Hace diez años, en la antigua destilería de Ancap de La Paz – Colonia Piamontesa comenzó el dictado de la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Lácteos de la entonces flamante Universidad Tecnológica (UTEC). Por eso, en estos días, docentes y estudiantes de esa sede universitaria se preparan para festejar el aniversario de una carrera que forma profesionales dedicados al desarrollo de la industria de lácteos y de otros alimentos, así como a la investigación en esas áreas del conocimiento.
Sobre la historia y el futuro de esta carrera que UTEC imparte en el departamento de Colonia, que actualmente cuenta con unos 60 estudiantes y 18 docentes, la diaria conversó con Nora Techeira, docente coordinadora.
A quienes conocen por primera vez las instalaciones de esta sede de la UTEC les puede llamar la atención la cantidad de instrumentos tecnológicos, los laboratorios, la pulcritud del lugar. Se ha hecho una gran inversión en esta sede. ¿Cuáles son las características fundamentales de esa carrera?
La Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Lácteos es una carrera de cuatro años, en una universidad que, hay que destacar, es pública, porque a veces se confunden y creen que la Universidad Tecnológica es privada y no, es totalmente pública. Desde este año estamos con un nuevo plan de estudios que incluso tiene un título intermedio, es decir, que ahora no solamente tenemos el licenciado, sino que también tenemos el tecnólogo en Ciencia y Tecnología de Lácteos, que puede concluir a la mitad de la carrera, por si no desea culminar los estudios de cuatro años.
Además, con este nuevo plan de estudios, los estudiantes tienen la posibilidad de estudiar dos años acá y después seguir con la licenciatura en Análisis Alimentario de la UTEC en Paysandú.
Omar Álvarez, estudiante avanzado, becario y docente en Utec de La Paz, Colonia Piamontesa.
Foto: Ignacio Dotti
Eso permite una movilidad de los estudiantes entre esas carreras.
Eso permite una movilidad dentro de la UTEC; por lo menos nosotros, que estamos en el Departamento de Alimentos, donde están las carreras de Tecnólogo en Sistema de Producción Lechera, la Licenciatura en Ciencia y Tecnología de Lácteos, la Licenciatura en Análisis Alimentario y el Tecnólogo Químico.
Entonces, entre las cuatro carreras existe cierta movilidad que permite a los estudiantes ir de una carrera a otra y les facilita el ingreso a la carrera. Por ejemplo, si un estudiante que egresó como tecnólogo químico en Paysandú viene a estudiar la licenciatura acá, no tiene que hacer los cuatro años: son dos años o dos años y medio, porque se le homologan unas cuantas unidades curriculares o cursos.
¿Cuál es la formación que reciben los estudiantes de esta carrera?
Nuestros estudiantes adquieren distintas competencias. Una de ellas –no la más importante, pero sí una de las fundamentales– es aprender a controlar los procesos productivos en la elaboración de productos lácteos. Otra competencia es ser capaz de ejecutar los análisis fisicoquímicos, microbiológicos y sensoriales que garantizan la calidad de los alimentos o de los lácteos que consumimos. Tienen la capacidad de innovar, desarrollar nuevos productos, participar en investigación y desarrollo.
También se fortalecen o tienen competencias en el área de gestión de industrias lácteas, o sea, también hay unas unidades curriculares que los ayudan a gestionar económicamente empresas, al manejo del personal, de la gestión logística, todo lo relacionado con lácteos. Y también pueden, como futuros profesionales de la licenciatura, brindar asesorías, trabajar como consultores. No necesariamente tienen que estar en una industria o ser un emprendedor, también pueden trabajar en ese formato de consultor.
La institución está enclavada en una zona netamente productiva y muy vinculada a la industria láctea.
La carrera surge por una necesidad del sector lácteo. En realidad, luego de muchas conversaciones y de tratar de entender cuál era la carrera que tenía que instalarse en el territorio, los distintos actores del sector lácteo –y no estamos hablando solamente de industrias, sino también de, por ejemplo, del Instituto Nacional de Lechería o el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias– entendían que era importante una carrera que permitiera profesionalizar a las personas en este sector, porque no existía ninguna formación específica y porque tampoco hoy existe otra que esté relacionada de la misma manera que esta carrera.
Eso se tradujo en que en los últimos años, cada vez más, las industrias nos solicitan profesionales en el área de lácteos; básicamente nuestros estudiantes desde el cuarto semestre para arriba están todos trabajando, precisamente por esa necesidad emergente que tiene el sector industrial y emprendedor de profesionalizar cada vez más a las personas que trabajan con ellos. Afortunadamente, nuestros egresados, un 100% está hoy en día trabajando, y algunos de ellos no solamente en el sector lácteo, sino en el sector de alimentos. Nosotros tenemos egresados trabajando en Coca-Cola, en Pepsi-Cola, en Fagar, que siempre nos pide estudiantes para trabajar; o sea que no solamente está relacionada con el área de los lácteos. En la formación, por ejemplo, tienen asignaturas o cursos que van desde bioquímica, química de productos lácteos, pero en química de productos lácteos ven todo lo relacionado con química de alimentos, química analítica, análisis de productos lácteos, donde también vemos técnicas de análisis que se aplican a los alimentos en general.
