Si uno transita hacia el sur por la avenida principal de Colonia Valdense, denominada Daniel Armand Ugón, en homenaje al pastor, docente y figura imborrable de esa comunidad, casi al final de esa extensa calle, se encuentra con el Centro Emmanuel. Allí, la naturaleza, la tranquilidad y la búsqueda de bienestar parecen ser elementos que no pueden faltar.
El 2 de noviembre, ese Centro de Capacitación, Formación Ecuménica y Promoción Ecológica cumplió 65 años. En el área que comprende 25 hectáreas se contempla un complejo con grandes habitaciones para alojamiento, sala de reuniones, oficinas administrativas y una capilla. Un poco más alejado, se ubica el tambo, la dulcería y quesería, además de un gran invernáculo tupido de hortalizas y de otros cultivos.
En la sala de reuniones principal del centro, Raquel Malán, Jorge Charbonier y Andrea Roa Almeida recibieron a la diaria, con la mesa llena de fotos y viejos afiches históricos del lugar.
Desde hace 12 años, Malán, que es ingeniera agrónoma, es la directora del centro. En tanto, Charbonier comparte la misma profesión que Malán y también es parte de esa casa, entre idas y vueltas, desde mediados de la década de 1980. Por su parte, Roa Almeida es politóloga, trabaja desde abril en el área de ecoteología, “tratando de vincular la agroecología con la parte espiritual, con nuestra fe”.
Historia
En 1959, este centro surge como iniciativa de Yvonne van Berchem y de su esposo, Emmanuel Galland. Antes de su creación, “el matrimonio trabajaba tanto en Argentina como en Montevideo con juventudes cristianas”, comentó Malán, y cada vez que transitaban por la zona de Valdense, “paraban a dialogar con personas que ya estaban instaladas en esta zona, con pasados suizos y piamonteses”.
La directora del centro explicó que “el sueño de Yvonne era hacer un centro de retiro de mujeres protestantes”, y explicó que “luego del fallecimiento de su esposo, la señora comenzó la construcción de ese espacio que tanto soñaba”.
El 2 de noviembre de 1959, van Berchem realiza el primer retiro. “Cuando compró el área de 25 hectáreas, lo primero que construyó fue la capilla, el alojamiento y el comedor”, indicó Malán.
Desde su fundación, el Centro Emmanuel convoca a varias de las iglesias protestantes de la zona: la Iglesia Evangélica Valdense del Río de la Plata, Metodista del Uruguay, la Evangélica del Río de la Plata y el Ejército de Salvación.
En 1966, el centro, con la inclusión de varias iglesias protestantes, logra la personería jurídica y se conforma como asociación civil. “La cláusula era que ella o algún miembro de su familia esté dentro del consejo directivo”, añadió Malán.
En las décadas de 1960 y 1970, el centro basó sus trabajos principalmente en la teología. “Se realizaban muchos talleres y retiros, y principalmente fue un espacio muy cerrado”, contó Malán.
El accionar del centro “tuvo un impacto en personas de iglesias que venían de otros lados, y llegaban aquí a encuentros y capacitaciones”. En ese sentido, para Charbonier, “en aquel momento el impacto en nuestra comunidad era muy relativo, dado que la Iglesia Valdense era una figura preponderante en la localidad desde su origen”.
Durante el proceso de la dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985), el Centro Emmanuel “dictaba talleres teológicos, donde abordaba temas sobre los derechos y la participación de la mujer, visto desde el lado bíblico”.
Charbonier señaló que en aquel momento, el centro “contaba con espacios de libertad, muy acotados para la época en la que transitábamos”, pero “vale la pena destacarlo”. “Uno de los pocos allanamientos que se realizó en épocas de dictadura en Colonia Valdense fue en el centro”, recordó Charbonnier.
Por su parte, Malán acotó que “estratégicamente, la Iglesia Valdense “mantuvo contactos para que durante aquellos años vengan pastores italianos para que trabajen con base en el centro y yendo a las comunidades”.
El retorno democrático trajo nuevos proyectos para el Centro Emmanuel. A mediados de la década de 1980, “se comenzó a pensar en establecer una granja demostrativa y de qué manera se implementaría”.
Tras la muerte de Ivonne, ocurrida en 1970, las 20 hectáreas que se arrendaban a terceros se pusieron a la venta, con prioridad para que el centro compre esa área. “Y así ocurrió”, afirmó la actual directora.
Charbonier ingresó a trabajar a ese lugar cuando estaba finalizando sus estudios en agronomía, con la idea de comenzar a hacer una granja orgánica demostrativa. “La idea fundamental era implementar algo que contenga mayor compromiso con el cuidado de la creación”, dijo Charbonier. “Hoy se habla de agroecología, pero esos conceptos han ido evolucionando. “Fuimos dándole un perfil a un modelo que tiene muchos problemas ambientales, sociales y económicos”, añadió.
