Con ocho días de diferencia tras el viaje del multimillonario británico Richard Branson, otro magnate, el estadounidense Jeff Bezos, encabezó un vuelo turístico a bordo de una nave espacial que lo hizo permanecer, junto a otras cuatro personas, durante 11 minutos en el espacio exterior.

Adelantándose a Elon Musk, que también lo escolta en la lista de las personas más ricas del mundo, Bezos llevó a cabo el primer gran evento público de su compañía Blue Origin, fundada en el año 2000, que a los vuelos de misiones oficiales del gobierno estadounidense sumará ahora la oferta de viajes turísticos.

Bezos, que el 5 de julio dejó de ser director ejecutivo de Amazon, reapareció en la escena pública para subirse al cohete New Shepard y viajar a la Línea de Kármán, considerada arbitrariamente el límite entre la atmósfera y el espacio exterior.

La nave, integrada por el cohete y una cápsula con grandes ventanas, partió de Van Horn, Texas. A los dos minutos el cohete se separó de la cápsula, que continuó en ascenso hasta llegar a la Línea de Karmán, y los pasajeros permanecieron en órbita cerca de cuatro minutos. A 106 kilómetros de altura, inició el descenso y aterrizó nuevamente en Texas, según detalló la BBC.

“Mis expectativas eran altas y fueron superadas drásticamente”, afirmó el empresario en la conferencia de prensa posterior.

Bezos, de 57 años, es propietario de Amazon, Blue Origin y el periódico The Washington Post. La primera empezó como un sitio de venta online de libros, pero con el paso de los años comenzó a ampliar su catálogo de productos y, además de dedicarse al e-commerce, pasó a ofrecer servicios en la nube, investigar con inteligencia artificial y, a raíz de la compra de Twitch en 2014, a brindar servicios de streaming en alta calidad.

Con una fortuna que supera los 204.000 millones de dólares según Forbes, Bezos es el hombre más rico del mundo, seguido por el francés Bernard Arnault, propietario de la empresa de artículos de lujo LVMH (Louis Vuitton, Christian Dior, Chandon, Givenchy, etcétera), y el empresario tecnológico Elon Musk, propietario de Tesla y SpaceX, otra compañía que busca explotar los vuelos turísticos al espacio.

El tercero en la carrera del turismo espacial es Branson, propietario de Virgin Group un conglomerado de artículos y servicios de consumo que va desde la música (Virgin EMI Records) a las telecomunicaciones y los servicios financieros. Una de sus subsidiarias, Virgin Galactic, fue la responsable del vuelo espacial del 2 de julio, que llevó a cinco tripulantes (Branson incluido) en un ascenso de 80 kilómetros de altura, el límite aeroespacial estadounidense.

Oliver Daemen, Jeff Bezos, Wally Funk y Mark Bezos, cerca del propulsor después de volar al espacio en el cohete Blue Origin New Shepard, el 20 de julio 2021, en Van Horn, Texas. Foto: Joe Raedle / Getty Images / AFP

Oliver Daemen, Jeff Bezos, Wally Funk y Mark Bezos, cerca del propulsor después de volar al espacio en el cohete Blue Origin New Shepard, el 20 de julio 2021, en Van Horn, Texas. Foto: Joe Raedle / Getty Images / AFP

Wally Funk y un poco de justicia

La tripulación también estuvo conformada por Mark Bezos, publicista y hermano del magnate, y otras dos personas que rompieron diferentes récords. Uno de ellos es Oliver Daemen, un estudiante holandés de 18 años, hijo de Joe Daemen, propietario del fondo de inversiones Somerset Capital Partners. El multimillonario le compró un pasaje a bordo de la nave de Bezos al adolescente, que de esta forma se convirtió en la persona más joven en viajar al espacio.

El otro récord que se rompió este martes es el de la persona más longeva en viajar al espacio y fue para Mary Wallace Wally Funk, de 82 años. La aviadora pudo convertirse, en 1961, en una de las primeras mujeres en el espacio, al participar en Mercury 13, un proyecto desarrollado en secreto por un jerarca de la NASA que buscaba llevar a un grupo de mujeres al espacio. Sin embargo, en esa época sólo se podía ser astronauta si previamente la persona había sido piloto de prueba con experiencia en reactores militares. Al mismo tiempo, las academias de vuelo de la Fuerza Aérea estadounidense no permitían que las mujeres ingresaran, por lo que con esas dos medidas las mujeres tenían vetada la posibilidad de subirse a un cohete.

Si bien Funk, que en ese momento tenía 21 años y aún no era aviadora, había superado con creces las pruebas que se le hicieron a las integrantes de Mercury 13 (que eran idénticas a las que se le realizaban a los astronautas), cuando el proyecto llegó a oídos del gobierno estadounidense fue cancelado. En la década del 70, la mujer presentó tres solicitudes para ser astronauta, pero todas fueron rechazadas por no ser piloto de pruebas ni tener un título en Ingeniería.

Para 1995, cuando Eileen Collins se convirtió en la primera mujer en salir al espacio, Funk, que en ese momento tenía 56 años, fue considerada demasiado mayor para tripular una nave espacial. Sin embargo, tres años después se le permitió volar al astronauta John Glenn, que tenía 77.

En 2020, Funk volvió a ser noticia tras la publicación de un libro de memorias, Más alto, más rápido, más largo: mi vida en la aviación y mi búsqueda de vuelos espaciales, en el que contó su periplo para ser astronauta.

Finalmente, este 20 de julio y con 82 años, Funk se subió a bordo del New Shepard y cumplió su sueño de viajar al espacio. En la conferencia de prensa posterior le dio un abrazo a Bezos y le dio las gracias: “Quiero agradecerte, querido, porque tú lo hiciste posible para mí”.

Bezos, por su parte, se detuvo para enseñar los lentes de la histórica aviadora estadounidense Amelia Earhart, que llevó en uno de sus bolsillos durante el viaje. “Me gusta pensar que si Amelia estuviera aquí, estaría muy orgullosa de Wally”, afirmó.