“Bueno, vamo' arriba”, con ese grito a modo de llamada que realiza Leonardo Quesada, director y fundador de Alma Lubola, tamborileros y bailarines que merodeaban la Plaza de los Fundadores de Nueva Helvecia comenzaron a arrimarse para iniciar un nuevo ensayo.
Quesada distribuye los piano, chico y repique por la calle 25 de agosto, entre Berna y 18 de julio. La calle comienza a quedar cada vez más pequeña, sin posibilidad de paso para motos y autos. La comparsa corta la calle y comienza a armarse el equipo. Repiques en los bordes, pianos al centro, chicos intercalados y el ritmo Ansina que sonará por las calles de la ciudad neohelvética. Sí, señores; una comparsa se hace firme en esa tierra colonizada por europeos hace más de 160 años.
Tímidamente las bailarinas comienzan a calentar sus piernas. Las banderas se acomodan en la esquina de 18 de julio. Quienes asisten a ver la comparsa, a mover el cuerpo o simplemente a escuchar el sonido de los tambores, acompañan el recorrido por la vereda de la plaza, dejando la calle solamente para los protagonistas.
“Un, dos, tres, va”. Suenan los palos contra los tambores, las banderas flamean al viento y los bailarines hacen lo suyo. Comienza el ensayo de Alma Lubola, una comparsa con todas las de la ley, con más de 100 integrantes, que hace ocho años comenzó siendo una cuerda de tambores conformada por un grupo de amigos.
“Ver a tanta gente que se arrime a participar o simplemente a observar y escuchar es hermoso”, dijo Quesada en diálogo con la diaria, minutos antes que iniciara el ensayo. El joven director recuerda los inicios: un grupo de amigos que se juntaban en ronda a tocar el tambor y despuntar el vicio.
Los antecedentes de comparsas en Nueva Helvecia son “casi nulos”, explica Quesada, y recuerda que antes de nacer esta comparsa “hubo compañeros que crearon Llamada Local”, a comienzos de este siglo.
Con el correr del tiempo, “el grupo de amigos seguía tocando en redondilla”, y la gente comenzó a arrimarse y a querer participar de algún modo, continuó.
“Ha cambiado por completo la visión del ciudadano neohelvético hacia nosotros y hacia el candombe”, destacó Quesada. Y eso también se ve reflejado en el auspicio de empresas locales y el apoyo de la gente: “eso se debe al trabajo serio que venimos haciendo” y a tratar de “vincular este proyecto cultural a la sociedad”.
La movida cultural
Este año Alma Lubola quedó seleccionada dentro de los proyectos ganadores del Fondo Región Colonia (FRC), una organización no gubernamental que se dedica a auspiciar proyectos de corte territorial.
En este caso, Alma Lubola presentó una propuesta denominada Sembrando Candombe que tenía como objetivo realizar ciclo de charlas y talleres con referentes de las distintas expresiones que integran una comparsa: cuerpo de baile, personajes típicos y cuerda de tambores.
“La realización de charlas y talleres fue fundamental para que la gente se acerque”, valoró Quesada. El interés por el trabajo que realiza la comparsa crece año a año, y hoy esta agrupación tiene como pilar fundamental a miembros de esa ciudad, pero también se ha sumado gente proveniente de otros puntos del territorio coloniense. “Cufré, Colonia Valdense, Cardona, Juan Lacaze y Rosario son algunas de las ciudades de donde vienen compañeros que participan con nosotros”, detalló.
“Hemos estado en desfiles donde no hubo comparsas de Colonia, y dado la cantidad de compañeros que son de otras localidades, desfilamos en representación de todo el departamento”, agregó Quesada. Hoy, cuando la comparsa se tiene que mover para participar de desfiles y llamadas, “no nos alcanzan ni dos ómnibus”, porque “somos más de 110 integrantes”, destacó el directo de Alma Lubola.
Las Llamadas empiezan en Colonia
En los últimos meses del año pasado, la Intendencia de Colonia amagó a suspender las llamadas que se realizan en la capital de ese departamento, pero no pudo hacerlo debido a la presión popular que se manifestó en sentido contrario. Finalmente, ese desfile se llevará a cabo el 4 de febrero en la avenida Artigas.
Quesada fue parte del colectivo Comparsas Unidas de Colonia, que se organizó para expresar el “malestar” y la “tristeza” de varios grupos luego que el secretario de la intendencia, Guillermo Rodríguez, expresara esa intención del gobierno departamental.
Pero a raíz de ese movimiento, pocos días después, el intendente Carlos Moreira y Rodríguez se reunieron con directores de más de 15 comparsas del departamento y anunciaron la marcha atrás de esa cancelación.
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