En Sudáfrica se confirmó este jueves la detección de una nueva variante del coronavirus. Por el momento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no comunicó la letra griega con la que se llamará, por lo que los científicos y autoridades sanitarias del país africano la identifican como la variante B.1.1.529. La preocupación que despertó en la comunidad científica se debe a que posee múltiples mutaciones, aunque siguen estudiando su posible impacto.
La nueva variante tiene “una constelación muy inusual de mutaciones”, con un “significado incierto”, explicó el virólogo Tulio de Oliveira, miembro de la Krisp, una institución científica del este de Sudáfrica, en una conferencia de prensa en la que explicó que esta variante es “motivo de preocupación” en el país.
Hasta ahora se confirmaron casos de esta nueva variante en Sudáfrica, en el vecino país Botsuana y Hong Kong, en un viajero que venía de África, según los datos del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica.
En total, la B.1.1.529 presenta más de una treintena de mutaciones y algunas de ellas son, según los científicos sudafricanos, motivo de preocupación por su posible impacto en la transmisibilidad y por su potencial capacidad de evadir la inmunidad o protección previa.
De Oliveira detalló que la variante “sorprendió” a los científicos porque “tiene un gran salto evolutivo, muchas más variantes de las que esperábamos, especialmente después de una tercera ola de Delta muy severa”. Opinó que “podríamos ver potencialmente esta variante expandirse muy rápido”, en base a los datos de los últimos días en los que el número de casos de covid-19 sigue aumentando como lo ha hecho desde comienzo de noviembre.
Los contagios en el país africano se dispararon, llegando a 1.200 casos el miércoles, a diferencia de los 100 casos por día que había a principios del mes. De todas formas, los investigadores sudafricanos pidieron cautela y aseguraron que es muy pronto para definir si hay vínculo directo entre la nueva variante y el aumento de casos. De hecho, los especialistas remarcaron que se detectó la nueva variante muy temprano y eso genera la posibilidad de controlar mejor la expansión.
En la conferencia de prensa también participó el ministro de Salud de Sudáfrica, Joe Phaahla, quien afirmó que se conoce esta variante desde el martes 23 de noviembre, gracias al análisis de muestras que se tomaron entre el 14 y el 16. La autoridad remarcó que se esperó a tener la confirmación de una nueva variante porque “no queríamos que esto estuviera merodeando como un rumor”.
Con esto se refirió a que días atrás el virólogo Tom Peacock, del Imperial College de Londres, publicó los detalles en un foro de intercambio de secuencias y los comunicó en su cuenta de Twitter. Peacock detalló que la nueva variante tiene 32 mutaciones, algo que calificó como “extremadamente alto” si se tiene en cuenta que la variante Delta, que ahora predomina en todo el mundo, tiene 16.
Según describió el virólogo inglés, las mutaciones son los “trucos” que le permiten al virus adaptarse y hacerse más transmisible, incluso escapando de la inmunidad que generan las vacunas. “La longitud de la rama extremadamente larga y la cantidad increíblemente alta de mutaciones de picos sugieren que esto podría ser una preocupación real”, escribió.