Desde Colmena, un programa de extensión de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (FCEA-Udelar), decidieron poner el ojo en algo tan sencillo como los mandados y así entender los procesos que implican. Para llevarlo adelante trabajaron articulados con el Municipio B, que desarrolla un Plan de Cuidados en la zona desde una mirada feminista.

Los comercios barriales brindan los insumos necesarios para que quienes se encargan de los cuidados de niños, adultos mayores y personas en situación de dependencia puedan preparar los alimentos y mantener la limpieza del hogar. En ese sentido, aportan a una economía doméstica que no se suele tener en cuenta. La mirada de este estudio se sostiene en los aportes feministas a la economía que implica entenderla en toda su amplitud. “Hasta ahora, la ciencia económica se ha centrado sobre todo en ver el mundo mercantil y monetario. En entender el mercado, el empleo, mirar los flujos financieros. Sin embargo, para que la vida exista y se sostenga, y para que las personas estemos disponibles día a día en esos mercados, se requiere una esfera muy grande, muy importante, de trabajo más allá de lo mercantil. Lo que se conoce en la economía feminista como el trabajo doméstico y de cuidado. Eso hasta ahora ha sido invisibilizado en materia económica”, explica Mariana García Grisoni, de Colmena. Y apunta que allí suelen ubicarse los procesos que son sostenidos por las mujeres y los cuerpos feminizados.

La preocupación por el comercio típicamente barrial también se apoya en un fenómeno que se ha incrementado en la zona de Cordón Norte: la aparición de “tiendas de conveniencia” o “tiendas de cercanía”. Ejemplos de ello son Micro Macro, Frog, Kinko o Devoto Express. “Están haciendo edificios que en la planta baja están siendo utilizados por esta nueva modalidad de comercios, que son pequeñas sucursales de grandes empresas -cuenta García Grisoni-. Vienen con otra impronta, desde su estética, los productos que ofrecen, los horarios que tienen, quiénes son las personas que atienden ahí, que generalmente son empleados”.

Además, desde comienzos de siglo los almacenes y autoservicios han perdido terreno frente a los supermercados, aunque continúan ocupando un lugar relevante para las familias. Según la Encuesta Nacional de Gastos e Ingresos de los Hogares (ENIGH, 2016-2017) en Montevideo, el consumo en almacenes y autoservicios es 27% de las compras, las ferias vecinales y demás comercios de rubro específico alcanzan el 21% (panadería, confitería, carnicería, pollería, pescadería, verdulería, puesto, frutería). Mientras que los hogares de mayores ingresos consumen principalmente en supermercados, los de menores ingresos lo hacen en almacenes.

Al hablar de comercio barrial se hace referencia a un establecimiento de alimentos y demás consumos vinculados a la vida cotidiana, como artículos de higiene personal y limpieza “Hay que hacer una lectura del territorio para entender la sinergia entre lo productivo y lo reproductivo. Las compras cotidianas insumen una parte muy importante del presupuesto de los hogares y también una cantidad de tiempo muy importante”, asegura García Grisoni.

Para un primer acercamiento al tema, desde la FCEA hicieron cinco salidas de campo y 37 entrevistas en el perímetro delimitado por las calles 18 de Julio, Bulevar Artigas, Miguelete y Tristán Narvaja. Los comercios barriales abordados incluyeron almacenes, autoservicios, quioscos, panaderías, peluquerías, ferreterías, mercerías, farmacias, carnicerías, zapaterías y lavaderos de ropa.

Algunos datos preliminares

En el área estudiada se encontraron con dos realidades diferentes: una donde los comercios dependen del área central y los comerciantes no residen en la zona; y otra, barrial, donde los comerciantes son vecinos y vecinas del lugar. En este caso, suelen tener jornadas extensas de varios días a la semana. “Los comerciantes del barrio son mayormente unidades familiares en las que trabaja una persona o dos y trabajan infinitas horas, muchos de ellos de lunes a lunes. Eso hace que el propio espacio de trabajo para ellos sea productivo y reproductivo. Ahí comen, cuidan. A veces descansan en su espacio de trabajo. Esa fue una dificultad para encontrar espacios de encuentro con esos comerciantes”, dice García Grisoni.

En los comercios que dependen más de la economía local perciben una caída de circulación de gente que atribuyen al cese de las internaciones en el sanatorio del Casmu ubicado en Arenal Grande y Colonia, y al hecho de que el Banco de Previsión Social (BPS) dejara de pagar las jubilaciones en su sede, a lo que se suma que muchos funcionarios públicos teletrabajen. Todos los entrevistados coincidieron en que la pandemia afectó negativamente sus negocios, con una menor circulación de personas y una caída en el poder adquisitivo de los hogares.

