“Investigadores de las facultades de Química, Ciencias y Medicina de la Universidad de la República, en conjunto con investigadores del Institut Pasteur de Montevideo, desarrollaron y validaron un test serológico nacional gracias al apoyo de ANII. En el proyecto también participa la empresa ATGen que producirá los kits para poner a disposición del Ministerio de Salud Pública” rezaba el comunicado invitando a la conferencia que tendría lugar a las 11 de la mañana en el Paraninfo de la Universidad de la República (Udelar).
En la presentación de los kits de test serológicos, que recibieron un apoyo de $ 8 millones por parte de la ANII y el BID y que implicaron el trabajo de 46 investigadores de la Udelar y del Institut Pasteur, participaron el Ministro de Salud, Daniel Salinas, el Rector de la Udelar, Rodrigo Arim, el presidente de la ANII, Flavio Caiafa, los investigadores Gualberto González y Otto Pritsch de la Facultad de Química y el Institut Pasteur, y Andrés Abin de la empresa biotecnológica ATGen.
¿Por qué son importantes los test serológicos?
Como bien explicó Gualberto González, de la Facultad de Química, los hisopados y el posterior diagnóstico por PCR “nos dan una imagen y nos permiten decir si la persona está infectada, si está cursando la infección”. Pero eso se da sólo en un “periodo ventana de detección de unas dos semanas”. Luego las personas se recuperan y dejan de dar positivos. “Ahí es donde aparece la serología, porque los pacientes que tienen la enfermedad generan anticuerpos que tienden a permanecer en el tiempo y son un marcador de que esa persona cursó la infección” explicó González.
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A los 7 o 10 días de que aparecen los síntomas, los anticuerpos que genera el sistema inmune de la persona infectada que está combatiendo al patógeno comienzan a poder ser detectados en la sangre. “Un test serológico lo que mide son los anticuerpos que el sistema inmune de los pacientes producen contra componentes del virus” explicó González. Esos anticuerpos “tienen una función de protección para los individuos que los desarrollan” porque “se unen fuertemente a la superficie del virus e impiden de esta forma que el virus pueda infectar nuevas células o promueven su destrucción” añadió.
Los tests desarrollados por nuestros investigadores se conocen como pruebas ELISA. “La prueba ELISA se basa en disponer de antígenos virales, es decir, proteínas provenientes del virus” explica Otto Pritsch. Esas proteínas se pegan al fondo de una placa que contiene una centena de pocillos. En cada uno de ellos se coloca el suero obtenido de un paciente tras una extracción de sangre. “El suero, si la persona estuvo infectada, contiene anticuerpos específicos para las proteínas virales que quedan pegado al antígeno. Después viene un anticuerpo secundario que reconoce si quedó un anticuerpo pegado. Si hay un anticuerpo pegado implica que es un anticuerpo específico contra el antígeno, lo que quiere decir que ese individuo reconoció al virus en determinado momento y generó una respuesta de anticuerpos contra él” se explaya Pritsch.
¿De qué manera estos test nos ayudan en el combate a la Covid 19? En primer lugar, señala González, dado que por cada caso detectado hay entre 5 y 10 asintomáticos, “los test serológicos pueden ayudar a revelar esa fase oscura de transmisión”, es decir los contagios que se dan a través de casos asintomáticos. González también señaló que estos test tienen “un importante rol en el manejo y definición de los focos. Cuando aparece un foco y la gente que controla el foco empieza a mirar hacia atrás, de dónde vino, llega un punto en que las personas que estuvieron infectadas y las que trajeron la infección dejan de ser positivos al test de hisopado porque pasó la ventana en la cual es positivo. Pero si siguen teniendo anticuerpos, eso va a permitir definir mucho mejor los focos de la epidemia”.
Dado que en nuestro país los casos actuales no son demasiados, Gualberto señaló que tal vez los test deban comenzar a aplicarse a poblaciones de riesgo, como el personal de la salud, escuelas, o lugares de trabajo. Pero además hay otro rol importante para estos nuevos test que hoy dispone el país: “van a ser muy importantes en la medida que empiecen a aparecer las vacunas, para monitorear cómo se va desarrollando la inmunidad en la población y ir viendo la respuesta de anticuerpos” afirmó el investigador. “Van a ser vacunas que van a salir con autorizaciones de emergencia, entonces va a ser importante que a nivel local tengamos la posibilidad de monitorear qué es lo que estas vacunas están haciendo, qué protecciones están consiguiendo en la población” sentenció.
Al respecto del uso, el ministro de Salud, Daniel Salinas, sostuvo que “cuál va a ser el uso más fructífero que se le va a dar a este test” es algo que estudiarán con los asesores del ministerio. “Sabemos que este test es sumamente sólido, está registrado ante la FDA [Food and Drug Administration de Estados Unidos], y tiene un 97% de especificidad. Realmente tiene una altísima confiabilidad” remarcó al tiempo que congratuló a todos los representados por los allí presentes “por otro avance más que va a tener su aplicación” y se manifestó “muy conforme de recibir estos test para 200 mil determinaciones para aplicar en la lucha contra esta pandemia”.