En 1987 comenzó a funcionar la granja. Charbonier contó que “había dos bases fundamentales: trabajar con agricultura organizada y difundir por qué era necesario trabajar en este tema”.
El presente del Centro Emmanuel
Mirando hacia atrás, hoy “podemos decir que el centro ha cambiado mucho”, comentó Malán, y destacó que hoy “estamos lo más abierto posible, porque la misión actual es promover la reflexión a nivel general desde la teología como la agroecología, para que haya un cambio en la vida de todos nosotros, no solamente en las personas que trabajan en las comunidades”, manifestó.
En ese sentido, Roa Almeida, que trabaja en el centro desde abril de este año, dijo que en el área de la ecoteología “tratamos de que las personas conecten con la fe desde un plano más materializado”. “Creemos que tenemos esta responsabilidad de poder materializar nuestra fe a través del cuidado de la creación y ser más conscientes de que somos parte de un entorno más grande y de una diversidad humana”.
Desde la creación de la granja agroecológica, “se mantuvieron por dos caminos diferentes con la teología, pero siempre hubo interés de juntar las áreas de trabajo”, explicó Malán. En ese sentido, hace algunos años “se conformó un grupo de ecoteología con personas que querían acompañar y trabajar y se pudo formar esa fusión entre los dos caminos donde históricamente el centro ha transitado”, contó la directora.
Malán señaló que “el cuidado que hoy tiene el centro hace que luzca muy lindo, con espacios para reconectar, en estos tiempos de locura generalizada. Aquí vuelve un poco la idea principal de la fundadora del lugar, donde se pensó este lugar como un espacio de reflexión, de retiro y de tranquilidad”. En ese sentido, Charbonier acotó que “aquí se brindan charlas y se trata de reflexionar junto a los productores, tratando de vincular a los consumidores, teniendo en cuenta que se conozca el proceso, la calidad, el impacto que tiene el producto que nosotros hacemos en el ambiente”. “Precisamos una sociedad distinta, que reflexione y trate de cambiar algo cada día”. Para Charbonier, “el cambio climático es una advertencia de la naturaleza, pero si seguimos así no estamos escuchando”.
Al principio “hemos tenido mucha resistencia, pero entendemos que todo tiene que ver con todo. Lo que hacemos o lo que no hacemos influye en lo que pasa en el resto del planeta; eso lo hablamos mucho en ecoteología. Tenemos que tener conciencia sobre eso y transmitirla”, añadió Malán.
En los últimos años, los integrantes del centro han buscado otras alternativas para seguir realizando diferentes actividades dedicadas al cuidado del ambiente. En ese sentido, la pandemia hizo que el centro optara por buscar otros caminos para seguir en contacto con la gente.
Los miembros del Centro Emmanuel relataron que en 2020 el municipio de Colonia Valdense comenzó a entregar canastas de alimentos secos a personas en situación de vulnerabilidad, y “nosotros le entregábamos unos afiches con información para implementar una pequeña huerta en sus casas”, y “al vecino que se anotaba le dábamos semillas para sembrar y cultivar su propio alimento”, comentó Malán. “Esta información fue muy utilizada en escuelas locales y en otros centros educativos”, añadió.
Además, en el transcurso de la pandemia por covid-19, “el equipo de ecoteología implementó una revista denominada Saberes a la Mesa”, que tuvo como objetivo compartir materiales relacionados a la temática socioambiental desde un enfoque bíblico teológico.
Ya en 2022, nació Repique, con el objetivo “de plantar árboles nativos y evidenciar que somos todos parte de la misma creación y debemos cuidarnos los unos a los otros”. Esta campaña “está orientada a la valorización de la biodiversidad, que busca sensibilizar sobre esta temática y generar vínculos entre actores de la sociedad civil unidos por este interés”, explicaron los integrantes de la casa ecuménica.
Además, el Centro Emmanuel “vende dulces, quesos, mermeladas, hortalizas, frutas y harina de trigo. El proyecto de granja siempre trató de vincularse a otras organizaciones que estaban en la búsqueda de esta alternativa, y obviamente a productores”, comentó Charbonier.
“Hoy somos un espacio reconocido, con esperanza activa en todos nosotros y con la fe de que algo siempre podemos hacer”, dijo Malán, y continuó: “Hemos tenido campamentos de jóvenes de las tres iglesias miembros actuales del centro -las iglesias Evangélica Valdense, Metodista y la Evangélica del Río de la Plata-, donde trabajamos sobre economía, ecología y ecumenismo, y cómo nos relacionamos y generamos nuevas cosas. Siempre tratamos de pensar en positivo y vamos para adelante por la vida”, concluyó.