Este martes, la Intendencia de Colonia firmó con la empresa Nogalim SA la compraventa de un área que comprende unos 5.200 metros cuadrados del predio en el que funcionó la textil Sudamtex en Colonia del Sacramento, que será destinado al edificio del Centro Universitario Regional (Cenur) Suroeste de la Universidad de la República (Udelar). La donación de ese edificio se concretará en los próximos días, una vez que la Junta Departamental apruebe el proyecto que enviará el Ejecutivo comandado por el intendente Carlos Moreira.
Luego, la Udelar comenzará los procesos administrativos correspondientes para desarrollar las inversiones necesarias para transformar ese espacio de la vieja factoría textil en una casa de estudios. En diálogo con la diaria, el presidente de la Comisión Coordinadora del Interior de la Udelar, Rodney Colina, analizó el recorrido hecho hasta el momento en el Cenur Suroeste, detalló las nuevas carreras que se dictarán a partir del próximo año y subrayó la necesidad de que el actual gobierno destine un mayor presupuesto para la educación en el próximo quinquenio.
La concreción de la compra de un área de la ex Sudamtex por parte de la Intendencia de Colonia, que finalmente se transformará en la sede del Cenur Suroeste en Colonia, marca un hito importante en la llegada de la Udelar a esa región del país. ¿Qué lectura hacés de lo que ha pasado, a lo largo de este proceso, a partir de ese hecho?
La compra de ese edificio por parte de la intendencia marca un hito desde el punto de vista político, institucional e interinstitucional, porque involucró acuerdos entre la intendencia y un privado y entre la intendencia y la Udelar, en una estrategia que veníamos negociando desde hace ya prácticamente dos años. Recuerdo haber venido a Colonia en varias oportunidades en las que veíamos con preocupación que no encontrábamos un lugar físico donde instalar la universidad, porque ya habíamos lanzado a la interna un proceso para la creación de la primera carrera; de hecho, hay carreras que ya empezaron en 2025.
Creo que, muy atinadamente, desde la intendencia y los diputados de las tres fuerzas políticas se logró una movida que es histórica para la Universidad –y me imagino que para Colonia también–, que es lograr finalmente la compra de ese predio y la posterior donación a la Udelar. ¿Por qué digo esto? Porque entre la donación del edificio y la obra que haga la Universidad ahí seguramente pasen dos o tres años entre las licitaciones y demás procedimientos, entonces son decisiones que tienen un efecto de mediano y largo plazo, pero son trascendentes absolutamente.
Ya estamos trabajando dentro de la Universidad para crear más carreras. De hecho, ya está aprobada la profesionalización de Enfermería, y vendremos oportunamente a Colonia y a Mercedes a hacer el anuncio. Nos dio una alegría enorme poder concretar el comienzo de algo que, una vez que se logre, será realmente muy importante, desde el punto de vista estratégico, para el crecimiento de la Universidad en ese lugar físico que está en el centro de la ciudad, que urbanísticamente es un lugar de tremenda importancia y relevancia. Quizá yo ya no esté en este lugar que estoy ahora, pero es posible que en el futuro el predio quede chico y sea necesario obtener un espacio más, incluso dentro de ese mismo predio.
¿Desde el punto de vista edilicio, qué cosas prevén desarrollar en ese espacio los arquitectos de la Udelar que estuvieron recorriéndolo?
En este proceso lo primero que se hizo fue un primer relevamiento en la ciudad de Colonia, se visitaron distintos locales y espacios físicos. Fueron en el entorno de 23 los locales que se visitaron, incluido el de Sudamtex. Después nosotros estudiamos esa carpeta con los arquitectos de la Udelar y nos dimos cuenta de la importancia del predio de Sudamtex. Concretado ese lugar, una vez que se haga la donación por parte de la intendencia, habrá un equipo técnico de la Udelar pensando en el diseño de un proyecto. Como hay mil metros cuadrados construidos, la idea es poder hacer una obra rápida que incluya una batería de baños; la infraestructura está en buen estado, pero hay que mejorarla muchísimo para que soporte todo el sistema de la virtualidad y la presencialidad a la vez, que esté acondicionada térmicamente también. La idea que tenemos es restaurar ese lugar para después crecer. Con los fondos que tenemos ya en reserva, estaríamos en condiciones de poner a funcionar ese local en un tiempo breve, que en esto significa un año y medio o dos.
