En la vuelta paulatina de los centros educativos, la vieja rutina de padres, madres y niños también se irá recomponiendo. Con ello volverá a cambiar la noción del tiempo, sobre todo de qué hacer con ese tiempo. Aquí proponemos algunos ejercicios deportivos para que practiquen grandes y chicos, juntos y a la vez.
Sí: niños y niñas pueden hacer muchos de los movimientos que hacen los adultos. Es más, corren con ventaja, porque para lo que el adulto supone demasiada carga y esfuerzo, los niños lo toman como ocio y recreación. Si es por ellos, pasarían la vida jugando.
La clave es divertirse. La idea de estos ejercicios, a veces simplemente rutinarios en cualquier visita al gimnasio, es modificarle algunas reglas y hacerlos más entretenidos. Con eso resuelto, lo otro, o sea trabajar la motricidad, la resistencia y hasta la musculatura, está asegurado.
Zumba para todos
Bailar es ideal para grandes y chicos. Primero, por el goce que la danza lleva implícito. Segundo, porque a medida que se va gozando se van ejercitando todas las partes del cuerpo.
La idea central dependerá de los niños: serán ellos quienes elijan una de sus canciones favoritas.
Se trata de que se cubran por lo menos 15 minutos de ejercicios con variadas coreografías, sean las de las mismas canciones o inventadas por los propios participantes. Youtube es la plataforma ideal para acompañar la tarea, porque en la mayoría de los casos hay coreos como para imitar (y divertirse cuando no salen).
Para terminar la actividad recomendamos la canción “Quédate en casa” (Ariel de Cuba), muy pegadiza y con letra referida al coronavirus.
Como en el gimnasio
Ya con el cuerpo caliente por el baile intensificaremos la tarea con varios ejercicios que impliquen saltar, agacharse, gatear, dar vueltas de carnero e, incluso, hacer algunas lagartijas.
Para realizar estas actividades es fundamental tomarse unos minutos para explicarles a los niños cuál es la mejor manera de hacer cada ejercicio y así evitar lesiones.
Usemos la imaginación, el espacio más grande que tengamos a disposición, y todo lo que esté a mano: cajas, sillas, mesas, juguetes.
Va una idea: colocar una silla a dos metros de distancia e ir hacia ella repiqueteando con las rodillas en alto o golpeando la cola con los talones; volver marcha atrás hasta el punto de partida; agacharse y saltar; hacer unas sentadillas y salir gateando para pasar por debajo de una mesa; salir de ahí, saltar en el lugar como queriendo tocar el techo y terminar con abdominales o lagartijas. Volver caminando y repetir un par de veces más.
Un poco de distracción
Misión cumplida: se trabajaron la forma física, la motricidad, los reflejos, la coordinación y la alegría. Sí, van a terminar cansados con el ejercicio anterior. Por eso la dinámica cambiará hacia algo más tranqui.
Las propuestas, que serán dos, tendrán como objetivo ir bajando las pulsaciones.
Un juego puede ser esconder un juguete y buscarlo mediante pistas (o apelando al viejo recurso de cantar “frío”, “templado” o “caliente” dependiendo de la cercanía con el objeto escondido). El otro juego propuesto es el clásico “Dígalo con mímica”. Dependiendo de cuántos sean, se puede jugar de manera individual o por pequeños grupos. Es bien simple: se escriben acciones cotidianas en unos papeles, se doblan a la mitad y se meten en una cajita o bolsa. Cada quien sacará un papelito y tendrá que representar lo que ahí dice para que los restantes adivinen qué es.
Despedirse como corresponde
Indispensable para cerrar cualquier actividad física: hay que estirar. Para esta tarea es necesario destinar entre diez y 15 minutos. Es importante estirar todo el cuerpo, en especial las partes que más trabajo hicieron durante los ejercicios.
Es recomendable empezar por los brazos y el tren superior, para después dedicarse al tren inferior (para lo que podrán utilizar el suelo). Lo notará y será gracioso: los niños estirarán mejor que usted. Otra cosa importante: enséñeles a acompañar cada ejercicio con la respiración adecuada (inhalación, exhalación).
Para el cierre, si se animan y tienen conocimientos básicos, hacer yoga también es bueno. Es una manera de acompañar los estiramientos, pero también de estimular la concentración y la vuelta a la calma. Tanto para una actividad como para otra, puede encontrar en internet varios videos y tutoriales que los guiarán.
Aclaración importante: como también es tarea de los padres generar hábitos saludables en sus hijos, más allá del acto puntualmente divertido, repitan estas tareas todos los días o, por lo menos, día por medio. No sean haraganes.