Como saben los que transitan Montevideo, la pelusa de los plátanos abunda en las calles en esta época y tiñe todo de polvo amarillo. También es común en ciudades del interior, aunque no siempre la fuente de polen es el plátano; hay otras variedades de árboles que florecen y también generan algunas molestias, por lo general, respiratorias. El asunto es que las complicaciones no se presentan únicamente en alérgicos, y es por eso que se recomienda mantener determinados hábitos y precauciones para padecerlo, en todo caso, con la menor intensidad posible.

“Los afectados pueden ser personas alérgicas y no alérgicas también. Las pelusas y partículas que se encuentran en el aire pueden producir conjuntivitis, aumentar la rinitis en quienes son alérgicos y en los asmáticos también podrían producir mayores síntomas, sobre todo si no están controlados”, explicó la especialista en alergia e inmunología Marylin Valentin Rostan. Además, detalló que aunque las personas no sean alérgicas pueden experimentar irritación ocular, picazón, lagrimeo o hasta llegar a tener infecciones en la garganta o sinusitis. “Puede ser peligroso si la pelusa ingresa a los ojos, porque puede generar algún inconveniente oftalmológico, aunque en primera instancia, al tomar contacto con el polen, la pelusa o alguna partícula de esta época, la mayoría de las personas reacciona de manera similar ante estos cuerpos extraños: estornudando sin parar”, resumió.

Por su parte, María Victoria Andregnette, médica especializada en alergias, dijo a la diaria que las consultas aumentan significativamente desde agosto, “porque la gente se siente muy molesta. La pelusa no es el único motivo; también los ácaros de polvo, que son otra de las causas más frecuentes de la alergia respiratoria”. Coincidió con su colega en que “si bien los síntomas como el aumento de la mucosidad nasal, la picazón de la nariz, los ojos y la garganta, los estornudos y la tos se sienten más en quienes son alérgicos, afectan a gran parte de la población, aunque no lo sean”.

Prevenir y remediar

Ambas especialistas comparten la noción de que “nunca es recomendable automedicarse, por más que se trate de un antialérgico de venta libre o medicamentos que está naturalizado consumir sin receta médica”. Sugieren el uso del tapabocas, que “llegó para quedarse y en la mayoría de los casos alivia mucho los síntomas más frecuentes”. También apuntan que “cualquier tipo de tapabocas, el que sea más cómodo para la persona, está bien, ya que todos cumplen la función”.

“Lavar los ojos con suero, no frotarse y menos con las manos sin higienizar, usar lentes, cerrar las ventanas de la casa luego de haber ventilado por un tiempo prudente. Si es necesario, lavar la ropa y ducharse al ingresar al hogar luego de haber transitado por espacios abiertos y no exponerse en las horas de la polinización, es decir, entre las primeras horas de la mañana y hasta las 16.00. Cerrar ventanillas del auto e intentar evitar la circulación en moto son las principales recomendaciones de la doctora Rostan. Por último, la especialista enfatizó que “aunque el que no es alérgico no debería medicarse sino adoptar las medidas de higiene y cuidado recomendadas anteriormente, si aún así considera que lo necesita, aunque sea por leves síntomas, si considera que requiere medicación debe consultar a su médico y que sea este quien se la recete”.

“Recomiendo usar espráis nasales que tienen corticoides, pero siempre con consulta previa, lo mismo para consumir antialérgicos de última generación, es decir, los que no generan somnolencia, y usar tapabocas, que en la mayoría de los casos actúan como filtro y alivia algunos síntomas”, resumió Andregnette. Remarcó, al mismo tiempo, la importancia de consultar antes de comprar un antialérgico, “ya que muchos de los que son de venta libre, si bien alivian de manera muy eficaz los síntomas, suelen tener corticoides en su composición y no es recomendable consumir ese componente por tiempos muy prolongados”. Si la persona considera pertinente pasar por una evaluación más específica acerca de su alergia, sugirió “hacer un test cutáneo para definir la causa de los síntomas ‒que por lo general se manifiestan en la nariz‒ para plantear, luego, considerar un tratamiento de inmunoterapia, que a diferencia de los medicamentos orales ataca de raíz el problema y no sólo alivia el síntoma. Es decir que lo que hace es una desensibilización al alérgeno culpable”.

Por último, Andregnette hizo hincapié en que el paciente consulte por su alergia, porque hoy por hoy es “inadmisible” que alguien vea afectada su calidad de vida por algo que seguramente tiene tratamiento.