1) ¿Qué es Uruguay Sub200?

Uruguay Sub200 es el nombre de un programa que realizará una “exploración moderna del margen continental uruguayo”, es decir, de la zona donde termina la plataforma continental y comienza la corteza oceánica de lo que se entiende como el mar profundo, incluyendo el talud que lleva de una a otra. La expedición recorrerá unos 50 puntos de interés para la investigación de quienes se dedican a la biología y ecología marina, oceanógrafos y quienes estudian la física de los oceános, geólogos y arqueólogos submarinos.

Área de exploración del Programa Uruguay Sub200.

Área de exploración del Programa Uruguay Sub200.

El proyecto presentado por investigadoras e investigadores de distintas instituciones de investigación del país, con un importante rol de la Facultad de Ciencias y el Centro Universitario Regional Este (CURE) de la Universidad de la República (Udelar), que llevó por nombre Viaje a lo desconocido: descubriendo los ecosistemas marinos vulnerables del margen continental y planicie abisal de Uruguay, fue uno de los seleccionados por el Ocean Schmidt Institute para llevarse a cabo en su buque Falkor (too) en su campaña de operaciones de 2025 en esta región de Sudamérica. “No es apenas un viaje científico, es también un viaje cultural, nacional y humano, y de alguna forma es un viaje de todos nosotros”, comentó Leticia Burone, una de las coordinadoras e impulsoras del proyecto desde el Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias.

2) ¿Qué investigadores e investigadoras de Uruguay participan en el proyecto?

El equipo científico es liderado por Alvar Carranza, del Departamento de Ecología y Gestión Ambiental del CURE, Sede Maldonado, de la Udelar, así como por la ya mencionada Burone.

A ellos se suman Fabricio Scarabino (experto en invertebrados del CURE), Claudia Piccini (microbióloga del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable, IIBCE), Beatriz Yannicelli y Juan Pablo Lozoya (del Departamento Interdisciplinario de Sistemas Costeros y Marinos del CURE) como “líderes de grupos de la tripulación científica”.

Respecto de la Oceanografía Biológica, es decir, “expertos en distintos organismos marinos”, también subirán a bordo Noelia Kandratavicius (de Oceanografía y Ecología Marina de la Facultad de Ciencias), Juan Carlos Zaffaroni (de la Sociedad Malacológica del Uruguay), Sebastián Serra (de la colección de Ictiología y Entomología del Museo Nacional de Historia Natural, MNHN), Lucas Carabajal (estudiante de la Facultad de Ciencias y voluntario del MNHN) y el experto en tiburones Federico Mas (de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos).

Analizando el “fondo oceánico, sedimentos y estructura del margen continental”, participarán Valentina Amaral (del Departamento Interdisciplinario de Sistemas Costeros y Marinos del CURE) y Romina Trinchin (del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y Física de los Océanos de la Facultad de Ciencias). En el “mapeo del fondo marino, especies y ecosistemas” estarán Pablo Limongi (del CURE), Carolina Peula y Santiago Seijas (del Servicio de Oceanografía, Hidrografía y Meteorología de la Armada), y Patricia Curbelo (de la Udelar).

Dentro del campo de la “ecología marina”, se embarcarán Gabriela Vélez-Rubio (experta en tortugas y algas marinas de la Facultad de Ciencias), Bárbara de Feo (de la Udelar), Ana Martínez (de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos) y Agustín Loureiro (de la organización Mar Azul Uruguayo). Por su parte, para escudriñar en la arqueología submarina estará Rodrigo Torres (del Programa de Arqueología Subacuática del CURE).

Encargándose de temas relacionados con la “planificación espacial marina” estarán Sebastián Horta y Mariana Ríos, ambos de la Dirección Nacional de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos del Ministerio de Ambiente.

3) ¿Qué son el Schmidt Ocean Institute y su barco Falkor (too)?

Todo este gran contingente de investigadoras e investigadores de nuestro país podrán explorar las profundidades marinas gracias a la presencia en estos días del buque de investigación Falkor (too) de la organización sin fines de lucro Schmidt Ocean Institute, propiedad del multimillonario norteamericano y exejecutivo de Google Eric Schmidt (según el índice de millonarios de Bloomberg de 2025, se ubica en el puesto 54 de las personas con más guita en el mundo) y su esposa Wendy Boyle. Eric Schmidt fue asesor de ciencia para el gobierno de Barack Obama y pese a que no sabemos qué opina de que los multimillonarios aporten más impuestos, al menos aquí nos presta sus chiches para que nos deslumbremos con las maravillas de la profundidad de nuestro océano.

