María Antonia Grompone nació en Montevideo el 3 de mayo de 1943. Sus padres fueron María Angélica Carbonell y Antonio Grompone. Su padre, abogado, escritor y educador, fue una figura clave en la educación nacional. Entre sus aportes se destacan el haber sido el promotor de la fundación del Instituto de Profesores Artigas y su primer director. Su madre, quien firmaba María A Carbonell de Grompone, era maestra y también hizo ricos aportes en la enseñanza e investigación sobre los problemas en la escritura, tal como se visualiza en sus publicaciones académicas. Del seno de esta familia surge María Antonia, quien se volcó a una vida científica, pero tuvo también una incursión menos conocida en la literatura narrativa.

Dotada de una fuerte personalidad, generó impresiones contrastantes en quienes la conocieron en los distintos momentos de su vida. Algunos la recuerdan como una mujer muy firme, muy inteligente y con alta dedicación a su trabajo. Otros guardaron la imagen de una mujer muy dura, defensora de sus convicciones a toda costa y “opositora”, sobre todo en el Consejo de la Facultad de Química. También se la recuerda como la defensora de los derechos de los trabajadores tanto en la política institucional como en aspectos sociales. Aquellos que la llegaron a conocer en otro plano la recuerdan como la docente dedicada, cordial, una compañera alegre que se sumaba a tomar cerveza en los congresos e invitaba a su casa. Sin duda, su personalidad era una conjunción de todos estos perfiles.

Una excelente estudiante

Grompone realizó sus estudios primarios en la escuela pública 83 y fue al liceo Rodó, ambos en Montevideo. Comenzó preparatorios de Medicina en el IAVA, pero después de un año se cambió a la opción Química. Al finalizar, ingresó en 1963 a la Facultad de Química de la Universidad de la República (Udelar) como estudiante de la carrera de Química Industrial, posteriormente reconocida como Ingeniería Química.

Su escolaridad se destacó por las altas calificaciones que obtuvo durante toda su carrera. Ya desde los primeros años asombra la calificación máxima obtenida en Matemática, Física y Química. A esta última materia se dedicó casi toda su vida. En 1975 se recibió y posteriormente evaluó comenzar un doctorado con ciertas dudas ya que, en el período de facto, esta opción no era siempre viable. Finalmente, consiguió la dirección de tesis del doctor Patrick Moyna en el tema “Isomería cis-trans de sustancias grasas. Su aplicación en la industria”, donde utilizó numerosos resultados de composiciones de grasas vacunas que había obtenido de su trabajo en la industria. Finalizó su doctorado en 1982, y cuenta el doctor Moyna que su trabajo fue “mucho y bueno” y “100% serio”. De él surgieron varias publicaciones, una de las cuales –“Characteristics of Uruguayan beef tallow”, publicada en 1983 en Journal of the American Oil Chemists’ Society– fue referencia para los que trabajaban en la temática.

Enseñar, divulgar, gestionar

En 1969 Grompone ingresó a la cátedra de Fisicoquímica como Ayudante. A lo largo de los años ascendió a asistente (1973), profesora adjunto (1979) y profesora agregado (1986). Finalmente, en 1990 llegó a ser profesora catedrática, cargo que usufructuó hasta su fallecimiento en 2017, a los 74 años de edad.

Uno de los hitos de su gestión fue la creación del Laboratorio de Grasas y Aceites en 1998. Como ella misma comentó: “Este hecho es de gran relevancia, dado que se trata del único laboratorio especializado en la enseñanza e investigación en el área de Grasas y Aceites del Uruguay. Dicho laboratorio significó un gran esfuerzo y constancia dado que en su momento no contó ni con un grupo humano capacitado, ni con equipamiento de laboratorio para poder desarrollar esa actividad”.

Con el tesón que la caracterizaba, a lo largo de todos sus años como directora logró un laboratorio reconocido internacionalmente, bien equipado, con recursos humanos excelentemente formados que hoy desarrollan nuevas líneas de investigación.

