Desde hace varios años, docentes, estudiantes, integrantes de la Comisión de APAL y legisladores del departamento de Colonia reclaman el desarrollo de obras en el liceo departamental Juan Luis Perrou de Colonia del Sacramento. Tras los reiterados pedidos, las actuales autoridades del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educacióna Pública (ANEP) visitaron el edificio en varias oportunidades y, tras constatar la multiplicidad de fallas que presenta, encaminaron acciones para paliar algunas de ellas. No obstante, las obras licitadas este año por el Codicen no alcanzarían para corregir serios problemas edilicios que afectan diariamente a 1.800 estudiantes y 200 docentes.
A pedido de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria, el ingeniero tecnológico prevencionista Gustavo Rosa recorrió las instalaciones de ese centro educativo y elaboró un informe técnico en el que revela las anomalías que presenta la infraestructura.
Según el documento al que tuvo acceso la diaria, el edificio está compuesto por tres niveles de construcción o pisos, ocupa una manzana entera construida en forma de L, que desemboca en un enorme patio.
Con relación a la accesibilidad del inmueble, el prevencionista señala que el ingreso se hace mediante una rampa rústica de hormigón ubicada en la puerta principal, “accediendo a las oficinas y salones por el corredor en planta baja”, y que el local “cuenta con un baño accesible que se usa de depósito”. “No existe accesibilidad a salones del piso superior, gimnasio, ni a la cantina y tampoco al patio”, indicó Rosa.
Respecto de las medidas contra incendio, explicó que “no se observan medidas de protección” previstas para ese tipo de edificaciones ni las habilitaciones de Bomberos. “Se observan pocos extintores y todos con fecha de recarga vencidos”, advirtió. “Al consultar nos transmiten que cuentan con 17 extintores para toda la estructura, siendo la única medida de combate al fuego, plantean la dificultad en los tiempos de demora en reposición ya que se mandan a recargar”, comentó el profesional. La institución “carece de plan de evacuación segura contra cualquier siniestro o contingencia, contando con puertas laterales que dan salida a los patios”, pero en cuanto a “salida accesible cuenta solo por la puerta del frente”.
Sobre el estado en el que se encuentra la estructura, el prevencionista detalla que “se evidencia rajaduras en los pretiles del edificio e importante separación de junta”, lo que “evidencia movimiento del edificio provocando en un salón que los metales de la ventana estén cediendo, haciendo que el vidrio o la ventana se curve, aumentando la probabilidad de hacer saltar vidrios sobre los alumnos y docentes”. Además, registró “entrada de agua de lluvia por la azotea y rastros de humedades en varios salones, así como el deterioro del mobiliario y revoques internos”.
La mayoría de los salones no cuentan “con renovación de aire por las características de las aberturas y muchas de ellas están largos períodos expuestas directamente al sol”. Asimismo, “se utilizan espacios como aulas en subsuelo que no fueron diseñados como aulas, no parecen adecuados para ejercer docencia debido a la acústica; cuentan con pilares o columnas en el medio del espacio y es evidente la falta de ventilación y renovación de aire”.
El informe da cuenta “del deterioro en el estado de los pisos, lo que además dificulta la movilidad segura en forma permanente y en ocasiones de emergencia con falta o escasa iluminación; se observan desniveles en salones, falta de cerámicas, cámaras dispuestas a inferior altura de los pisos”.
El prevencionista dio cuenta de “los riesgos eléctricos” que presenta esa edificación. El tablero principal y el contador eléctrico “se encuentran en una sala cerca de la entrada principal, que se usa como depósito y oficina, obstruyendo el libre acceso”. Hay “cables de tendido eléctrico sin protecciones, ausencias de cajas o protección mecánica en tomacorriente instalado en [el] baño [de los] alumnos”. Los riesgos eléctricos también están presentes en “dos aulas de fabricación liviana”.
Finalmente, el profesional indicó que en el edificio “se evidencia suciedad en aberturas, en vidrios y paredes, en el patio” y, “al consultar sobre los funcionarios de limpieza, me informan que la institución cuenta con una empresa contratada y que disponen de dos funcionarias de limpieza por turno, y más bien están para la higiene en general de salones, corredores y baños, pero no realizan actividades programadas de limpieza a fondo”. “Se observan pésimas condiciones de deterioro e higiene en pileta y bajo mesada que utilizan los docentes y funcionarios para el lavado de utensilios de uso diarios”, añade el trabajo.
Obras insuficientes
La pasada semana, la secretaria general del Codicen, Virginia Cáceres, participó en un acto organizado por el Partido Colorado que se desarrolló en Colonia del Sacramento. Allí fue consultada por Canal 3 sobre el estado en el que se encuentra el liceo Perrou y dijo “desconocer” situaciones graves que ocurren en ese lugar, como la inundación de salones o la caída de agua sobre el tendido eléctrico, aunque reconoció “algunas situaciones críticas”. “No tenemos conocimento de que el liceo se llueva y caiga agua sobre el tendido electrico. Es raro que esas situaciones se extiendan en el tiempo, porque tendría que haberlo informado el arquitecto residente” de ANEP Colonia, comentó.
En tanto, docentes de ese centro educativo dijeron a la diaria que la licitación desarrollada por la ANEP permitirá la instalación de dos aulas móviles, “que no sabemos dónde las colocarán”, así como “obras de impermeabilización, refacción de la cocina, hall central y batería de baños”, pero “no comprende la refacción de los salones 8, 9 y 10, que se inundan y que habría que arreglarlos internamente más allá de que se impermeabilicen, porque hay riesgos eléctricos muy grandes”. Las obras adjudicadas comprenden una inversión de unos 200.000 dólares a pesar de que el liceo necesita una refacción mucho mayor, concluyeron.