El barco cuenta con ocho laboratorios y múltiples aparatos para explorar varios aspectos del océano, entre ellos múltiples sensores y equipos que permiten tomar muestras marinas, así como varias ecosondas multihaz que permiten captar grandes detalles del fondo marino, algo relevante ya que, según el equipo de Uruguay Sub200, “los mapas más completos que tenemos del fondo oceánico son mucho menos completos que nuestros mapas de la superficie lunar”. Sin embargo, entre todos los chiches que trae el Falkor hay uno que se roba todos los aplausos: su robot SuBastian.

4) ¿Qué es el robot SuBastian?

El SuBastian es un robot submarino que se opera remotamente y tiene la capacidad de trabajar hasta a unos 4.500 metros de profundidad (las misiones en nuestro país no superarán mucho más de 3.000 metros). A este robot, construido en 2015 para la exploración científica, se le dice también ROV por la sigla en inglés para “vehículo operado remotamente”, y su nombre está inspirado en el personaje Bastian de la novela La historia interminable de Michael Ende.

SuBastian pesa poco más de 3.000 kilos y tiene el tamaño de un auto pequeño y posee brazos con los que puede recoger muestras. Sin embargo, lo más maravilloso es que porta cámaras de ultradefinición que permiten ver el fondo marino y, más importante aún, a sus habitantes, de una forma que deja sin aliento. “Menos del 0,001% de los océanos ha sido explorado o visto por el ojo humano”, señala el equipo de Uruguay Sub200. Y cuando hablamos de estas profundidades, podemos agregar que “jamás el ojo de nadie nacido en este territorio vio en vivo y en directo organismos vivos haciendo lo que hacen siempre”. La expedición entonces nos permitirá ver lo que antes teníamos vedado, más aún en un país en el que la inversión en ciencia es muy poca y las ciencias oceánicas deben contentarse, la gran mayoría de las veces, con realizar “ciencia desde la costa”.

5) ¿Por qué es importante esta exploración?

Ver para creer. Pero también ver para conocer, ver para deleitarse, ver para estar atentos y atentas a lo inesperado. Sin dudas la expedición tomará miles de mediciones y muchas de ellas, una vez que sean motivo de un abordaje científico, permitirán generar conocimiento valioso, pero aquí hay algo que está antes que todo eso: así como en 1969 seguir la transmisión de la llegada de los seres humanos a la Luna era un acontecimiento sobrecogedor, aquí también hay una aventura de exploración que nos llama a ser testigos de algo que se está descubriendo en tiempo real.

El robot SuBastian del Falkor.

El robot SuBastian del Falkor.

Foto: Schmidt Ocean Institute

Toda la plana de investigadoras e investigadores de primer nivel que está a bordo del barco verá al mismo tiempo que cualquiera de nosotros ese mundo donde nunca nadie había posado los ojos antes. Y salvo porque algunos de ellos luego trabajarán con las muestras que se tomen, toda la información que tendrán sobre cómo se compartan bichos y plantas, qué hacen, cómo se mueven, con quiénes interactúan y demás será la misma a la que podrá acceder cualquiera de nosotros. ¿Por qué? Por el siguiente punto.

6) ¿Cómo y dónde ver en vivo la exploración submarina?

Todas y todos podemos acompañar a nuestro equipo de exploración en vivo y en directo. Cada vez que SuBastian se sumerja (en lo que se llaman “lances”), lo que vean sus cámaras será transmitido en vivo y en ultradefinición por el canal de Youtube del Schmidt Ocean Institute. ¡Wow, cuánto tiempo ha pasado desde que Jacques Cousteau maravilló al mundo al estrenar el documental El mundo silencioso en 1956 para el que empleó tecnologías que él mismo había desarrollado! Hoy no hay que esperar a que SuBastian filme y luego alguien edite la película. ¡Desde nuestras casas, o incluso en cualquier parte con un simple celular, podemos asomarnos a lo desconocido del fondo marino en vivo y en directo!

En Argentina, de donde llegó el Falkor y su robotito, los streamings de los lances fueron un fenómeno de masas, con picos de audiencia increíbles. Según la página del Centro Científico Tecnológico Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) de la vecina orilla, “las imágenes captadas desde profundidades de hasta 3.900 metros fueron seguidas por casi cuatro millones de personas” y batieron el récord de todas las transmisiones que el barco había hecho anteriormente. “Mientras que la mayoría de las inmersiones de otras campañas tienen una media de alrededor de 4.000 visualizaciones, esta expedición tuvo una media de 500.000 visualizaciones por inmersión, con un total de casi 18 millones de visualizaciones en tres semanas”, afirman.

