Cuando Nicolás Martinelli asumió como director general del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), no se imaginó que días después la actividad de todo el ministerio se vería trastocada por el covid-19. Si bien mayor parte del tiempo la dedica a las demandas de la emergencia sanitaria, se las arregla para seguir con los temas diarios de la cartera y algunos proyectos, como la reestructura y la evaluación de los programas. En ese sentido, ya se determinó que los programas Uruguay Crece Contigo y Cercanías se van a “fusionar”, pero el director general aclara que, por el momento, no se eliminó ningún plan. Martinelli proyecta “un cambio de imagen” del Mides y un ministerio “querido por la gente”, y afirma que las nuevas autoridades están logrando ese cambio. Sobre la inversión de más de 1.000 millones de pesos en medidas adoptadas y la gestión de la cartera en el contexto de la crisis sanitaria, conversó con la diaria.

¿Cómo impactó la pandemia en el trabajo del Mides?

Entre el 70% y el 80% del tiempo lo dedicamos a las urgencias que demanda la emergencia sanitaria, y el resto del tiempo seguimos con los temas diarios del ministerio e incluso con cosas nuevas. Entre todos los cambios que nos trajo el virus, la pandemia nos ayudó a acelerar procesos. Un ejemplo tiene que ver con la gente en situación de calle. Teníamos pensado generar a futuro un programa de housing first: primero darle a la persona un lugar en el mundo, la llave de su casa, y después atender los problemas de adicción o falta de trabajo. El 28 de abril se firmó un convenio con la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) y a fines de la semana que viene se podrán entregar las primeras cinco casas. Estamos esperando la autorización del Tribunal de Cuentas.

¿Cómo funciona esta propuesta de housing first? ¿Dejarían de existir los refugios como los conocemos?

No, son cuestiones bien distintas. No todo el mundo califica para la propuesta de housing first. Es muy importante la selección, que estará a cargo del equipo de calle que ya conoce a la población en esa situación. Se elige a quienes podrían estar más aptos para mudarse, empezar el camino de autosustentarse, valerse por sí mismos y ser compatibles en la convivencia. Hay gente en situación de calle que percibe una pensión o tiene algún tipo de prestación que le puede permitir eventualmente pagar un alquiler o mantenerse. Quizás en los primeros meses el Mides pueda hacerse cargo de un alquiler, pero las personas deben poder cubrir sus necesidades básicas y vivir perfectamente. El objetivo es que empiecen a dar los primeros pasos para salir adelante.

¿Por cuánto tiempo van a funcionar los establecimientos que están utilizando durante la pandemia para alojar personas que estaban en situación de calle?

En el caso del Palacio Peñarol, que es difícil calefaccionar, la idea es reubicar, por los primeros fríos, a las personas que están allí. Para eso estamos trabajando en un predio donde está ubicado el Instituto de Ciegos General Artigas. Allí estamos armando un sistema de módulos similar al de la Rural del Prado. Serán módulos para dos personas y habrá módulos de comedor, de esparcimiento, para lavar la ropa, etcétera. Funcionará con un concepto similar al de housing first: la persona tiene que cocinarse y lavarse la ropa. En los próximos diez o 15 días quedarán instalados los módulos en funcionamiento. Luego, a medida que se vaya retomando la actividad en el país, tendremos que ir generando nuevas capacidades. Estamos pensando en otros lugares. Un lugar que tenemos es una casa en Sayago que pertenecía a un convento. Tiene unas 40 habitaciones para unas 80 personas. Entre esos dos espacios tenemos prácticamente cubierta la demanda de gente que hoy está en estos clubes deportivos. Además, tenemos los módulos de la Rural del Prado, que hoy sirven de contingencia, pero es una inversión del ministerio que va a quedar con 100 cupos de camas para instalarlos en algún otro predio o inmueble con el objetivo de armar algo similar a lo que estamos armando hoy en el Instituto Artigas.

¿Qué pasa con la gente que todavía está en la calle?

Es un gran desafío que tenemos por delante. El censo que se hizo el año pasado indicaba que había unas 2.100 personas en situación de calle y había cupos cama sólo para 1.000. Nosotros asumimos la gestión, el 1o de marzo, ya con 1.100 personas durmiendo en la calle y generamos cerca 350 cupos cama nuevos en los primeros 20 o 30 días de marzo. Estamos viendo la posibilidad de hacer un nuevo censo, porque entendemos que a raíz de la emergencia sanitaria ese dato del censo quizás hoy sea mayor. Una situación que puede llegar a indicar esto es que las pensiones clandestinas o que no estaban autorizadas, en las que en muchos casos vivían inmigrantes, fueron desalojadas y esas personas hoy están en situación de calle. En muchos casos la gente inmigrante tiene capacidad de sustentarse; no es la misma situación de muchos de los que viven en los refugios. Son personas que ni bien se reactive la economía probablemente consigan algún trabajo, en la informalidad o no, y tengan un sustento para pagar una pensión.

