Prendas, objetos y plantas fueron reunidos en una tienda conceptual, la tercera de Recicla, aunque, para quienes conocen los locales más antiguos –el de Cordón, desde 2009, y el de Pocitos, instalado hace dos años– notarán varias diferencias. Inés Uriarte aclara que tras la vidriera de Francisco Aguilar 847 esquina Scosería las prendas giran “alrededor del concepto Recicla, que abarca mucho más que lo que es ropa usada”. Es de orden observar, antes que nada, que las tiendas Recicla trabajan sobre la idea de estirar el ciclo útil de la ropa, sobre bases que el público suele mezclar: “La ropa usada en general puede ser de cualquier edad, a veces la gente se confunde y dice retro; retro es ropa hecha ahora pero que tiene el estilo de antes o un diseño o una estampa similar, que te hace acordar a una prenda de otra época. En cambio, la definición de vintage varía dependiendo de los años, pero más o menos es de 30 años para atrás; ahora sería de los 90 para atrás”.

Hecha la puntualización, hay que decir que el flamante local consta de un sector de second hand mucho más curado que en los otros, en tanto que la otra mitad es ropa nueva hecha por diseñadores locales y regionales con un enfoque sustentable. Esta idea puede incluir, por ejemplo, el upcycling, con marcas como Comas o Daia, que usan como materias primas prendas que son desechos de industria textil. “El defecto se transforma en efecto”, cuenta Uriarte citando el leit motiv de la diseñadora Agustina Comas. “Hay producciones que son desechadas porque salió mal el lavado o la tela, y se transforman en un efecto para estas marcas. Eso es upcycling. Después hay marcas que usan tinturas y estampas naturales, como Cerrito de Indios, está Secondi Leather Lab, de lo más lindo que se está haciendo en cuero acá, y está Paula Martini, una marca de lana merino cruda, sin teñir, o con sobrantes de otras producciones”.