Esta tarde, luego de varias horas de reunión, la Comisión Nacional Asesora de Vacunaciones (CNAV) resolvió recomendar la tercera dosis para niños y adolescentes de 12 a 17 años que tengan comorbilidades, según informó TV Ciudad y confirmaron a la diaria integrantes de la comisión.

Sobre las 16.30, el MSP publicó un breve comunicado en Twitter donde confirmó esa recomendación y especificó que está dirigida a “personas con enfermedades crónicas”, entre ellas enfermedad cardíaca, pulmonar, metabólica, neuromuscular, hepática, hematológica y con insuficiencia renal; especificó que personas con síndrome de Down y pacientes con condiciones inmunosupresoras ya habían sido incluidas anteriormente en las dosis de refuerzo.

Según el hilo de Twitter del MSP, “la agenda se abrirá oportunamente” y será a través de la página web del MSP, de la app coronavirus.uy, por el teléfono 0800 1919 o por el Whatsapp 098 999 999.

En cuanto a la cuarta dosis, el tuit señala que la CNAV resolvió insistir en la importancia de la vacunación con la tercera dosis en mayores de 18 años y que retomará los temas en agenda en la sesión de la próxima semana.

El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, había adelantado el 31 de marzo, en entrevista con Azul FM, que este miércoles la CNAV se reuniría para analizar si recomendaba, o no, la asignación de la tercera dosis para quienes tienen entre 12 y 17 años y una cuarta dosis para quienes recibieron las dos primeras vacunas de Sinovac y la tercera de Pfizer. La CNAV no se expresó este miércoles sobre la cuarta dosis y postergó la discusión hasta el próximo miércoles.

La CNAV está integrada por referentes del Ministerio de Salud Pública (MSP), de diferentes institutos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, de la Sociedad Uruguaya de Pediatría, de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes (CHLAEP) y del Laboratorio Calmette de la CHLAEP.

Adolescentes

Para tomar su resolución sobre adolescentes, la CNAV consideró el informe de 21 de enero del Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (SAGE-OMS), que recomendó priorizar los grupos según su riesgo de contraer la enfermedad. A los niños y adolescentes los ubicó en el tercer y cuarto lugar en el orden de prioridad (después de adultos mayores, personal de la salud, personas inmunocomprometidas –grupo 1- y de los adultos con comorbilidades, las embarazadas, docentes, trabajadores de servicios esenciales y poblaciones sociodemográficas con mayor riesgo de enfermarse gravemente –grupo 2-).

Niños y adolescentes con comorbilidades están en el tercer grupo; el informe del SAGE sostiene que las afecciones como diabetes, enfermedades cardíacas, de pulmones o de riñones en niños y adolescentes están asociadas a mayor riesgo de contraer enfermedad grave, aunque generalmente el riesgo sigue siendo bajo en relación con adultos con esas comorbilidades. Por eso, el SAGE recomendó en tercer lugar la vacunación a niños con condiciones inmunocomprometidas moderadas y severas, así como a niños y adolescentes con síndrome de Down y otras enfermedades del neurodesarrollo que tengan alto riesgo de contraer enfermedad severa. La recomendación para ellos fue recibir las dos dosis del esquema primario y una tercera de refuerzo, que es lo que definió ahora la CNAV.

En cuarto lugar, ubicó a niños y adolescentes sanos; específicamente, recomendó las dos dosis primarias y el refuerzo para quienes tienen entre 12 y 18 años, y las dos dosis para la franja etaria de cinco a 12 años, porque todavía no se ha evaluado la eficacia de la dosis de refuerzo en niños, decía el informe.

¿Cuarta dosis?

Con respecto a la cuarta dosis, el texto del SAGE sólo indica un segundo refuerzo para el grupo 1, es decir: adultos mayores, personal de salud y personas inmunocomprometidas. A nivel mundial todavía no hay consenso sobre el beneficio de la cuarta dosis.

Alejandro Chabalgoity, docente del Departamento de Biodesarrollo de la Facultad de Medicina de la Udelar, expresó en las jornadas que organizó el Colegio Médico del Uruguay el 27 de enero que “la tercera dosis ha sido absolutamente esencial”, pero dijo que tenía dudas sobre la necesidad de la cuarta porque “no tiene lógica” que en tres meses las personas tengan que vacunarse nuevamente porque cae el nivel de anticuerpos. Ómicron demostró burlar la inmunidad que daban las vacunas, pero más que recomendar que los laboratorios desarrollen vacunas contra esa y otras nuevas variantes, Chabalgoity pidió “llegar a una inmunización global masiva”, algo que solicita también la OMS, considerando que esta estrategia apunta a lograr el bienestar de personas de alto riesgo en esos países así como a evitar que haya “bolsones” de población no vacunada en los que el virus encuentre terreno fértil para seguir mutando.

En línea con lo que explicaba en esas jornadas Chabalgoity, Victoria Frantchez, docente de la Cátedra de Enfermedades Infecciosas de la Udelar, expresó que hasta ese día no había ninguna publicación científica sobre la efectividad de la cuarta dosis. Comentó que hay un estudio de Israel, que fue difundido en conferencia de prensa el 17 de enero, que mostró la efectividad al comparar la inmunidad de 120 trabajadores de la salud que recibieron la vacuna de Moderna con 150 que se dieron la de Pfizer, con una base de datos de 6.000 trabajadores de la salud que estaban vacunados con tres dosis entre agosto y diciembre. En esa conferencia, dijo, se informó que la cuarta dosis no daba el resultado esperado, porque si bien aumentaba cinco veces los anticuerpos neutralizantes, “caían rápidamente a valores previos a la tercera dosis, y no hubo diferencia con la incidencia de infecciones con el grupo control de las tres dosis”.

Al igual que Chabalgoity, Frantchez comentó en esa reunión que la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos planteó en enero que dar “múltiples boosters [refuerzos] en cortos intervalos es una estrategia no sostenible”.