Grompone dedicó mucho tiempo a dar clases en los cursos curriculares y optativos de las carreras de la Facultad de Química. Cuenta una estudiante que la tuvo de docente que en primera instancia imponía distancia y a veces no se atrevían a preguntarle las dudas. Con el paso del semestre, al entrar en confianza, la situación cambiaba. Era tan clara explicando y entendía específicamente lo que uno no comprendía que una charla con ella “abría cabezas”.

María Antonia Grompone en su época de estudiante. Foto: gentileza de Juan Grompone

María Antonia Grompone en su época de estudiante. Foto: gentileza de Juan Grompone

En la Facultad de Química dirigió numerosos estudiantes de grado y posgrado, muchos de los cuales han llegado muy lejos en la carrera docente y en el sector productivo. También hizo un gran aporte en la formación de docentes tanto de Magisterio como de Enseñanza Media. Como expresó la profesora Cristina Rebollo, del Consejo de Formación en Educación, Grompone fue muy generosa en su vínculo con los educadores de Química. Siempre se hacía un tiempo para apoyar los eventos, sin solicitar nada a cambio. Transmitía valores culturales a los docentes y a los estudiantes liceales con los que interactuaba.

Sin duda, María Antonia Grompone era una mezcla de científica y culta literata, lo que dejaba entrever en sus conferencias. Es así que se destacan títulos algo diferentes como “Reflejos de las ciencias en la literatura universal”, dictada en la Universidad de Salamanca (España), o las dictadas en Uruguay, como “Las bases científicas y la ética involucrada en la novela Frankenstein de Mary Shelley”, “Asesinato por insolubilidad: un enigma de Agatha Christie” y “Descubrimiento científico o ‘cuento del tío’: una discusión sobre El fabricante de diamantes de HG Wells”. Ella explicaba puntos temáticos de química que no se entendían fácilmente, usualmente insertos en un contexto literario, y mostraba su aplicabilidad. Como también expresó Rebollo, “dejó huellas a través de la conferencia científica como herramienta de formación”.

Otro fuerte de Grompone fue la gestión en la enseñanza. Integró comisiones para el diseño de programas de Química de bachillerato trabajando en equipo con docentes de Enseñanza Media y colaboró en la planificación, elaboración de planes de estudio y codirección del Bachillerato Tecnológico en Química y de la carrera de Tecnólogo Químico, esta última compartida entre la UTU y la Udelar. En 2013, luego de la creación de la Universidad Tecnológica del Uruguay, Grompone integró el Consejo Directivo Central Provisorio de la institución, aunque por desavenencias de criterio se retiró al poco tiempo.

Dentro del largo historial académico de Grompone se destaca también su trabajo de extensión y relacionamiento con el medio, apoyando incondicionalmente a varias escuelas y liceos, así como a diversos sectores productivos para los cuales era referente. Por su profundo conocimiento sobre temas alimentarios fue asesora en varios juicios cuando el Poder Judicial pidió el apoyo de la Facultad de Química. No tenía reparos en participar y afrontaba, como parte de su trabajo, los tiempos que estas actividades insumían.

Una investigadora de impacto

María Antonia Grompone fue investigadora honoraria del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas categorizada como grado 5 y Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores. Sus principales líneas de investigación se enmarcaron en el estudio de las propiedades fisicoquímicas de grasas y aceites naturales como los aceites de pescado, de microalgas, de semillas de plantas autóctonas, grasas vacunas, entre otras. En estos estudios evaluó la calidad de grasas y aceites luego de tratamientos térmicos, puso a punto técnicas de extracción y actividad de antioxidantes, de análisis de grasas trans en alimentos y de composición lipídica de carnes vacunas, bovinas y suinas, así como de lobos marinos.

Una línea de investigación que amerita también especial atención fue la del estudio del aceite de oliva virgen, su extracción y sus propiedades. Los trabajos derivados de esta línea le permitieron el reconocimiento de ser nombrada como integrante de la Comisión Directiva de la Sección Latinoamericana de la American Oil Chemists Society de Estados Unidos, ser representante oficial de Uruguay, nombrada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el grupo de expertos químicos del Consejo Oleícola Internacional y ser invitada a escribir un artículo en la sexta edición del libro Bailey’s Industrial Oil and Fat, considerado una obra de referencia sobre lípidos.

