La noticia de que la administración estadounidense que encabeza Joe Biden está dispuesta a liberar temporalmente las patentes de vacunas contra la covid-19 generó repercusiones a nivel mundial, poniendo el tema en el centro del debate en un momento en que el virus sigue siendo una preocupación en la mayor parte de los países.
La Unión Europea (UE), que en principio era uno de los bloques que no estaban dispuestos a ceder en el tema, este jueves mostró su disposición a debatir esta propuesta presentada a la Organización Mundial del Comercio (OMC). El objetivo de la iniciativa es aumentar la producción de vacunas para que llegue un mayor número de dosis a lugares como India o Sudáfrica, países cuyos gobiernos desde el año pasado instalaron el tema en la agenda de la OMC.
Este jueves, la presidenta de la Comisión Europea, la alemana Ursula von der Leyen, expresó que “la UE está preparada para debatir sobre cualquier propuesta que enfrente la crisis sanitaria de la forma más eficaz” y se refirió a la iniciativa del gobierno de Biden: “Estamos listos para debatir cómo la propuesta estadounidense puede ayudar a conseguir esa meta”. De acuerdo a lo que informó el portal Público, la diplomática germana agregó que “Europa es la única potencia democrática que ha exportado vacunas a gran escala”.
Fuentes europeas, además, indicaron que la cuestión estará inevitablemente en la cumbre informal que reunirá este viernes y sábado a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la ciudad portuguesa de Oporto, según informó la agencia de noticias Europa Press.
Tras el anuncio de Biden, otros líderes mundiales también se mostraron a favor de la medida. El presidente francés, Emmanuel Macron, expresó que no se opone a liberalizar las patentes de las vacunas contra la covid-19, pero insistió con que ahora eso no ayudaría a los países más pobres, sino que la prioridad es cederles dosis y transferirles tecnología. El mandatario galo, en la misma línea que Von der Leyen, dijo también que “Europa es el continente más generoso con el resto del mundo” porque “exportó decenas de millones de dosis, cosa que no hicieron ni Estados Unidos ni Reino Unido”. “Si hay un nacionalismo de vacunas, no viene de Europa”, remarcó Macron, quien reiteró su postura “totalmente favorable a esa apertura de la propiedad intelectual”.
El jueves también se mostró a favor de liberar las patentes el presidente ruso, Vladimir Putin. Además de respaldar la iniciativa, señaló que esta sigue la línea del reglamento de la OMC, que prevé el levantamiento de la protección de la propiedad intelectual en situaciones extraordinarias como la actual. “Hay una idea que merece atención: eliminar la protección de la patente de las vacunas contra la covid-19”, expresó Putin durante una videoconferencia junto con la viceprimera ministra Tatiana Golikova, quien es la responsable del comité gubernamental para la lucha contra la pandemia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), por intermedio de su director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, se mostró feliz por la medida adoptada por el gobierno de Biden y considera que este respaldo “es un gran ejemplo del liderazgo estadounidense a la hora de afrontar desafíos sanitarios globales”. “Felicito a Estados Unidos en esta decisión histórica para conseguir una igualdad en las vacunas y dar prioridad al bienestar de todos en momentos críticos”, expresó el jerarca de la OMS en un comunicado.
Pero mientras se suman los apoyos a la iniciativa de liberar las patentes, la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas, un enorme grupo de presión que con su lobby influyó para que la Comisión Europea no se planteara la suspensión de las patentes hasta el momento, mantiene una posición totalmente distinta y califica de “decepcionante” el amparo de Biden a una idea como esta. Desde este conglomerado de gigantescas corporaciones farmacéuticas, que obtuvieron cuantiosas ganancias con el desarrollo y fabricación de los inmunizantes, opinan que esta medida “no aumentará la producción de las dosis” y argumentan que, por el contrario, la liberación de la fabricación puede generar “desorganización”.
Una muestra de los enormes beneficios económicos que consiguieron estas empresas en el marco de la pandemia lo dio el consejero delegado de Pfizer, el griego Albert Bourla, quien está totalmente en contra de liberar las patentes. El año pasado Bourla vendió 62% de sus acciones de la compañía, por valor de 5,6 millones de dólares, cuando la firma publicó los resultados preliminares positivos de su vacuna contra el coronavirus, noticia que provocó que se disparara el precio de las acciones de la compañía en la bolsa.