A un par de kilómetros del acceso a la ciudad de Juan Lacaze, por la ruta 54, un cartel comunica que el El Chichongo se ubica hacia la derecha, sobre un camino vecinal. A pocos metros de allí, una portera de madera con dos bustos de caballos dan ingreso al establecimiento de Cristian Cebolla Rodríguez. Una decena de perros, “todos adoptados”, reciben al visitante que llega a la casa del jugador de Plaza Colonia.
La casa está rodeada de campo y animales; allí el Cebolla pasa el tiempo y disfruta día a día del “trabajo de campo”. Darles de comer a las gallinas, a las ovejas, atender a los caballos y regar las plantas son algunas de las tareas que el jugador realiza diariamente. “Todo te lleva tiempo”, asegura, pero lo disfruta y lo hace con placer. El Cebolla no mira tele, no escucha radio y les da “poca bola” a las redes sociales. El jugador con 110 presencias en el seleccionado mayor (octavo por detrás de Diego Forlán) piensa en un retiro cercano, y asegura que es viejo para el fútbol pero joven para aprender y vivir del campo.
Sentado bajo la sombra de un gran alero y rodeado de perros, Cristián Rodríguez hizo un repaso por su carrera con la selección uruguaya, el “duro momento” al quedar afuera del Mundial de Sudáfrica por decisión del Maestro Óscar Tabárez; compartió las sensaciones que tiene respecto de Uruguay en este Mundial y le pone una fichita a Portugal.
¿Vas a seguir jugando en 2023?
No lo sé todavía. Estoy con una tendinitis desde hace cuatro meses y no me he recuperado del todo. Mi llegada a Plaza Colonia fue también pensada por ese lado. Necesitaba bajar la pelota al piso después de mi segundo pasaje por Peñarol. Es otro ambiente, no tenés la presión de la gente, ni de la historia. Y encima llegué y fuimos campeones. Fue todo una locura otra vez. He pasado viajando desde los 16 años y, con 37 que tengo, era necesaria la tranquilidad que me podía brindar Plaza.
¿Cómo se procesa y se toma la decisión de dejar el fútbol?
Lo vengo pensando y analizando conmigo mismo. A mí me apasiona el campo y siento que es un desahogo porque me ayuda a no pensar y a concentrarme con esta vida que llevo diariamente. No miro tele, no me entero de los partidos que hay porque la actividad del campo me mantiene ocupado. Eso me ayuda a no estresarme, a no pensar en por qué me lesioné o por qué erré un gol.
¿Qué análisis hacés de tus 15 años como jugador de la selección de Uruguay?
Fueron muchos momentos. Buenos y malos. Mi primera citación fue con Juan Ramón Carrasco, continué cuando llegó Jorge [Fossati] y debuté en la Copa América de Perú en 2004. Cuando llega el Maestro y comienza su segundo ciclo, formé el grupo con el cual logramos muchísimas cosas lindas para el fútbol uruguayo, para la gente y para los futuros seleccionados. Tengo 110 partidos con la selección, participé en cuatro Copas Américas, en dos mundiales, en una Copa Confederaciones y cuatro Eliminatorias. Sin dudas que el Mundial de Sudáfrica 2010 fue de los peores momentos que pasé por no haber participado, pero entiendo y creo que fui parte porque no me perdí un partido por eliminatoria y siempre estuve presente.
Con el paso del tiempo, ¿qué balance hacés de todo lo que viviste en torno a Sudáfrica 2010?
Fueron de los momentos malos que te decía anteriormente. El último partido por eliminatorias frente a Argentina, fue apenas un momento de todo lo que yo estaba viviendo en ese momento. Venía de una semana complicada, no fue solamente ese partido. Estaba jugando en Porto, y había sufrido un esguince de rodilla. Tuve que hablar mucho y pedir por favor al club que me dejaran venir. Logré que los directivos accedieran y llegué a Uruguay para hacer la recuperación con Walter Ferreira. La pelea que se dio al final del partido con Argentina fue un segundo. El partido de la primera ronda en el Monumental de Nuñez también fue muy disputado, con muchas infracciones, y se continuó en el Centenario. Soy de sangre caliente y no puede aguantar el momento de calenturam y lo pagué caro.
¿Cómo tomaste la decisión del cuerpo técnico en no citarte para el Mundial?
No lo podía creer. A mí me molestó porque no me avisó nadie. Se dio la lista y no estaba citado. Me dolió, pero yo sabía que había cometido un error. A ese mundial, como pasó ahora, fueron jugadores que no habían jugado muchos partidos por eliminatorias, y yo no pude ir. Fue un momento muy duro.
El periplo en la selección continuó, a pesar de ese mal momento para vos.
Y también en Europa, lo que te permite estar en la selección es tener un buen nivel en tu club, y yo lo tuve durante todos esos años. Luego de ese cinchón de oreja en 2010 tuve un bajón -para mí, entendible-, pero me recuperé y tuve un 2011 muy bueno, logrando una buena temporada en Porto y siendo campeón de América con la selección.
¿Qué esperás de Uruguay para el Mundial de Qatar?
Yo veo muy bien futbolísticamente a esta selección, pero agresivamente está en el debe. En nuestra generación éramos criticados porque no dábamos cinco pases seguidos, pero fuimos muy intensos, nadie nos podía sostener. Teníamos a Lucho (Suárez) y a Edi (Cavani) con diez años menos y estaban imparables. ¿Por qué jugar líricos y tocando para los costados si podíamos ser frontales y agresivos? Eliminamos a Inglaterra y a Italia en un Mundial y estuvimos segundos en el ranking FIFA. Fueron momentos muy importantes y lindos para todos.
¿Cómo viviste el retorno de Suárez a Nacional?
Felicito al hincha de Nacional por la movida que lograron. Creo sinceramente que Luis no podía decir que no. Estaba obligado a un sí por todo lo que se vivió durante un par de semanas. Su llegada le hizo muy bien al fútbol uruguayo. Hoy con el diario del lunes podemos decir que a él y a Nacional les salió todo redondo. Volvió a su club, se lo cuidó, fue campeón y hoy está en Qatar sin ningún problema. Estoy seguro de que la va a romper.
¿Tenes algún candidato para Qatar?
Yo le pongo alguna fichita a Portugal. Sabes que acá no miramos fútbol portugués pero es muy bueno y ellos siempre están ahí, rascando, metiendo. Son muy competitivos y tienen un gran nivel futbolístico.