El trabajo en todas estas temáticas, a las que se suma la del biodiésel, le permitieron publicar un muy alto número de artículos en revistas científicas arbitradas, libros, capítulos de libros, presentaciones en congresos, y dictó una impactante cantidad de conferencias, superando las 250.

Otras actividades técnico-científicas relevantes fueron las participaciones en grupos de trabajo creados por el Ministerio de Salud Pública para modificar el Reglamento Bromatológico para la creación de normas para el chocolate y aceites de fritura y la integración del Comité de Normatización de Grasas y Aceites de UNIT. También fue integrante del Consejo Nacional de Innovación, Ciencia y Tecnología como representante de la Udelar.

En 2007 fue nombrada miembro titular de la Academia Nacional de Ingeniería del Uruguay y fue una de las fundadoras de la Sociedad Uruguaya de Ciencia y Tecnología de los Alimentos.

Reconocimientos póstumos

En 2017, a pocas horas de su fallecimiento, el Consejo Directivo Central hizo un minuto de silencio en su honor y se expresaron palabras de reconocimiento a su trayectoria. Al día siguiente, surgieron muchos artículos de prensa informando del deceso y enfatizando su aporte profesional. Posteriormente, el Consejo de la Facultad de Química expresó su profundo sentir haciendo un minuto de silencio en homenaje a su muy destacada docente y a sus valiosos aportes en el área de los alimentos.

A modo de reconocimiento y homenaje a “quien siempre brindó entusiasta y desinteresadamente aportes al colectivo de docentes y estudiantes de Química”, el equipo editor de la Revista Electrónica Enseñanza de la Química consideró compartir dos artículos de Grompone en su primera edición publicada en 2017.

Finalmente, cuando hizo un año de su fallecimiento, el Departamento de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la Facultad de Química realizó un acto de reconocimiento con la colocación de una placa en su honor. A ese evento asistieron familiares, amistades, compañeros de trabajo docentes y no docentes, autoridades de la institución e incluso una persona de la comunidad cercana a la institución, quien expresó unas palabras muy conmovedoras refiriéndose al apoyo que de ella había obtenido. Este acto, de por sí, muestra cómo era considerada María Antonia Grompone.

Agradecimientos. A los doctores Iván Jachmanian, Patrick Moyna y a la profesora Cristina Rebollo por las entrevistas otorgadas, al ingeniero Juan Grompone por brindarnos datos y fotos familiares, a la doctora Jenny Pinchak por acercarnos fotos y al funcionariado de Consejo, Personal, Archivo y Administración de la Enseñanza y Documentación de la Facultad de Química, por el material provisto.

Actividades por el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Desde 2015 cada 11 de febrero se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, designado por la Unesco, que busca promover la inclusión de niñas y mujeres en el ámbito científico, tecnológico y de innovación. En este marco, se vienen desarrollando actividades desde el pasado jueves.

Este sábado de 16.00 a 18.00, el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (IIBCE) junto a Montevideo Shopping presenta la actividad “El árbol de la vida contado por científicas uruguayas”. Serán una docena de científicas que investigan en biología evolutiva haciéndose presentes en el centro comercial para realizar actividades dirigidas al público infantil.

Estas incluirán un taller para extraer el ADN de una frutilla, un juego acerca de las diferentes especies de anfibios y cómo se distinguen, otro de identificar parejas en especies de invertebrados y vertebrados autóctonos, y finalmente un juego de capturar polillas con una boleadora, tal como lo hace la araña.

La semana que viene se sumarán otras actividades puntuales, como la charla abierta (en inglés) sobre ciencia en la escuela que dará la doctora Helena Cimarosti, de la Universidad de Santa Catarina, Brasil. Será el lunes 13 a las 14.00 en el salón de actos del IIBCE (Avenida Italia 3318). Por último, el jueves 16 a las 17.00, también en el IIBCE, se dará el taller de microscopía titulado “Los ojos de ella”, que incluye un recorrido por los microscopios de la institución.