En una conferencia de prensa virtual realizada este miércoles en Alemania, el cofundador de la empresa farmacéutica germana Biontech, Ugur Sahin, dijo que la vacuna contra el coronavirus desarrollada por su laboratorio y distribuida junto con su socio estadounidense Pfizer va a necesitar una tercera dosis nueve meses después de la aplicación de la segunda, que usualmente se administra a las tres semanas de la primera dosis.
De acuerdo con lo que informó la agencia de noticias Efe, Sahin, médico oncólogo alemán de origen turco de 55 años de edad, expresó en su contacto con los medios que confía en que la vacuna desarrollada por Pfizer y Biontech sea también efectiva contra la variante india de la covid-19.
“Nuestro método se basa en las experiencias adquiridas contra el cáncer. Experimentamos con muchas variantes y, hasta ahora, en todas hemos logrado buenos resultados”, explicó Sahin. “Confío en que obtendremos también buenos resultados frente a la variante india”, agregó, haciendo referencia a esta mutación, mucho más agresiva que las anteriormente detectadas, que está causando estragos actualmente en el país asiático.
Sahin indicó que hasta ahora su vacuna había mostrado efectividad “en prácticamente todas” las mutaciones conocidas. El científico recordó que la máxima efectividad de su fármaco –97%– no se alcanza hasta siete días después de haber recibido la segunda dosis. Recordó, además, que seis meses después de haberse logrado esa máxima inmunidad mediante la segunda dosis, esta empieza a descender.
De acuerdo con sus estimaciones actuales, esto implicaría que, entre los nueve meses y el año siguiente probablemente deberá inyectarse una tercera dosis para garantizar el mantenimiento de la máxima inmunidad.
“La protección se va haciendo menor lentamente con el paso del tiempo”, explicó Sahin. “Tenemos datos que indican que a los seis meses la protección ya no es de 95% sino de 91%, y a los ocho meses vemos que los anticuerpos que producen la protección merman claramente. Por eso necesitamos una tercera dosis para llevar la protección de nuevo a cerca de 100%”, expresó el médico alemán según lo que recogió el diario barcelonés La Vanguardia.
Según explicó Sahin, “la tercera dosis a los nueve meses, o como muy tarde al cabo de un año, puede ayudar a la protección como vacunación de refuerzo”. El médico alemán dijo además que es probable que las vacunas contra la covid-19 se tengan que dar cada año, como sucede con los inmunizantes contra la gripe estacional.
Por otra parte, Sahin se mostró cauteloso en lo que respecta a la liberación de restricciones para las personas que ya hayan sido vacunadas. Está claro que esta va a producirse, ya que “todos esperamos recuperar la normalidad”, pero debe evitarse caer en “discriminaciones” entre personas inmunizadas y otras que no lo están, advirtió.
El experto también se refirió a la cuestión de la suspensión de las patentes durante la pandemia, un tema que está en el debate actualmente debido a la dificultad de acceso a las vacunas que están teniendo la mayor parte de los países del mundo. Para él, liberar la propiedad intelectual de las fórmulas no necesariamente conseguiría aumentar la producción de vacunas para que sean accesibles a todos. La mejor solución, a su entender, sería otorgar licencias de producción a terceras empresas con capacidad de fabricar las dosis. La vacuna, explicó Sahin, no es fácil de producir a gran escala y tiene que garantizarse exactamente la misma fórmula y calidad en todos los lotes que se repartan por el mundo. Su empresa se está planteando cómo ceder estas licencias de producción a laboratorios especializados, algo que podría suceder antes de fin de año.