Una publicación divulgada este jueves por la revista médica británica The Lancet apuntó que cerca de 40% de las muertes provocadas por el coronavirus en Estados Unidos podrían haber sido evitadas si el país hubiera adoptado medidas más duras contra la pandemia. En este sentido se indicó que fue determinante la actitud adoptada por el entonces presidente Donald Trump, que “politizó y repudió a la ciencia, dejando al país sin preparación y expuesto a la pandemia”.
Según se explicó en el informe, el problema fue que, además de la ausencia de políticas por parte del gobierno federal tendientes a evitar las aglomeraciones y a promover el uso de tapabocas, el país carece de un sistema de salud público, y que cayó mucho el financiamiento destinado a los fondos que sostienen a los hospitales más necesitados.
En el informe, los 33 investigadores que participaron en este estudio reclamaron al nuevo gobierno estadounidense tomar distancia “inmediatamente” de las políticas sanitarias de Trump, aunque reconocen que el gobernante republicano heredó décadas de políticas fallidas en materia de salud, que su administración no hizo más que agravar.
Para determinar cuántas muertes atribuidas a la covid-19 podría haber evitado Estados Unidos, los autores del estudio compararon la tasa de mortalidad promedio en los otros países del G7 (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón y Reino Unido) con la tasa de mortalidad estadounidense, de acuerdo a lo que consignó el diario inglés The Guardian. De acuerdo a datos oficiales, Estados Unidos es el país del mundo con más muertes e infecciones causadas por el coronavirus. Las personas diagnosticadas en el país con la enfermedad son más de 27 millones y medio, en tanto que las personas que murieron portando el virus fueron más de 473.000.
En su informe, los científicos pidieron revertir las políticas que sucesivamente, en el transcurso de los años, han generado que la salud de la población estadounidense haya empeorado, en vez de mejorar, como sucede en la mayor parte del mundo desarrollado.
Las conclusiones, que los investigadores consideran “devastadoras”, se publicaron como parte de la Comisión Lancet para políticas públicas y sanitarias en la era Trump, que comenzó a estudiar las políticas sanitarias del país desde 2017.
El informe estima que en 2018 podrían haberse evitado 461.000 muertes con políticas sanitarias distintas y consideran que, sólo eliminando las casi inexistentes políticas medioambientales de Trump, se habrían evitado 22.000 fallecimientos en 2019.
Las dificultades para acceder a la salud, en un sistema con un gran componente privado y precios elevadísimos comparados con otros países ricos, ha hecho que incluso la esperanza de vida, que ronda los 78 años en Estados Unidos, haya comenzado a caer, mientras que en el resto del mundo este índice tiene a aumentar; ni que hablar en los países desarrollados.
Las fallidas políticas sanitarias, centradas en el beneficio privado, son en buena parte el motivo de que 11% de los estadounidenses sufra inseguridad alimentaria, riesgo de obesidad o diabetes, y, por ende, una mayor posibilidad de morir por causa del coronavirus.
En el estudio se señala también que la pandemia de covid-19 afectó en mayor medida a las minorías: sumergió la esperanza de vida de la población de origen hispano en más de 3,5 años e incrementó la diferencia de mortalidad entre blancos y negros. “La pandemia ha mostrado lo espectacularmente inadecuado que es el sistema sanitario del país a la hora de proteger la salud de la nación. La covid-19 ha explotado desigualdades existentes a nivel sanitario y social en todo el mundo, pero en ningún otro lugar es más claro que en Estados Unidos”, indicó Richard Horton, editor en jefe de The Lancet.