Auditorías

El domingo de tarde, Martinelli brindó una conferencia de prensa en la que dio detalles de un dato publicado este domingo por el diario El País que, según el jerarca, surgió de una de las “auditorías” que se están haciendo en la cartera: una deuda de casi 10 millones de pesos de oenegés que contrataba el Mides debido al impago de los alquileres de los refugios. Según el matutino, la cartera les remitía dinero a las oenegés y las cooperativas que atienden dichos refugios para gastos de funcionamiento, pero la auditoría arrojó que unas 15 organizaciones tenían deudas. Este domingo Martinelli dijo que se llevan adelante tres auditorías: una a dirigida a los inmuebles de la Dirección Nacional de Discapacidad, otra respecto a las ya mencionadas oenegés “que trabajan con refugios de arrendamientos” y una tercera que tiene que ver con los pagos y las inscripciones al BPS del programa Uruguay Trabaja, que el jerarca dijo que no se efectuaron en diciembre, enero y febrero. Tras la conferencia, la ex subsecretaria del Mides Ana Olivera escribió en Twitter que las actuales autoridades ya habían sido informadas, en la transición, del impago de las oenegés y de que una ya tenía una denuncia penal al respecto. Olivera, ahora diputada, aseguró que si hay alguna denuncia penal, no se someterá a ningún fuero.

¿Las medidas para cubrir las necesidades en alimentación te parecen suficientes?

Las primeras medidas que tomamos tuvieron que ver con duplicar la Tarjeta Uruguay Social (TUS), que se pagó en dos cuotas, y después hicimos lo mismo con la Asignación Familiar-Plan de Equidad. Al mismo tiempo, el Instituto Nacional de Alimentación reforzó las canastas de alimentos en las oficinas territoriales y en los comedores de las intendencias de todo el país. Al principio de la emergencia surgieron las ollas populares. Me meto en este tema porque entendemos que son una expresión espontánea de solidaridad del pueblo uruguayo y nunca nos opusimos. [No obstante], vimos que, desde el momento en que nosotros empezamos a duplicar la TUS y las asignaciones, y reforzamos las canastas en las oficinas territoriales y las intendencias, las ollas populares disminuyeron drásticamente. Ni bien se empezaron a tomar las primeras medidas económicas a raíz del coronavirus, surgió un colectivo de gente que no estaba incluida ni en el mundo del Mides ni en el mundo del Banco de Previsión Social (BPS), que eran los [trabajadores] informales, cerca de unas 410.000 o 420.000 personas. Por eso, diseñamos el sistema Tuapp junto con Antel. Hoy 150.000 personas están autorizadas para cobrar el cupón canasta, de las cuales ya lo deben de haber cobrado más de 100.000. Se han registrado más de 200.000 personas.

Es bastante criticado el valor del cupón, de 1.200 pesos...

Esta es una medida que se tomó en base a parámetros que estaban establecidos desde la gestión anterior. Los 1.200 pesos no los fijamos nosotros. No quiere decir que estén bien o mal; capaz que son revisables. Cuando hicimos esto, hacía menos de 20 días que habíamos entrado.

¿Evalúan aumentarlo?

Estamos evaluando la posibilidad de reiterar el cupón canasta y duplicar las asignaciones y la TUS. También estamos estudiando la posibilidad de incluir otros colectivos que han ido surgiendo [en la crisis] y que también entendemos que pueden llegar a necesitar una ayuda del Mides. Por ejemplo, las personas con multiempleo que, de tres empleos, sólo en un caso estaban en regla con un sueldo mínimo, perdieron los trabajos en negro y fueron al seguro de paro por el otro, y cobran muy poco. Con el BPS estamos evaluando brindarle una ayuda a esa población.

¿Te sorprendieron las ollas populares a los pocos días de que se declarara la emergencia?

Yo creo que en algunos casos puede haber habido una intencionalidad política, pero en la mayoría de los casos fue gente espontánea guiada por la solidaridad. Pienso que realmente había una necesidad de fondo de alimentarse.

¿Intencionalidad política?

Sí, porque las primeras ollas aparecieron apenas a los cuatro días de que el gobierno hiciera la primera conferencia de prensa en la que anunció las primeras medidas. Ahí, o había una situación de vulnerabilidad y fragilidad muy importante en un sector de la población que estaba oculto, o hubo una suerte de intencionalidad política al generar las ollas, con todo lo que eso genera.

¿De quién?

No lo sé.

