Desde el 13 de marzo de 2020 a la fecha ha cerrado más de 20% de los comercios establecidos en Colonia del Sacramento. La llegada de la pandemia de covid-19 “generó una crisis nunca vista” en la capital departamental”, aseguró a la diaria el presidente de la Asociación Comercial e Industrial de Colonia del Sacramento, Carlos Pérez.
El presidente de esa gremial considera que “la especialización en lo turístico” del puerto de Colonia del Sacramento en detrimento de la actividad comercial y de cargas -algo resuelto “por los gobiernos del Frente Amplio”, según dijo- provocó que “cuando no hay turismo la ciudad se muere”.
“Colonia pasó a ser una ciudad eminentemente de servicios después de que le quitaron la actividad comercial y de cargas al puerto local. El puerto comercial generaba un movimiento diario de trabajo allí y en la zona franca, con varios cientos de personas, que ya no existe”, lamentó.
Pérez agregó que durante varios años “el turismo anduvo muy bien, generó una estrategia y una infraestructura impresionante para recibir a la gente, pero hoy, con toda esta situación, ya no funciona”.
Los primeros comercios en cerrar las puertas fueron hoteles y restaurantes, mientras que otras empresas del mismo sector “no cerraron pero comenzaron a trabajar muy mal”. “Y esto es una cadena, así que empezaron a cerrar y funcionar muy mal comercios de otros sectores”, añadió Pérez.
Según los cálculos de la Asociación Comercial e Industrial de Colonia, en el último año cerró 20% de los comercios de la ciudad “entre restaurantes, hoteles y otro tipo de comercios”. “Colonia está muerta, hay locales vacíos y poca gente en la calle, y ahora debemos pasar lo peor, que es el invierno”, lamentó Pérez.
El cierre de comercios establecidos trajo consigo un crecimiento de la informalidad: “Hubo gente que cerró y empezó a trabajar en negro, porque no pueden pagar los impuestos, o cambian de razón social y trabajan con el nombre de otros, porque muchos comercios tienen deuda con el BPS”, explicó.
En paralelo, “posiblemente gente que también se quedó sin trabajo ha abierto muchísimos comercios pequeños” en barrios más alejados del centro de la capital departamental “que seguramente están trabajando en la informalidad”. “Ahora hay venta de ropa y de tortas fritas por todos lados”, subrayó.
Pérez destacó que “ahora ha empezado a verse alguna ayuda de parte del gobierno, pero ese esfuerzo que realiza el Estado no resulta suficiente, ya que no hay consumo por parte de la población ni de los turistas”. “Los comerciantes vivimos en una incertidumbre: no sabemos si seguir con los comercios abiertos y comernos los ahorros, o si pedimos un crédito o no lo hacemos, porque los bancos tampoco nos dan oxígeno”, añadió.
Según el presidente de la gremial de comerciantes, la pandemia ha provocado “la peor crisis económica que hemos vivido hasta el momento, porque no hay horizonte, no sabemos cuándo puede terminar esta situación y, además, Argentina está muchísimo peor que nosotros y difícilmente puedan venir desde allá a hacer turismo a Colonia”.
A pesar de ese diagnóstico, Pérez define su mirada sobre el futuro como “optimista pero también realista, porque la reactivación va a demorar mucho”. “Todo dependerá de la vacunación y de qué pase en otros países, pero en algún momento vamos a ver la salida, aunque seguramente no será hasta dentro de un par de años”, vaticinó.
En carne propia
Carlos Pérez tiene una imprenta en Colonia del Sacramento desde hace 30 años. Allí llegaron a trabajar ocho personas. Ahora sólo están Carlos y su hijo. “Y hay días que ni prendemos las máquinas, porque hay poco trabajo. Venimos a la imprenta y nos ponemos a tomar mate y ver qué pasa”, lamentó.
Los números del negocio ya no permiten que los dos sigan en actividad. “Tengo 60 años de edad y 40 de aportes al BPS. Este mes me jubilaré, porque ya no dan más las cuentas. Si me quedo tengo que seguir haciendo los aportes jubilatorios, lo cual es una salida para la empresa. Prefiero empezar a cobrar la jubilación, tener ese ingreso y pasarle la imprenta a mi hijo”.
El cese de la actividad laboral implica que deberá renunciar a la presidencia de la Asociación Comercial e Industrial de Colonia. “La semana que viene tendré que presentar la renuncia”, anunció, con cierto tono de tristeza. Sin embargo, el comerciante valora el trabajo realizado en las últimas décadas: “¡Hay que mantener un negocio durante 30 años! Y lo pudimos hacer porque supimos ahorrar para los momentos difíciles, hicimos una pequeña base. Pero llegó el momento de retirarme, porque estamos comiendo los ahorros que habíamos generado”.