Claro que si bien la diversidad marina de Argentina y Uruguay puede ser compartida, la diversidad política tiene sus diferencias. En nuestro país hermano el presidente Javier Milei viene llevando una atroz campaña de persecución, recorte y zancadillas al sistema científico. El Conicet ha sido centro de sus ataques furibundos, y de hecho había prometido cerrarlo durante la campaña que lo llevó a la presidencia. Así las cosas, en Argentina ver las transmisiones desde el fondo del mar era, también, un gesto político, una forma de apoyar a la ciencia y ponerle freno a la motosierra libertaria. Algo similar pasó durante la pandemia: mantener el confinamiento era apoyar al gobierno kirchnerista, desafiarlo implicaba manifestarse contra el peronismo. En esta orilla esa polarización no está, así que cabe esperar que quienes sigan la transmisión lo hagan por simple, sana y contagiosa curiosidad. ¿Batiremos récords de audiencia? Con tres millones y monedas de habitantes, todo parece indicar que no. Pero por suerte esto no es televisión abierta, así que... ¡al diablo con el rating!

7) ¿Qué otros canales seguirán el día a día de la misión?

Además del streaming en vivo en Youtube del propio barco, de lunes a viernes, a las 21.00, habrá un programa que se transmitirá por el canal de Youtube del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) con un “resumen audiovisual de 40-45 min, y un panel de comentaristas integrado por científicos y comunicadores”. Más información sobre esto será dada a la brevedad por el MEC.

8) ¿Dónde quedarán depositados los ejemplares de organismos que se recolecten?

Todos los organismos que sean recolectados por la expedición serán depositados en la colección del Museo Nacional de Historia Natural, por lo que la biodiversidad biológica que se colecte, a diferencia de lo que sucedía generalmente con buques de investigación extranjeros en el pasado, quedará en nuestro país.

9) ¿Cuánta ciencia habrá que hacer una vez terminada la exploración?

Como reportábamos en una nota previa sobre nuestras estrellas marinas, el trabajo de la identificación taxonómica y el mantenimiento de las colecciones biológicas es frecuentemente olvidado por el débil apoyo al sistema científico de nuestro país. Esa es la razón para que el trabajo en que se reporta toda la información sobre las estrellas marinas, con 42 especies registradas en Uruguay, pertenecientes a 35 géneros y 17 familias, se publique recién en 2025. “En el MNHN necesitamos con urgencia gente contratada con formación para asistir en la curación, el inventariado y el registro de todo el material. Estamos al borde de las capacidades humanas de mantener esas colecciones científicas magníficas”, advertía en esa nota Fabrizio Scarabino.

Si el personal apenas da abasto para conservar, estudiar y catalogar los materiales que ya están presentes en la colección, imaginen qué puede pasar si esta campaña del Uruguay Sub200 aporta cientos o miles de muestras más. ¿Cuánto tiempo llevará preparar esos materiales contando con escasos recursos humanos? ¿Cuánto llevará su estudio, clasificación taxonómica y reporte en publicaciones científicas en caso de tratarse de especies nuevas para la ciencia o nunca antes reportadas para el país? Ojalá el pasaje del Falkor (too) ayude a visibilizar la urgencia que hay hoy en el país en invertir en las colecciones biológicas de distintas instituciones y en hacer patente que el Museo Nacional de Historia Natural es también parte del sistema de investigación científica del país. ¿Podemos soñar acaso con una línea de financiación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación para mantenimiento de colecciones biológicas y trabajo de investigación taxonómica, tanto la clásica como con la actual tecnología del barcoding? ¿Podemos decir que apostamos por nuestra biodiversidad sin realizar ese esfuerzo?

10) Relajate y disfrutá

Mirar las transmisiones en vivo desde el fondo del mar es una experiencia recomendable. Como un ejercicio de meditación, a los pocos minutos uno siente que entra en una frecuencia más relajada y menos estresada. En una época de consumo vertiginoso de pantallas con videos que duran pocos segundos, nos descubriremos felices contemplando unos animalejos que en el fondo del mar se mueven a escasos centímetros por hora. No hace falta saber de ciencia, de invertebrados marinos, de algas, peces o formaciones geológicas. Es un viaje para todo público a la Star Trek: vamos en vivo y en directo, y a un ritmo que trae calma y feliz sosiego, hacia donde nunca nadie había mirado antes.