Cuando tienen una inserción laboral tan alta existe el riesgo de que suspendan los estudios académicos para priorizar el trabajo.
Tenés problemas a veces. Pero nosotros tenemos un horario diseñado para que ellos puedan trabajar. Vienen a clase de 16.30 a 20.30, y a veces no es solamente en formato presencial, está también el formato híbrido, en el que si el estudiante no puede venir a clase se puede conectar. La UTEC nos ha permitido crecer también en la adquisición de equipos, cámaras, micrófonos, parlantes, computadoras, sistemas de videoconferencia, lo que nos permite conectarnos con otros a la distancia, y eso ha sido muy provechoso tanto para los estudiantes como para nosotros.
Hoy en día, sin embargo, reclaman más presencialidad, cada vez quieren estar más cerca, cada vez vienen más. Es una carrera que no tiene una matrícula elevada, por semestre hay alrededor de diez estudiantes por cohorte, y eso si bien puede ser controvertido porque podrían llegar a decirnos que la matrícula debería ser más alta, a nosotros nos ha favorecido porque la atención a los estudiantes es personalizada. Ellos pueden venir, trabajar con todos los instrumentos, cada quien puede manipular, tocar, aprender, y no estar esperando en una fila de 20 personas a poder tocar un equipo. Eso me parece que es una gran ganancia para chiquilines del interior que quizás en la vida no habían pensado que podían manipular equipos de esta tecnología, y es necesario darle la importancia que merece a ese trato personal entre docentes y estudiantes.
¿Cuál es el perfil de los estudiantes de esta carrera?
La mayoría son primera generación de estudiantes universitarios en su familia. Muchos vienen del campo, la mayor cantidad de estudiantes vienen de escuelas agrarias. También tenemos estudiantes de la Escuela Superior de Lechería, que salen como técnicos y vienen para obtener el título de licenciado. Al ser poquitos, todos se conocen y afortunadamente se llevan bien.
¿Cómo es la relación entre la UTEC y la región, con esta zona del departamento de Colonia?
Creo que en los últimos cinco años las industrias cada vez nos tienen más presentes para buscar soluciones a sus procesos y a sus problemas. En el caso de la comunidad, afortunadamente, también en los últimos años hemos tenido más cercanía. Cada vez vienen más liceos y escuelas a hacer visitas guiadas, tenemos más contacto con las escuelas del hogar, que de hecho este año arrancamos una serie de talleres sobre inocuidad. También hemos empezado a trabajar en conjunto con UTU Gastronomía, que está en Nueva Helvecia. Nos estamos relacionando también con el Centro Emmanuel a través de agroecología y sus programas de sostenibilidad.
O sea, tratamos de involucrarnos con el territorio, porque entendemos que es un debe también que tiene la universidad con la comunidad. Somos parte de la comunidad y no podemos estar aislados, a pesar de que estamos un poquito más lejos, metidos en el medio del campo. En los últimos años hemos logrado avanzar mucho y relacionarnos mucho más.
¿Qué importancia tiene el área de la investigación en esta carrera?
Mucha. En los últimos tiempos hemos logrado avanzar no sólo con industrias, sino con emprendedores que muchas veces al estar iniciando sus proyectos económicos tienen un montón de vicisitudes, y cuando vienen encontramos soluciones. Plantean, por ejemplo, que quieren desarrollar un helado que no tenga azúcar y proponemos: “Bueno, vamos por esta fórmula, qué te parece esto”.
Creo que hemos brindado un montón de apoyo tratando de solucionar todas esas cosas que para un día a día de una empresa pueden resultar difíciles, porque, además, muchas de ellas capaz que no cuentan con un equipo de investigación y desarrollo o no pueden pagarlo, o no cuentan con las horas del día suficientes para dedicarse a eso, y nosotros les brindamos un servicio que claramente muchas veces tenemos que presupuestar y costearlo porque no podemos financiarlo, pero que suele ser mucho más económico que buscar una asesoría externa.
UTEC La Paz.
Foto: Ignacio Dotti
Los estudiantes también mantienen un vínculo con las empresas del sector durante el trayecto de la formación.
En las empresas hoy en día ellos hacen sus pasantías, las prácticas profesionales curriculares. También hacen los trabajos finales de carrera, las tesis, con las empresas e incluso en la misma empresa donde trabajan. Eso es ganancia tanto para la empresa como para el estudiante, porque puede hacer su pasantía y su proyecto final de carrera en su sitio de trabajo.
La comunidad y el territorio tienen que entender que esto es de ellos. Es una universidad pública. Nosotros existimos para formar estudiantes, pero también para estar en contacto con la comunidad y atender las necesidades que surjan en el día a día.
En lo que les podamos ayudar, tenemos afortunadamente docentes que en estos últimos años han trabajado arduamente en trabajos de investigación, que tienen capacidades, que tienen ganas de trabajar y de resolver situaciones. Y los mismos estudiantes también nos ayudan. Entonces, nosotros estamos con las puertas totalmente abiertas para lo que precisen.