinchada. Y también es una realidad que cuando uno gana, siempre hay más gente que cuando uno pierde. Es un proceso lindo ver cómo crece. Estamos cerca de los 50.000 seguidores en Instagram [es la cuenta de una agrupación de carnaval más popular detrás de la de Agarrate Catalina]. El conjunto llena el Teatro de Verano solo, como pasó en 2014, cuando se había suspendido por lluvia. Es una locura. Pero sin olvidarse de cuando pasaron las feas, como en 2013, cuando quedamos afuera de la Liguilla y éramos diez personas en el club, ver las mismas caras de siempre. Obvio que ver hinchada y gente que te apoya es hermoso, aunque a veces es necesario hacer ensayos a puertas cerradas para poder avanzar. Es un grupo que busca también los momentos de intimidad para los componentes.
Últimamente tomaron determinado camino para la elección de las parodias, este año la vida de Freddie Mercury y la historia de la comunidad LGBTQ+ en Uruguay. ¿Por qué?
De 2020 hacia acá creo que el conjunto trató de acoplarse a la competencia sin dejar de ser fiel a nuestro estilo o a lo que pensamos que es lo mejor. Se trata de dejar un mensaje, pero no forzado, no un golpe bajo, que la propia parodia te lleve a esos momentos. En estos diez años que hace que estoy en Los Muchachos, nadie tiene la fórmula o el librito. A nivel de concurso, nunca se sabe qué pueda pasar, pero sí puede pasar que antes de hacer un balance y del diario del lunes estés orgulloso del espectáculo y del mensaje que estás trasladando.
¿Algunas repercusiones que los hayan marcado?
A nosotros nos pasó este año en particular que un montón de gente desconocida nos cruzaba en los tablados o nos mandaba mensajes para hablarnos del tema, de las historias de sus hijos e hijas. La repercusión es infinita, sin exagerar. En un escenario le pasó a Fabrizio Silvera [intérprete de Freddie Mercury] que un señor grande se le acercó y le comentó, con los ojos llorosos, que había estado en el último recital de Queen. Por otro lado, Fernando Frontán, al que nombramos en la segunda parodia [LGTBQ+], nos acompañó todo el carnaval, nos mandó audios, publicó cosas hermosas y nos va a ir a ver a la Liguilla. También nos pegó una historia de una familia que nos contó que su hijo desde chico les dijo que no se sentía mujer, y están en el proceso de cambio de nombre y demás, apoyándolo. El espectáculo los emocionó mucho y les abrió otras puertas, según ellos. Por más que estamos en 2024, estos temas sigan sin tocarse o sin mencionarse en muchas circunstancias. No hay nada más grande que llegar al corazón de la gente a través del espectáculo.
¿Hay recambio en el parodismo, donde siempre se cuestionó en cierto modo que las figuras eran las mismas por muchos años? ¿Cómo ves el presente de la categoría?
Yo creo que este año fue muy bueno para los parodistas, y además los conjuntos encontraron una renovación. Jóvenes que van apareciendo, y ya no es como era antes quizás, que tenías que estar tres años en un conjunto para tener una canción o mostrarte actoralmente. Hoy aparecen y ya van a la pista de primera. En nuestro caso, por ejemplo, tenemos a Ihara Burgos, que es su primer carnaval y tiene una voz espectacular.
La categoría va por buen camino, pero me gustaría que hubiera más conjuntos. Ojalá vuelvan Nazarenos y Aristophanes, y aparezcan conjuntos nuevos. No es una categoría fácil en ese sentido, pero veo que hay futuro y hay con qué.