La reducción del presupuesto universitario llevó otra vez a los manifestantes ecuatorianos a las calles, pese a las medidas de distanciamiento social dispuestas por el gobierno de Lenín Moreno en el marco del combate a la epidemia de covid-19.
Centenares de personas, muchas de ellas docentes universitarios, marcharon el lunes bajo la consigna “La educación es un derecho, no un privilegio”. El martes 5 se organizó una protesta similar. Las dos fueron muy distintas a las manifestaciones de octubre, cuando una multitud salió a las calles contra el aumento de los combustibles, pero al igual que entonces se expresó el rechazo a las decisiones económicas del gobierno de Moreno.
Los manifestantes salieron cubiertos con barbijos y otros tipos de elementos para cubrirse el rostro, con las manos enguantadas y preparados con recipientes de alcohol en gel, y caminaron a cierta distancia unos de otros para prevenir el contagio.
La protesta se concentró frente a la Universidad Central, en Quito.
“La educación es un gasto cuando te quieren ignorante”, decía una de las pancartas que se leían allí. Uno de los manifestantes, Lenín Miranda, docente de esa institución, dijo a la agencia Efe que el gobierno ya aplicó un recorte en diciembre y otro a comienzos de este año, lo que pone en riesgo el empleo de 30% de los profesores, así como la investigación y las funciones universitarias vinculadas con la sociedad. Otros manifestantes señalaron que el recorte pone en duda la continuidad de algunas carreras.
El gobierno aplicó esta medida en un momento en que la economía del país está afectada por la caída de la demanda y del precio del petróleo, el pago de deuda externa y la crisis sanitaria. Se estima que el recorte es de unos 98 millones de dólares, informó la agencia AP. Sin embargo, no fue anunciado por el Ejecutivo sino por las propias universidades, cuyos departamentos financieros detectaron la reducción de recursos, de acuerdo con el diario El Comercio.
En respuesta, se organizó un Frente en Defensa de la Educación Pública, para demostrar “que la población no está dormida”, dijo a ese periódico ecuatoriano uno de los docentes, que pidió que no lo identificaran. Agregó que las autoridades buscan “ir disminuyendo el presupuesto del Estado a condiciones dramáticas, que no se llegaron a ver ni en los 90”, y que los manifestantes intentan “hacerle entender al gobierno, que mira la educación como algo secundario”, que la universidad es esencial, “no sólo en la pandemia sino en el desarrollo de la sociedad”.