No es magia
El rector de la Udelar, Rodrigo Arim, dijo que “si bien los protagonistas aquí son los equipos de investigadores que han desarrollado este test” le gustaría “hacer algunos señalamientos”.
“En primer lugar nuevamente la academia uruguaya, la comunidad universitaria, está poniendo a disposición del país una herramienta para afrontar la crisis sanitaria, una herramienta más dentro de un conjunto de instrumentos que desde la Universidad de la República, desde el instituto Pasteur, desde Clemente Estable y desde otras instituciones de investigación, hemos venido trabajando y desarrollando antes inclusive de que aparecieran los primeros casos de COVID 19 en Uruguay” fue su primer punto.
En segundo comentario aclaró, “es que esto no es ni una casualidad ni es una construcción espontánea, es producto de una acumulación institucional y académica que tiene que ver con decisiones que fuimos tomando la Universidad de la República, el instituto Pasteur y el país en general, en términos de asignar recursos y crear condiciones para el desarrollo de ciencia de calidad, en este caso ciencia de calidad internacional, aplicada a responder a una situación particular y coyuntural extremadamente urgente”.
Para el rector, esa acumulación institucional “implica creación de cargos, de oportunidades para investigadores jóvenes y no tan jóvenes, la construcción de equipos científicos, la construcción de una infraestructura compartida entre distintas instituciones y equipos que hoy permiten dar este tipo de respuestas”. Tras enumerar algunas de las tantas repuestas aportadas por la academia y la comunidad científica, señaló que “eso se construye con decisiones largas, con horizontes que no pueden estar mirando el retorno inmediato, ni en la arena de lo político ni en la arena tampoco de las discusiones internas que son propias de la vidas institucionales, de la Universidad, del Pasteur o de cualquier otra institución”.
También remarcó la importancia de los acuerdos interinstitucionales. “En esta mesa estamos sentados la Udelar y el Institut Pasteur como actores universitarios y académicos, el sector privado con al empresa ATGen, que constituye además un spin-off de la propia Facultad de Ciencias, el ministro de Salud Pública con quien hemos compartido incontables conferencias, lo que creo es un indicador más de las apuestas y los vínculos institucionales, y el presidente de la ANII, en tanto agencia responsable de impulsar procesos de articulación entre el sector académico y la producción”. Enfatizó que “ni la Udelar ni el Institut Pasteur tienen vocación de producir a escala, pero construir mecanismos de transferencia tecnológica que disponibilicen en el país instrumentos como estos sets test serológicos es absolutamente clave. Y para eso se requiere también de políticas públicas estables, específicas, de largo aliento, que vayan construyendo capacidades y nos permitan afrontar mejor estas circunstancias pero también la venideras”.
Por todo ello, concluyó que “invertir en ciencia y tecnología, invertir en educación superior, es también sentar las bases para el desarrollo futuro de la sociedad. Y eso requiere densidad institucional”. Al final de la conferencia, volvió sobre esta idea cuando un periodista preguntó en concreto cuánto habían costado los kits serológicos que estaban presentando.
Otto Pritsch señaló que “la financiación de ANII fue de 8 millones de pesos con la meta de terminar produciendo 50.000 determinaciones como resultado concreto”. Pero el asunto es que la cifra no explica toda la realidad. Así que Arim pidió nuevamente la palabra.
“Creo que a acá una de las enormes virtudes es que hay fondos, fondos BID, fondos Convergencia del Mercosur, fondos de la ANII, que funcionan como catalizadores de recursos invertidos. Pero hay un enorme costo que no es explícito en la cuenta que estamos haciendo hoy que tiene que ver con el trabajo de los investigadores, tanto del Instituto Pasteur como de la UdelaR, muchos de ellos en régimen de dedicación exclusiva, que aportaron conocimiento y la posibilidad de que esos recursos que hoy estas agencias están colocando se transformen en resultados”. Lo que dice es claro: sin una comunidad académica robusta, sin científicos y científicas insertados laboralmente en distintas instituciones, sin una apuesta por la formación de investigadores que luego serán los que podrán convertir 8 millones de pesos en 50.000 test serológicos, es imposible hacer nada.
“Por eso vuelvo a decir lo del principio: esto no es magia. Esto tiene que ver con la posibilidad de que recursos invertidos en este momento catalicen los esfuerzos y la acumulación previa institucional, pero sobre todo de estos 50 investigadores que están trabajando en ambas instituciones y en distintas facultades de la universidad de la república también. Todo ello funciona como un complemento muy importante sobre una base que ya estaba construida previamente” dijo Arim. Andrés Abin de ATGen lo respalda: “si una hace la cuenta de lo que saldría comparar los kits que se fabricaron, le da que le salieron más baratos al estado, aún con el desarrollo incluido. Eso se explica porque hay muchos costos que ya están asumiendo tanto la Udelar como el Pasteur como ATGen. Eso es lo que hace que la ecuación sea 100% beneficiosa a nivel nacional”.