Durante la comparecencia este martes a la Comisión Especial del Senado para el monitoreo de la pandemia, integrantes del Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) dejaron en claro que no existirá una vuelta a la normalidad en el corto plazo, y que habrá que continuar con las actuales medidas y protocolos hasta que avance consistentemente la etapa de vacunación.

No obstante, según dijo el coordinador general del grupo, Rafael Radi, es posible que en los próximos dos meses se vea primero “una reducción sostenida de ingreso de pacientes graves al sistema de salud, con una disminución de los casos graves y de los fallecidos”; luego “una disminución de los casos en general”; y, en último lugar, “un avance hacia una zona de control epidemiológico” que permitiría volver a la estrategia “Tetris”, de testeo, rastreo y aislamiento. Eso, sostuvo, se daría al volver a unos 200 casos por día, y para eso el país debería ir dejando atrás consecutivamente las distintas franjas de la pandemia en las que ha ido introduciéndose: desde la más grave, que actualmente registra el país, la TC4, a la TC1.

El cambio, sostuvo, podría darse cuando entre 45% y 50% de la población esté totalmente vacunada (incluyendo los 15 días posteriores a la segunda dosis). Allí, dijo Radi, “vamos a entrar en una zona de mucho mayor control de la epidemia y, quizás, tengamos que pensar un futuro de mediano plazo en el que convivamos con una situación biológica –que nosotros denominamos endemoepidémica– con una circulación comunitaria de base que cada tanto dará brotes, a los que el sistema sanitario tendrá que identificar y apagar”. “Creo que ese es un escenario mucho más real que pensar uno en que, llegado el 70% [de la población vacunada], mágicamente se cierra y se termina la transmisión viral”, sostuvo Radi.

En este proceso, sin embargo, puede darse otro obstáculo, advirtió: que el aumento de la inmunización suponga un “relajamiento de las medidas y un aumento de las interacciones sociales”. Por eso, Radi adelantó que en el mediano plazo puede haber, en este escenario de descenso de casos, “períodos transitorios de interrupción, incluso de nuevos aumentos, antes de lograr el control epidemiológico total”.

Complicaciones asociadas a la disminución de las consultas médicas

Por su parte, otro de los integrantes del GACH, el gastroenterólogo Henry Cohen, dijo que los problemas vinculados a la disminución de las consultas médicas van “desde el aumento de miopía en niños durante la cuarentena por el uso prolongado de la pantalla de la computadora” hasta “complicaciones cardiovasculares severas no habituales por la tardanza en realizar la consulta”, atrasos en pacientes oncológicos y también en “programas de diagnóstico precoz de diferentes enfermedades”.

El gastroenterólogo compartió algunos datos: hay entre 45.000 y 50.000 pacientes con cirugías postergadas; 22% de disminución de estudios de papanicolau respecto de 2019; disminución notoria de screenings de cardiología y cáncer de mama; caída de colonoscopías para detectar cáncer de color de entre 20% y 25%, y una baja en los trasplantes de órganos sólidos de 20%. “El impacto a mediano y largo plazo de la demora y no asistencia de patologías o enfermedades no covid empieza a visualizarse en forma significativa”, aseguró.