El Índice de Confianza del Consumidor (ICC), realizado por el Instituto de Competitividad de la Universidad Católica del Uruguay junto con Equipos Consultores y SURA, registró la “mayor contracción mensual” desde que se hace el estudio, con una caída de nueve puntos en marzo respecto del mes anterior. El ICC mide desde 2007 el grado de optimismo que sienten los uruguayos sobre la situación económica y su situación financiera personal, y en marzo abandonó el nivel de optimismo, en el que permaneció por dos meses seguidos, para situarse “apenas por encima del límite del nivel de moderado pesimismo”.
El subíndice Situación Económica Personal se contrajo 7,2 puntos respecto del mes anterior, y dentro de los componentes (situación económica personal actual y a un año) se registró un descenso levemente mayor de la situación económica personal actual que a un año. “Dado que la encuesta fue realizada a fines del mes de marzo, las respuestas pudieron verse afectadas por la incertidumbre económica actual, debido a la falta de fechas concretas para la reactivación de la economía, y a una mayor seguridad que se volverá a una situación de normalidad a un año, aunque afectada por la crisis”, señala el informe.
Por otra parte, la predisposición a la compra de bienes durables cayó 24 puntos, alcanzando el puntaje más bajo desde que se mide el índice. Los dos componentes de este subíndice (electrodomésticos, automóviles y viviendas) presentaron una importante caída, pero la compra de electrodomésticos fue el componente más afectado, con una caída de 30,6 puntos. Según la Cátedra SURA, esta caída no sólo se vincula a la incertidumbre económica mundial, sino que “posiblemente” se relacione al aumento de 13% en el tipo de cambio respecto de febrero, dado que los precios de estos bienes se fijan en dólares.
El subíndice Situación Económica del País es el único que mejoró con respecto a febrero. Al observar en detalle los dos componentes que lo conforman (situación económica del país a un año y a tres años), se infiere que el responsable del aumento fue la situación económica a tres años, “pudiendo estar relacionado con la percepción de la recuperación económica tras pasar por el receso generado por el covid-19”, destaca el documento.
En general, los otros indicadores analizados en el informe demuestran una recesión respecto de febrero. El indicador de expectativas de ingresos presentó una baja de 10,7 puntos y se ubicó en el valor más bajo desde que se estudia esa variable. Si bien la preferencia por la moneda nacional fue la variable que menos descendió, continúa presentándose en el mínimo desde que se mide. En contrapartida, la preferencia por los depósitos en el país es la variable que mejoró más su desempeño, con un crecimiento de 6,4 puntos, mientras que la capacidad de ahorro aumentó por segundo mes consecutivo (3,6 puntos), lo cual “puede estar relacionado” a la baja predisposición al consumo de bienes durables. Tanto las expectativas de desempleo como las expectativas de inflación se encuentran en los máximos históricos.