Si bien los grupos que se oponen a la vacunación contra el coronavirus y los movimientos antivacunas han argumentado que la mezcla de vacunas contra el coronavirus puede ser peligrosa, tanto los expertos de distintos países como las más recientes investigaciones al respecto señalan que no sólo es un mecanismo seguro, sino que además recomiendan comenzar a implementarlo de forma masiva.

Los esquemas de vacunación heteróloga, que implica recurrir a diferentes tipos de vacunación de forma secuencial, no han demostrado ser inseguros en el organismo humano y varios países ya empezaron a implementar esta inoculación combinada como nueva estrategia vacunal.

Alemania es uno de esos países. De hecho, la canciller Angela Merkel fue una de las personas que se sometieron a la vacunación combinada. El 22 de junio la BBC informaba que Merkel, de 66 años, había recibido una primera dosis de la vacuna de AstraZeneca-Oxford en abril y a la hora de recibir la segunda fue inoculada con Moderna.

A principios de este mes, Bloomberg indicaba que este mecanismo podría convertirse en algo común en los países más pobres, que todavía tienen complicaciones para asegurar un flujo constante de dosis. En ese artículo también se menciona que lo ideal es mezclar vacunas de diferentes tipos. Es decir que si la primera dosis fue con una vacuna de ARN mensajero como la de Pfizer-BioNTech o Moderna, la siguiente debería ser de virus inactivado (Sinovac, Sinopharm, Bharat), basada en proteínas (Novavax, Medicago) o de vector viral (AstraZeneca-Oxford, Johnson & Johnson, Sputnik V o CanSino).

¿Qué evidencias hay a favor de la combinación de vacunas? El 25 de junio se publicaron en The Lancet los resultados del estudio CombiVacS, desarrollado en España por científicos del Instituto de Salud Carlos III. Esta investigación recogió los resultados de la vacunación combinada con una dosis de AstraZeneca-Oxford en la primera instancia y de Pfizer-BioNTech en la segunda. De acuerdo con los investigadores españoles, este esquema arrojó “una respuesta inmune robusta” y un perfil de reactogenicidad (reacciones adversas) “aceptable y manejable”.

Un mes antes, a mediados de mayo, se había publicado una investigación en la revista Nature que también arrojaba buenos resultados en cuanto a la respuesta inmunitaria. Otra publicación de mayo, pero en The Lancet y a cargo de científicos de la Universidad de Oxford, enfocada en las reacciones adversas a la combinación de vacunas, dio entre sus resultados preliminares un aumento de 20% en lo que se llama “reactogenicidad sistémica”, es decir, los efectos adversos a nivel de todo el organismo, en comparación con las personas que se dieron ambas dosis de una misma vacuna. Sin embargo, este aumento se manifestó en forma de malestar general, escalofríos, fatiga, sensación febril, dolor de cabeza intenso, dolores articulares y musculares, eventos que pasaban 48 horas después de administrada la segunda dosis de la vacuna.

La vacunación heteróloga no es algo surgido a raíz del SARS-CoV-2. Este método ha sido parte de las investigaciones que actualmente se desarrollan para la vacuna del VIH y también en investigaciones para vacunas contra virus que afectan a animales.

En junio, investigadores chinos y estadounidenses anunciaron el inicio de diversas investigaciones sobre vacunación heteróloga contra el coronavirus, realizando estudios clínicos con diferentes vacunas.

Este contenido forma parte del proyecto Aliados contra la Desinformación, apoyado por OPS-OMS y Unicef para brindar información de calidad sobre las vacunas contra la covid-19.