La semana pasada, el colectivo Uruguay Es Música (UEM), que nuclea a músicos, productores, mánagers, etcétera, presentó un protocolo para la reactivación de salas ante diversas autoridades, tanto del gobierno nacional como departamental, entre ellas, el titular del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Pablo da Silveira; el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Isaac Alfie; Christian di Candia, cabeza de la Intendencia de Montevideo (IM), y Ramiro Pallares, director de Cultura de la comuna capitalina.
El documento fue elaborado por la Comisión de Protocolos de UEM, “con aportes y participación de asociaciones de técnicos y de equipos médicos con especialización en eventos musicales”, se señala en un comunicado del colectivo, y se agrega que la idea “es comenzar de un punto cero, según los resultados positivos de las acciones tomadas y la mejora de la situación sanitaria del país”, para que permita “avanzar gradualmente en etapas”. Esas etapas tienen como finalidad lograr “reeducar al público” en la “nueva normalidad” para, en un proceso “de corto plazo”, generar la “reactivación paulatina de la industria musical”.
El protocolo establece que la etapa cero empezará en junio y se acopla a la normativa municipal que ya rige para bares y restaurantes. A saber, mesas con distancia mínima de un metro y medio entre ellas, para un máximo de cuatro personas, con alcohol en gel, y una capacidad máxima en el establecimiento de 150 personas, si el metraje del lugar lo permite. Además, el ingreso del público se hará por un “corredor sanitario”, con “control de temperatura, alcohol en gel en manos y alfombra sanitaria”.
“La propuesta artística también se ajustará al metraje de cada escenario, respetando siempre la distancia mínima de 1,5 metros entre cada persona en el escenario. Cada artista podrá ser acompañado de un staff técnico. La cantidad de personas dependerá del metraje del backstage de cada sala, respetando siempre la distancia mínima de 1,5 metros”, establece el protocolo. Además, el horario máximo de finalización de las actividades será a las 00.00, y la duración máxima de los conciertos será de dos horas y media.
Si esa fase cero resulta exitosa, se pasaría a las siguientes. En la primera se propone aumentar la cantidad de público permitida a un máximo de 250 personas –siempre que lo permita el local, para mantener el metro y medio de distancia entre las mesas–, y en la segunda etapa se llegaría a permitir 60% del aforo de pie.
“Tengo mucha fe”
A todo esto, Pallares dijo a la diaria que les llegó la propuesta y la trabajará el Servicio de Convivencia Departamental de la IM, que es la autoridad que regula la habilitación de espectáculos públicos. De todos modos, subrayó que el gobierno nacional es el que tiene la competencia para las habilitaciones, a través del Grupo Asesor Científico Honorario, que trabaja en la órbita de la OPP, ya que sigue vigente el decreto de Presidencia del 13 de marzo (93/020), que declaró la emergencia sanitaria y suspendió los espectáculos públicos. Pallares explicó que por eso la IM no tiene autonomía sobre la habilitación de las salas, por lo tanto, luego de que el gobierno nacional levante la suspensión de los espectáculos públicos, modificando ese decreto, la IM recién se encargaría de las habilitaciones correspondientes. El jerarca puso como ejemplo que hace pocos días el Poder Ejecutivo autorizó los autocines, y por eso el Servicio de Convivencia Departamental habilitó el autocine de Punta Carretas.
“La definición de flexibilización tiene que venir de ahí [del gobierno nacional]. Después de que se dé esa definición nosotros iremos trabajando. Estamos en diálogo con ellos y con todos los demás agentes. Nosotros tenemos salas propias que también están trabajando en sus propios protocolos. Vamos a generar instancias de coordinación con las salas dependientes del MEC, para estar alineados, y también con las salas independientes, pero en los hechos todo va a depender del okay que dé la comisión asesora en OPP”, finalizó.
En tanto, Álvaro Ahunchain, coordinador del Instituto Nacional de Artes Escénicas (INAE) del MEC, dijo a la diaria que le llegó el protocolo sugerido por UEM, que lo analizó y está “bárbaro”, ya que se acopla a los planteos que se vienen realizando para las artes escénicas, pero todavía no hay novedades sobre las fechas en que se podría poner en práctica. “Sabemos que hay una gran preocupación en el análisis del tema y estamos con la expectativa de que en los próximos días nos den lineamientos sobre la aprobación de estos protocolos. Todos los protocolos están arriba de la mesa, a cargo del comité científico, y estamos esperando y consultando, sin pecar de insistentes, pero preocupados para que la actividad se reinicie lo antes posible en condiciones de seguridad”, sostuvo Ahunchain.
Si bien algunos artistas han expresado cierta negatividad ante la vuelta, señalando que quizás los espectáculos públicos sean los últimos en regresar, Ahunchain subrayó que están trabajando “para que no sea así”, y para que se maneje, por ejemplo, del mismo modo que la iglesia, que “tendría una autorización para retornar a las misas”. “Esa también es una actividad de un conjunto de personas en un lugar cerrado, entonces, nada impide que con los espectáculos y los conciertos se haga lo mismo. Nosotros no somos tan pesimistas”, indicó.
Ahunchain agregó que está “convencido” de que el público va a generar “un efecto rebote” y habrá “una necesidad de volver a encontrarse con los artistas, después de estos meses de confinamiento”. “Tengo mucha fe en que el retorno se va a producir. Tenemos en contra la estación: si nos atuviéramos al clima, lo más indicado sería retomar en agosto o setiembre, pero los protocolos presentados han sido muy criteriosos y serios”, finalizó.