Hace varias semanas en Italia se instaló un debate que incluye a virólogos, médicos e investigadores, acerca de si es cierta o no la hipótesis científica de que el virus causante de la covid-19 mutó y está siendo menos agresivo.
Hace algunos días, en una entrevista con el programa periodístico Piazza pulita (Zona limpia), que emite la cadena La7, el profesor Giuseppe Remuzzi, director del Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri, con sede en la ciudad de Milán, aseveró: “Los pacientes de hoy son diferentes de los de hace tres o cuatro semanas. Los enfermos son menos graves y están disminuyendo las hospitalizaciones”. En particular, agregó: “Veo a estos pacientes que ya no son los de antes. Antes a las salas de emergencias llegaban 80 personas, todas con dificultades respiratorias graves. Hoy llegan diez y a ocho pueden ser enviadas a casa”.
En la misma línea se expresó Massimo Clementi, director del laboratorio de virología de San Raffaele, en Milán, quien, en otro programa de La7, Otto e mezzo (Ocho y media), dijo que la “epidemia está perdiendo fuerza” y que el virus en poco tiempo “se volverá inofensivo como un resfrío”.
Sin embargo, otro experto que ganó mucha notoriedad en los últimos meses, Massimo Galli, director de Enfermedades Infecciosas del hospital Luigi Sacco, uno de los que más pacientes con covid-19 atendió durante los peores momentos de la pandemia en la capital lombarda, afirmó: “La situación se modificó porque los ancianos y las personas más frágiles después de la primera ola se encerraron en sus casas en condiciones de máxima seguridad. Pero decir que el virus se calmó me parece que va más allá de cualquier lógica. No hay evidencia científica para decir que el virus ahora es menos malo que antes. No hemos visto cambios que sugieran una menor virulencia del virus”.
Interrogado acerca de las afirmaciones de Remuzzi sobre la mutación del virus, Galli respondió: “Con el debido respeto, creo que esta declaración no tiene fundamento. Estamos presenciando la cola de la primera ola, y los pacientes ingresados en este momento son menos graves simplemente porque cuando llegaron al hospital tenían un cuadro clínico que no estaba excesivamente comprometido y fueron tratados rápidamente”. Finalmente, sobre la situación en Milán, el profesor dijo que “ciertamente” no está tranquilo, aunque dejó claro, negando algunas versiones de prensa que circularon en días anteriores, que él en ningún momento había dicho que Milán es una bomba.
Más allá de la polémica entre Remuzzi y Galli, otras fuentes de entidades médicas milaneses que están trabajando a diario en el tema afirman que tienen la sensación de que la situación cambió. Un hecho puntual y demostrado que puede haber llevado a que la percepción cambiara es que los médicos e investigadores avanzaron mucho sobre cómo tratar a las personas enfermas, y está demostrado que el uso de agentes antiplaquetarios –medicamentos que hacen que la sangre sea más fluida– son altamente eficaces para el tratamiento del virus.