¿De cuánto dinero se dispone para esa finalidad?
Hoy en día disponemos de una cifra de alrededor de un millón de dólares para esta primera etapa. Si quisiéramos crecer ahí, obviamente, necesitaríamos más fondos, que ya se están pidiendo ahora en la ley quinquenal al gobierno. Para obras, en particular en el interior del país, estamos solicitando un monto importante para poder avanzar, porque la Universidad se desarrolla en la región. En Mercedes estamos trabajando muy fuerte con la Intendencia de Soriano para concretar una donación de un predio de tres hectáreas que, en principio, estaría en el correr de este año. También va a ser importante construir en Mercedes, porque hoy estamos funcionando en una casa alquilada, en un local prestado. Es muy auspicioso lo que está pasando.
En paralelo al proceso de búsqueda de instalaciones, empezaron los cursos en Colonia del Sacramento, donde ya hay más de 300 jóvenes estudiando.
En Colonia empezamos con tres carreras: Tecnólogo de Administración y Contabilidad, Tecnicatura de Bienes Culturales y Analista en Computación, con un fuerte soporte de las facultades y un fuerte compromiso de los docentes y de los decanos respectivos. Estas carreras tienen la posibilidad de continuidad después en semipresencialidad o en virtualidad, por ejemplo, para proseguir la carrera de contador público o de ingeniero en computación. O sea, son carreras que se pueden continuar.
También aprobamos una nueva carrera, que es la Profesionalización de Enfermería, y estamos trabajando para crear lo que se llaman “ciclos iniciales optativos”, que es la entrada múltiple de carreras: una persona puede hacer acá un primer año de carreras que no están en la región y que puede hacer después en Montevideo o en otra sede. Eso también es un ensamblaje complejo desde el punto de vista técnico-docente, pero va a ser importantísimo para potenciar otras carreras en la región.
¿Cómo se piensa implementar ese proceso?
A la velocidad que estamos trabajando –ahora estamos en un proceso de revisión de la propuesta–, es probable que para 2027 se pueda empezar a implementar algún ciclo inicial. No creo que lleguemos al año que viene con esto. Para que se entienda: existen tres áreas de conocimiento en la universidad. Un área que se llama científico-tecnológica, que involucra a todo lo que tiene que ver con el mundo de la química, la biología, la física, la matemática. Un área que se llama social y artística, que involucra a todo lo que tiene que ver con las ciencias sociales, las humanidades, con carreras que involucran incluso cuestiones que tienen que ver con el desarrollo social. Y después tenemos el área de la salud, que involucra básicamente lo que tiene que ver con la salud humana.
Al crear un ciclo inicial, podés tomar materias de ese ciclo inicial, que vendría a ser un primer año de varias carreras de esas facultades. Se está trabajando muchísimo en que haya cada vez más transversalidad entre las carreras, al menos en los primeros años. Después, obviamente, las carreras se van diversificando. Pero eso nos permite mucha versatilidad y optimizar recursos humanos.
A partir de la concreción de la donación de ese edificio en Colonia para la Udelar, y sobre la base de tu experiencia en el desarrollo de otros Cenures en otras partes del país, ¿qué vislumbrás para Colonia?
Viendo este proceso desde los comienzos, vislumbro un futuro muy promisorio para Colonia y para la Udelar. Obviamente, va a depender de la inversión en términos de poder generar mayores capacidades, por un lado, locativas y, por otro lado, docentes. La virtualidad nos está ayudando mucho también. Es un tema que está planteado, la Universidad incluso lo está discutiendo porque no está pasando sólo en el interior.
