Wine Away es un quitamanchas que promete erradicar de diferentes tejidos los rastros indeseados de vino, gracias a la interacción de borato de sodio y D-limonene. Es un producto de origen estadounidense –se fabrica en Walla Walla, estado de Washington– que el enólogo Andrés Molinari Varela importa y comercializa desde hace pocos meses. Si bien Molinari pertenece a la cuarta generación de la bodega Varela Zarranz, aclara que no se trata de una iniciativa de la empresa, sino de una apuesta personal. De todos modos, utiliza la logística de la casa de vinos, ubicada en Joaquín Suárez, y ha probado en sus instalaciones la efectividad del producto, tanto para la mantelería que se mancha durante los eventos como en la ropa de los turistas.
“Es un producto que no existe en el mercado nacional. Hay dos parecidos, pero no dan resultado”, asegura. Por lo mismo, es poco conocido en las boutiques y vinerías donde empieza a distribuirlo. Entre tanto, se puede conseguir Wine Away en redes sociales (@wineaway_uy), en Mercado Libre y en la bodega canaria en dos presentaciones: de 60 ml (8,5 dólares), como para llevar en la cartera, y otra de 360 ml (19,5).
Molinari dice que es verdad que el vino tinto sale con blanco, pero “si lo hacés en el momento y si el tinto no es tan fuerte. Originalmente la empresa lo pensó para sacar manchas frescas y viejas, pero además, con los años encontraron que también sacaba manchas de frutas, como arándanos, frutilla, granada, durazno, todas esas difíciles, además de salsa de tomate, café, bebidas deportivas, sangre, pañales, e incluso si una prenda se tiñe con otra durante el lavado. Es un quitamanchas selectivo; no está avalado para grasas. No es irritante, no contiene alcoholes y no se ha detectado que provoque alergias. Se puede aplicar en telas y alfombras, se deja diez minutos y si la mancha es vieja, hay que llevarla al lavarropas, y salió”.