El lunes la dirección de Granja Pocha informó a referentes del sindicato de trabajadores que, tras 45 años de estar bajo la égida de Edgardo Villanueva, esa empresa había sido adquirida por el grupo francés Lactalis. En simultáneo, esa noticia fue dada a conocer en forma masiva a través de un comunicado de prensa firmado por ambas empresas. El anuncio resultó inesperado para los trabajadores, que, días previos, habían solicitado a la gerencia de la empresa abordar diferentes temas vinculados a la organización del trabajo.

En diálogo con la diaria, Pablo Sesini, integrante del Sindicato de Trabajadores de Granja Pocha (Sograp), dijo que “en estas horas todavía contamos con muy poca información” sobre la venta de Granja Pocha a Lactalis, “una empresa que ahora anuncia realizar inversiones en esta planta, pero que cuenta con un historial de haber invertido abruptamente en algunos lugares y que, cuando ya no sirvió más, optó por irse”.

“En estos días, con el cierre de Yazaki”, ocurrido en la cercana Colonia del Sacramento, “estamos viendo cómo se manejan los capitales extranjeros”, y “eso genera incertidumbre sobre lo que podrá ocurrir en el futuro” con Granja Pocha, advirtió Sesini.

El referente sindical explicó que “el mercado lácteo es volátil” y “cuando los precios de los productos son altos las empresas invierten”; sin embargo, “cuando los ciclos son a la baja, no es lo mismo trabajar en una empresa familiar, como Granja Pocha, donde las diferencias eran manejadas con respeto y diálogo, y donde se llegaban a acuerdos”, que con una empresa multinacional.

“Granja Pocha logró crecer gracias al acompañamiento que hicimos los trabajadores a la producción y las necesidades que planteaba la empresa, a pesar de los comentarios negativos que a veces se hacen sobre los sindicatos”, destacó Sesini.

En cambio, “las referencias” de Lactalis generan incertidumbre entre los trabajadores lácteos lacazinos. “Cuando desembarca en Uruguay compra Indulacsa de Salto, donde había una quesería, y posteriormente compraron una planta en Cardona, donde elaboran la marca Parmalat”, y “cuando los números no le sirvieron Lactalis cerró la quesería de Salto y trasladó toda la producción a Cardona”, relató el trabajador, y añadió que “lo que pasó en Salto hoy está pasando en Cardona, porque hace tiempo paralizaron la producción de leche en polvo, que era el fuerte de ellos, y mandaron a la gente al seguro de paro, primero por 90 días y después por otros 90 más”.

El gremio de Granja Pocha advierte que Lactalis “ahora pretende concentrar la producción de leche UHT en Juan Lacaze generando un vacío en Cardona”. “Es difícil relacionarse a una empresa que desarrolla esas prácticas”, expresó Sesini.

Para el sindicato de trabajadores, resulta “controversial” el momento en que Granja Pocha es adquirida por Lactalis, ya que en 2024 la empresa lacazina recibió más de tres millones de dólares por parte del Fondo de Reconversión de la Industria Láctea. En efecto, la empresa sabalera recibió 1,1 millones de dólares para inversiones y otros 2,2 millones de dólares para cancelar la deuda financiera a corto plazo con bancos locales. “Para acceder a esos fondos el sindicato ofreció la garantía de que los trabajadores velaríamos para que ese dinero sea destinado a esos objetivos, y ahora vemos que esta planta se vende a una empresa que ofrece más dudas que certezas”, expresó Sesini.