En setiembre , las comunas de Montevideo, Canelones y Maldonado advirtieron sobre la comercialización de varias marcas de queso rallado adulterado, lo cual llevó a la prohibición de su expendio. Esas marcas contenían cantidades de almidón que superaba en diez veces los niveles permitidos para los quesos rallados, así como de ácido sórbico, un elemento que se utiliza en los quesos para su conservación.
En primera instancia, a través del Registro Único Nacional de Alimentos, Empresas y Vehículos (Runaev), se advirtió acerca de las marcas de queso rallado Doña Teresita y Pradera Sur. Posteriormente la nómina se engrosó con la adición de otras marcas, que no cuentan con habilitación ni registro bromatológico, por lo cual el Runaev ordenó el retiro de esos productos del mercado y recomendó a la población que no consuma productos de esas marcas. Se trataba de las marcas Mamita, Rafael Perazza (San José), Carmelitana, Las Palmas (Carmelo), Doña Carmen, Don Raúl (Tacuarembó), Rebenque, Campestre, La Juanita (Nueva Helvecia, todos de la misma empresa), Doña Teresita (Nueva Helvecia), Reggio (Colonia Valdense), La Vaquita (Colonia Valdense), Aguilera y Cía. (Maldonado), Qsomos (Montevideo), Sartore y Pradera Sur (San José).
En el empaque de varias de esas marcas denunciadas aparecía el departamento de Colonia como lugar de origen de esos productos. En ese momento la Intendencia de Colonia comunicó que esos productos “no cuentan con habilitación y registro bromatológico para su elaboración y venta” y que “no se ha identificado su lugar de producción”.
Pedido de informes
Tras ello, el edil del Frente Amplio (FA), Carlos Fernández, presentó un pedido de informes a la comuna coloniense acerca de la situación de las empresas que comercializan queso rallado o alimentos con contenido de queso en ese departamento, así como sobre el funcionamiento de la Dirección de Bromatología de la Intendencia de Colonia, que es la dependencia encargada de controlar a centenares de empresas que comercializan alimentos en ese territorio.
En ese planteo, Fernández interrogó sobre varios temas: la cantidad de conservantes que contenían los productos retirados del mercado; cuántas empresas se dedicaban a la comercialización de los mismos; y si se habían detectado fábricas clandestinas. Además, el edil frenteamplista solicitó información acerca de la forma en la cual lleva a cabo los controles en esos establecimientos y sobre cuántos funcionarios se desempeñan en la Dirección de Bromatología, que depende del Departamento de Higiene de la comuna coloniense.
Respuestas
La directora de Bromatología de la Intendencia de Colonia, la química Beatriz Pérez, fue la encargada de responder el pedido de informes efectuado por el edil del FA. En relación a la cantidad de conservantes permitidos, la funcionara explicó que de acuerdo a la normativa vigente el límite máximo permitido para el ácido sórbico es de 0,1%, es decir 0,1 gramos cada 100 gramos, y “según los resultados de análisis realizados en LATU, el porcentaje de conservador superaba el límite máximo dependiendo de la muestra, entre 2 y 10 veces”, expresó la funcionaria. Pérez explicó que se identificaron tres empresas del departamento de Colonia que elaboraban queso procesado rallado con valores de almidón y ácido sórbico que excedían los límites permitidos según la normativa, y que en ese procedimiento “no fueron identificadas empresas clandestinas”, sino que “se actuó en base al listado de empresas brindado por Runaev, en el que se detallaba las empresas que podrían estar en infracción”.
La Intendencia de Colonia “realiza el registro y la habilitación de alimentos para la comercialización” en ese departamento “y a partir de la implementación del Runaev, estas habilitaciones tienen vigencia nacional”, explicó Pérez. “Las empresas deben presentar una declaración jurada con la composición del alimento que va a elaborar, y en base a esta declaración se aprueba siempre que cumpla con la normativa en vigencia” y “si las empresas se apartan de lo declarado y habilitado, estas desviaciones deberían detectarse en procedimientos de fiscalización”, añadió.