Montevideo mismo ha trasladado plataformas enteras a la presencialidad y a la virtualidad o hibridez, como se llama ahora. Entonces, eso nos permite avanzar más rápido y, de alguna manera, no siempre con recursos docentes radicados, sino que pueden ser semipresenciales. El objetivo es generar núcleos docentes potentes que puedan generar grupos de investigación potentes que aporten también al desarrollo de la ciencia y la tecnología y de los saberes del área social y la artística en la región. Eso es un objetivo central.
A pesar de la breve experiencia de la Udelar en Colonia, la institución ya está siendo considerada un actor importante por organizaciones sociales que incluso reclaman su intervención en la atención de problemáticas muy profundas, por ejemplo, en la prevención de los suicidios. Para el desarrollo de esas funciones también es importante contar con mayor presupuesto.
Sí, pero todavía en Uruguay se invierte poco en la educación pública terciaria. La gran preocupación que tenemos todos los que estamos involucrados en estos proyectos, y creo que trasciende a las instituciones, es que queremos captar a los pocos chiquilines que ingresan a la enseñanza media para que continúen en la enseñanza terciaria, que se queden estudiando ahí, que ingresen. Hay un problema con la deserción también. Sin embargo, hay estudios; el Instituto de Economía el año pasado mostró un informe muy interesante que mostraba que todos aquellos chiquilines que ingresan a la enseñanza terciaria en la Udelar, aunque hagan un año o dos, logran una mejora sustantiva en la inserción laboral y en el tipo de salario que reciben. No es un tema menor.
Entonces, hablo de un país que invierte poco porque cuando vemos lo que se invierte en ciencia y tecnología –no sólo a nivel estatal, a nivel privado también–, si nos comparamos con países de la región, no yéndonos tan lejos, estamos por debajo. Por otro lado, también vemos lo que se invierte en otras cuestiones, con montos gigantescos, por ejemplo, para atender el déficit de la Caja Militar: 640 millones de dólares nos cuesta la Caja Militar, lo que representa una vez y media el presupuesto de la Udelar por año. Y bueno, ¿no habrá que repensar qué está pasando?
Yo creo que hay fondos públicos invertidos de manera muy importante en áreas que habría que analizar y revisar en la coyuntura en la que estamos, y pensar hacia dónde queremos que vayan. Uno ve con preocupación que venimos de un período en el que hubo un muy breve y muy escueto crecimiento en el interior, y lo que se logró fue sobre la base de un trabajo político hecho desde la institución, con el exrector Rodrigo Arim recorriendo todo el interior. Logramos revertir un cero presupuestal y logramos conseguir algunos fondos para el interior. Pero el proyecto original del gobierno anterior era un incremento de cero por ciento para la Universidad de la República. Logramos revertirlo y con eso estamos haciendo lo que ustedes están viendo ahora. Pero siempre, obviamente, cuidando las decisiones, cuidando los fondos y, sobre todo, haciendo efectivo el uso del dinero.
Por supuesto que, en su interna, la Universidad está rediscutiendo políticas y optimizando el uso de los recursos, pero estamos en un año clave porque en este momento se está eligiendo el nuevo rector, con la idea de que en agosto la Universidad le presente al Parlamento su solicitud presupuestal.
La llegada de la Udelar al interior también ayuda a luchar contra algunos estigmas que tienen que ver con el fuerte centralismo que existe en el país. En ese sentido, aparece como muy positivo el trabajo que la Udelar pudo hacer en Colonia con los legisladores de todos los partidos políticos.
Totalmente, y desmitifica comentarios que se han hecho de manera muy maliciosa sobre la Universidad acerca de que adoctrinamos a la gente, que está identificada con una fuerza política determinada. Lo han dicho representantes nacionales; eso no es bueno y es absolutamente falso, aparte. Y una de las pruebas es que los diputados de todos los partidos políticos apoyan estos procesos de desarrollo en el interior y lo agradecen.
Es más, en los lugares donde la Universidad ya está funcionando y generando egresados se ve el impacto que esto tiene en la calidad del profesionalismo de la gente que egresa y en la mejora de la gestión de las empresas, por supuesto. Se trata de un impacto inmediato.