Consultados acerca de su rol y de su vínculo con los vecinos, las respuestas de los comerciantes fueron poco profundas. “No había mucha reflexión detrás de lo que implicaba para ellos estar en un barrio, conocer a la gente y ser los receptores de las demandas de consumo de un montón de hogares”, afirma García Grisoni. Desde Colmena consideran que se debe -más allá de las características propias de la entrevista- a que no se perciben como actores de relevancia.

Cuando solicitaron ejemplos sobre lo que conocen de la vida de la gente, en contraste, surgieron muchos: “Si hay niños, si alguien se enferma, si alguno toma algún medicamento en particular. Cosas que hacen a lo cotidiano de la vida. Están en ese vínculo, aunque de repente no se visualiza, no se vivencia con tanta claridad”, explica. De esta manera, conocer los intercambios con el barrio permite entender algunas características propias de Cordón Norte.

Desde Colmena afirman que se trata de una primera aproximación a su objeto de estudio. En ese sentido, resta conocer más de cerca las dinámicas cotidianas y las experiencias de los residentes y trabajadores. “Este es un proceso abierto desde el punto de vista metodológico. Está todavía muy verde”, advierte García Grisoni.

Próximas acciones

Desde 2021 el Municipio B lleva adelante un Plan de Cuidados en su territorio. La iniciativa forma parte de su horizonte de igualdad, una de sus definiciones políticas. Según se detalla en su web, la organización social de los cuidados en sus barrios se asienta sobre importantes desigualdades de género, entre las que se incluye la invisibilidad del trabajo no remunerado, usualmente realizado por mujeres. “Estas desigualdades históricas requieren corresponsabilidad en los cuidados y justicia redistributiva en la división sexual del trabajo”, se agrega.

A su vez, se argumenta que el diseño de los espacios públicos está permeado por ideas y valores que establecen quiénes pueden ejercer el derecho a la ciudad y cómo deben hacerlo. Tenerlo en cuenta desde las políticas municipales permite conocer quiénes han sido tradicionalmente excluidos y excluidas, y así avanzar hacia una sociedad más igualitaria, contemplando a toda la población, “más allá de un modelo urbano centrado en la imagen vertebradora de un trabajador, varón, sin necesidades de cuidados, autónomo e independiente”.

En diálogo con la diaria, la alcaldesa Silvana Pissano explicó que el municipio pretende mantener un equilibrio territorial en sus acciones, y que por eso en esta oportunidad se concentró en la zona de Cordón Norte: “En los últimos tiempos ha habido más inversiones de 18 de Julio al sur, entonces la idea es ponernos los lentes para ver los barrios de 18 al norte”. Por otro lado, contó que, en un mapeo de los servicios vinculados al cuidado, en esa zona se destacaban distintas infraestructuras, como el BPS y la policlínica municipal.

Para la agenda de acciones 2022-2023 Pissano adelantó que están generando una visualización interactiva de los servicios vinculados a los cuidados disponibles en todo el municipio, que van a estar en una web que permita su consulta. Además, están haciendo talleres participativos con mujeres y presentando el plan en todas las redes de cuidado, para tener referentes en cada una de ellas. Por otro lado, están avanzando en lo que llaman urbanismo feminista: “Seguimos haciendo infraestructura para generar más autonomía y desplazamiento, estamos haciendo veredas, rampas, mejorando el equipamiento, pensando en las personas adultas mayores”.

En el horizonte también tienen el objetivo de crear lo que llaman cupos de cuidados, que están gestionando junto con la Udelar y los sindicatos. En ese sentido, detalló: “Van a favorecer y brindar oportunidades para las infancias generando mayores autonomías para las mujeres que cuidan”.


Última prórroga para licencias de conducir

El Congreso de Intendentes resolvió establecer nuevas prórrogas para los vencimientos de las licencias de conducir para aquellos permisos que estén vencidos desde el 30 de junio de 2020. Los permisos de quienes se agenden para la renovación tendrán validez hasta la fecha agendada. Por eso es obligatorio circular con dicha constancia.

En caso de no anotarse para renovar el permiso, la prórroga será válida solamente hasta el 31 de agosto de este año. Luego de esa fecha, el permiso de conducir se considerará vencido.

Las personas interesadas deben agendarse por el teléfono 1950 4000 opción 2 o a través de la web en ladiaria.com.uy/Ujf.

Esta extensión del plazo tiene validez únicamente en el territorio nacional. Quienes viajen al exterior deberán renovar antes su licencia de conducir.