Por otro lado, Pérez expresó una opinión favorable a la posibilidad de que sean habilitados productos en base a queso. “Esta Dirección junto a representantes de otras intendencias y ministerios de Salud Pública y de Ganadería, Agricultura y Pesca” en 2008 “formó parte de un comisión de trabajo para la incorporación en el Reglamento Nacional de una nueva Sección en la que se definieran ´Otros productos lácteos'. “Esta comisión proponía incluir la denominación Barra para fetear admitiendo en este tipo de producto otros límites en cuanto a composición, entre los cuales se permitiría hasta un 10 % de almidón en el producto final”.
Sin embargo, ese proyecto no fue reglamentado por el MSP, aclaró la funcionaria. No obstante, Pérez recordó que en 2011 la Intendencia de Montevideo “ante la demanda y necesidades de los empresarios” autoriza la comercialización de productos con la denominación “barra para fetear” admitiendo hasta un 20 % de almidón. Tras esa resolución “provisoria” adopta por la comuna montevideana “muchos empresarios se basaron en ella para comercializar sus productos a nivel nacional”. Sin embargo, tras una denuncia realizada por la Cámara de Industrias, “el Runaev difundió la situación de los productos que se estaban comercializando fuera del marco normativo y retomó la comisión de trabajo para seguir evaluando el proyecto en el que se definan nuevos productos y denominaciones que no induzcan a engaño a los consumidores”, recordó.
“En este momento las empresas están solicitando el registro de nuevos productos con denominaciones que sean compatibles con del capítulo Alimentos Varios”, informó Pérez. Tras las denuncias realizadas por Runaev, la dirección de Bromatología de la comuna coloniense solicitó a las empresas involucradas el retiro del mercado de sus productos. Al ser consultada sobre la disponibilidad de recursos quee posee esa dependencia, la respuesta de la funcionaria no oculta la escasa dotación de personal y de condiciones materiales, teniendo en cuenta la labor que cumple tanto en el contralor de la elaboración y comercialización de alimentos así como en la formación en Manipulación de Alimentos que se le exige al personal que trabaja en los sectores gastronómicos y alimenticio.
En efecto, actualmente esa dependencia cuenta con dos químicas farmacéuticas (Beatríz Pérez y Karina de la Carrera) y una auxiliar administrativa (Mariella Rodríguez), quienes se desempeñan “en una infraestructura y superficie” de unos 40 metros cuadrados que “es totalmente insuficiente e incompatible con las actividades del laboratorio” ya que en ese lugar “se encuentra todo el personal trabajando en forma simultanea, lo que a su vez limita la posibilidad de incorporar mas recursos humanos”.
“Panorama complejo”
En diálogo con la diaria, Fernández expresó “preocupación” por la escasez de recursos humanos con la que cuenta la Dirección de Bromatología de la comuna coloniense. “Estamos hablando de un departamento donde viven 135 mil personas, y esta situación demuestra un panorama complejo, porque con tres personas en esa repartición no puede llevar un control estricto de lo que comemos, porque no está en condiciones de controlar lo que ocurre en todos los comercios y empresas del sector alimenticio”, subrayó. Para Fernández, “esta situación debería ser contemplada y corregida en el próximo presupuesto quinquenal”.
En relación a lo acontecido con la elaboración y comercialización de queso rallado con valores de almidón y conservantes superiores a lo permitido, Fernández dijo que “el retiro” de los mismos de los comercios legalmente establecidos “ha generado un aumento del mercado negro, porque esos productos se siguen vendiendo sin que nadie los controle”.
Para Fernández, la comuna debería apuntar a generar una nueva categoría de alimentos que incluya a “productos simil queso que contengan una mayor cantidad de almidón”. “Los productores están pidiendo que se genere una categoría particular -'Alimentos con contenido de queso', por ejemplo-, para que el consumidor sepa lo que está comiendo, porque ahora esos productos pasan por el costado sin controles, lo cual resulta peor”. “Ese tipo de productos, que hasta ahora utilizan la categoría queso rallado, tienen un costo valor en el mercado que el queso Sbrinz o Parmesano que se utiliza para rallar, pero al cual todo el mundo no puede acceder”, explicó el edil.
El lunes 15, “habrá un reunión entre productores y el intendente Guillermo Rodríguez para analizar estas situaciones”, adelantó Fernández. “La idea es no perder aquellos productos que tengan niveles de conservantes que no son tóxicos para la salud, porque también son generadores de puestos de trabajo”, resaltó el edil.