El Ministerio de Salud Pública (MSP) difundió este jueves los resultados preliminares de un “estudio de efectividad y seguridad vacunal para SARS-CoV-2” desarrollado por un equipo interdisciplinario. En particular, busca conocer la efectividad de la vacunación para prevenir la infección, enfermedad grave y mortalidad por el virus.

Los datos recopilados en el informe van desde el 1° de marzo hasta el 25 de mayo, cuando 45,8% de la población había recibido al menos una dosis de una vacuna contra el coronavirus y 28%, las dos.

El estudio concluye que la reducción de infección con SARS-CoV-2, habiendo transcurrido 14 días desde la última dosis de la vacuna, es de 57% para la de Sinovac y de 75% para la de Pfizer. En tanto, la disminución de internación es de 95% para Sinovac y 99% para Pfizer, y la de mortalidad es de 97% para la primera y 80% para la segunda.

Los datos de cada vacuna y la comparación con los no vacunados

El 25 de mayo 712.716 personas habían recibido la segunda dosis del laboratorio chino Sinovac y 5.360 de ellas tuvieron un test de covid-19 positivo, de las cuales 19 requirieron internación en CTI y seis fallecieron.

Las cifras indican para Sinovac “una tasa de infección de 36,9 casos cada 100.000 persona/día”, así como una tasa de internación en CTI de 0,17 casos cada 100.000 persona/día y de mortalidad de 0,04 muertes cada 100.000 persona/día.

En cuanto a la vacuna de Pfizer, al 25 de mayo 149.329 personas habían recibido la segunda dosis hacía 14 días o más, de las cuales una tuvo que ser internada en CTI y ocho murieron.

En cuanto a las tasas de los vacunados con Pfizer, la de infección es de 21,6 cada 100.000 persona/día; la de internación, 0,03 cada 100.000 persona/día; y la de mortalidad, 0,25% cada 100.000 persona/día.

En ambos casos las tasas son notoriamente mejores que las que se presentan en las personas no vacunadas.

Conclusiones del MSP

“Se demuestra, que la vacunación es una herramienta fundamental para contener el avance y consecuencias de la pandemia”, indica en sus conclusiones.

Allí también señala que las presentadas son cifras preliminares que “deben interpretarse cautelosamente”. En particular, apunta que no se tiene en cuenta ni la edad, ni las comorbilidades de las personas vacunadas, ni su nivel de exposición al virus.

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