Frances Haugen llegó a Facebook en 2019 luego de siete años de carrera en Google, Yelp y Pinterest para ponerse a cargo de los contenidos en el área de Integridad Cívica, desde donde se estaba buscando combatir la desinformación que circulaba en las redes sociales de la empresa.
Dos años después, renunció y filtró a The Wall Street Journal una serie de documentos internos que luego se convirtieron en “Los archivos de Facebook”, una serie de artículos de investigación que revelaron la débil respuesta de la empresa a la mayoría de los problemas que afectaban a sus usuarios, pese a estar al tanto de todo.
El domingo, la mujer de 37 años se dio a conocer en el programa 60 minutos, de la cadena CBS, y el martes declaró ante el Senado estadounidense sobre los informes a los que tuvo acceso.
Según Haugen, la empresa liderada por Mark Zuckerberg es consciente de que con sus algoritmos para mejorar el engagement (la participación) de los usuarios está alimentando el clima de polarización política que se vive en Estados Unidos desde los últimos años, pero no realiza cambios significativos porque su prioridad es incrementar sus ganancias.
“Los líderes de la compañía saben cómo hacer que Facebook e Instagram sean más seguros, pero no harán los cambios necesarios porque anteponen sus beneficios astronómicos a la gente”, manifestó Haugen ante los legisladores que conforman el Subcomité de Comercio de Protección al Consumidor.
En este sentido, también hizo referencia al poder que ostenta Zuckerberg en la empresa: “Actualmente nadie puede hacer rendir cuentas a Mark más que él mismo”.
El enfoque de la exempleada del gigante tecnológico estuvo centrado en la repercusión negativa de Instagram en la salud mental de las adolescentes. Uno de los artículos publicados por The Wall Street Journal señalaba que, según un informe elaborado por la propia compañía, 32% de las adolescentes que utilizan Instagram afirma que cuando se sienten mal con su cuerpo, acceder a la red social las hace sentir peor, y que más de 40% de las jóvenes que se sienten poco atractivas empezaron a tener estas sensaciones viendo contenido en esa red social.
Para Haugen, la débil o nula respuesta de los ejecutivos de Facebook Inc. a este informe demuestra que la compañía no toma a sus usuarios como una prioridad. “Me uní a Facebook porque creo que tiene el potencial de sacar lo mejor de nosotros, pero estoy aquí hoy porque creo que los productos de Facebook dañan a los niños, avivan la división y debilitan nuestra democracia”, afirmó en su discurso ante el subcomité.
Según la exjefa de Producto de Facebook, una de las formas de mejorar la situación sería “cambiar los mecanismos de amplificación, no elegir ganadores y perdedores en el mercado de las ideas”. En este sentido, afirmó que “los cambios de los que estoy hablando hoy no convertirían a Facebook en una empresa no rentable. Simplemente no sería una empresa exageradamente rentable”.
Los dichos de Haugen no cayeron bien en Facebook, en particular los relacionados a Instagram. Andy Stone, director de Comunicaciones, sostuvo que “Frances Haugen no trabajó en seguridad infantil, ni en Instagram, ni investigó estos asuntos, y no tiene conocimiento directo del tema por su trabajo en Facebook”. Cabe anotar que esto también fue aclarado por la propia Haugen varias veces durante su comparecencia.
Por su parte, Lena Pietsch, directora de Comunicaciones de Políticas de Facebook, publicó un comunicado en el que minimizó el rol de Haugen en la compañía. Pietsch resaltó que la exjefa de Producto “trabajó menos de dos años para la compañía, no tuvo reportes directos y nunca participó en reuniones decisivas con ejecutivos de nivel C, y testificó más de seis veces no haber trabajado sobre el tema en cuestión”.
“No estamos de acuerdo con la caracterización que realizó de los muchos asuntos sobre los que testificó. A pesar de ello, coincidimos en una cosa: es tiempo de comenzar a crear reglas estándar para internet”, señala el comunicado, que concluye con un pase de responsabilidades al Congreso: “En lugar de esperar que la industria tome decisiones sociales que les corresponden a los legisladores, es hora de que el Congreso actúe”.