Un informe de la Facultad de Economía concluyó que en abril unas 100.000 personas quedaron bajo la línea de pobreza. ¿Están pensando acciones para atender el aumento de la pobreza, contenerlo o evitar que haya un gran crecimiento?

El informe está basado en una duplicación de la TUS y las asignaciones, y esas son medidas que vamos a volver a tomar. Además, no toman en cuenta toda la solidaridad espontánea que surgió [de la sociedad] y la duplicación de las canastas en los comedores de las intendencias. También el Mides ha recibido muchas donaciones y las ha ido entregando. Toman una foto parcial para hacer el informe. Esa cifra podría ser otra. No es que invalide todo el trabajo ni el análisis, pero es una foto que no considera otras cuestiones que el Mides toma en cuenta. Además, el informe sostiene que la pobreza aumenta, pero que si hacés una inversión de 1.000 millones de pesos la podés estabilizar en la cifra de 2019. Nosotros hicimos esa inversión y ellos dicen que la pobreza igual aumentó. O están midiendo mal o la inversión tiene que ser mayor. Hay una incongruencia. Era esperable que hubiera un aumento de la pobreza. Quizás el gran trabajo del ministerio, además del que está haciendo durante la pandemia, será el que tenga que hacer después. A no ser que la economía se reactive muy rápido en forma de V, es decir, que rebote abajo y suba enseguida. Yo creo que va a ser así. El Mides va a tener un trabajo muy importante y todo eso se está evaluando.

¿Están pensando en nuevas medidas para los residenciales?

Tenemos varias ideas. Una idea es servirse del convenio con la ANV para buscar propiedades del Estado y utilizarlas como residenciales o que los residenciales que están con registro aprobado generen cupos cama libres y las personas se puedan trasladar a ellos. En el último caso, el Mides pagaría la diferencia entre lo que puede pagar el usuario y lo que sale el cupo. Otra idea es impulsar los residenciales informales que tienen las condiciones para llegar a cierto nivel de formalidad, para que hagan las refacciones necesarias, por medio del programa de microcréditos blandos que otorga préstamos de hasta 500.000 pesos, y adapten el lugar. Hay ideas que nos han llegado de los propios agremiados y los residenciales, que habrá que discutir con el Ministerio de Economía y Finanzas, que pasan, por ejemplo, por la posibilidad de reducir el monto de IVA que se les cobra a los residenciales. Ellos pagan un 22% y plantean la posibilidad de pagar un 10% como grupo de salud.

Inversiones del Mides

Desde que las autoridades del Ejecutivo decretaron el estado de emergencia sanitaria y comenzaron a tomarse las primeras medidas, el 13 de marzo, el Mides invirtió un total de 1.487.528.955 pesos (33.677.655 dólares) hasta mayo.

Entre marzo y abril en la TUS se invirtieron 277.565.252 pesos (6.284.077 dólares). A su vez, en abril hubo un gasto extra de 696.648 pesos (15.772 dólares) y se gastaron 1.188.000 pesos (26.896 dólares) en el grupo de clasificadores de basura que reciben la tarjeta. En el caso de las asignaciones, sólo figura el gasto de abril, de 310.517.114 pesos (7.030.107 dólares). Las medidas de duplicación de estas prestaciones se retomarán en mayo, pero aún no figura en qué cantidad. Entre los beneficiarios a través de la aplicación Tuapp, la inversión fue de 3.600.000 pesos en marzo (81.504 dólares), 144.000.000 pesos en abril (3.260.160 dólares) y 360.000 pesos en mayo (8.150.400 dólares), unos 12.225.600 dólares en total.

En los últimos tres meses, el Instituto Nacional de Alimentación tuvo un gasto de 273.790.848 pesos (6.198.624 dólares). En viandas de comida se gastaron 7.013.490 pesos (158.785 dólares) cada mes; un total de 21.040.470 pesos (es decir, 476.356 dólares).

En el caso de los refugios de 24 horas, la inversión del Mides fue de 7.596.072 pesos (171.975 dólares). En los espacios dispuestos en el contexto de emergencia sanitaria para alojar a las personas en situación de calle se invirtieron 4.415.478 pesos (99.966 dólares) en el caso de los clubes deportivos en abril y mayo, 43.897.545 pesos (993.840 dólares) en el caso de los contenedores de la Rural del Prado, y 675.000 pesos en abril (15.282 dólares) y 1.350.000 pesos en mayo (30.564 dólares) en el hotel Urban Express. Además, en abril se invirtieron 735.416 pesos en cupos camas (16.649 dólares) y entre marzo, abril y mayo se destinaron 4.061.153 pesos a la fundación A Ganar (91.944 dólares), que dispuso personal en varios centros donde se alojaron las personas en situación de calle.

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