Una demanda del colectivo afrodescendiente que lleva más de 15 años finalmente se concretará este miércoles, 29 de octubre, a las 19.00, cuando se inaugure el primer monumento ecuestre a Joaquín Lenzina, conocido popularmente como Ansina. Si bien el plan inicial era erigir una estatua al comandante que acompañó al prócer patrio, José Artigas, en Montevideo, el proyecto, impulsado por la Intendencia de Canelones y el Municipio de Las Piedras, junto con la comunidad, quedará emplazado frente a la escuela Ansina, en un punto estratégico cercano al Obelisco y al parque Artigas.

La activista y artista Chabela Ramírez, integrante de la Comisión Pro Monumento a Ansina y secretaria de la Casa de la Cultura Afrouruguaya, destacó que el acto contará con la presencia del presidente de la República, Yamandú Orsi, y que además de los discursos del caso habrá música, mamaviejas y una gran cuerda de tambores, integrada por hombres y mujeres. En cuanto al significado de esta inauguración, Ramírez habló de derribar una imagen reduccionista, que es un cliché instalado: “Nos permite a nosotros, las personas afrodescendientes, y la sociedad en general, reivindicar la figura de Joaquín Lenzina. Siempre se habla de él como el servidor de Artigas, que estaba con el mate... Lenzina era un liberto, que había nacido tres años antes que Artigas, y lo sobrevivió diez años”, comienza a explicar. Tras sufrir un engaño, mediante el que fue llevado como esclavo a territorio brasileño, Artigas se traslada hasta San Pablo para comprar su libertad. “Ansina vivió durante mucho tiempo con Artigas, con la gente de la revolución”, continúa Ramírez en su evocación. “Incluso él deja la familia que había formado y se va con el general a Paraguay; después ellos caen presos y, encima, cuando Artigas decide quedarse, porque, como todos sabemos, fue traicionado, Ansina se queda con él. O sea, que de 1820 a 1850, que muere Artigas, se queda a su lado. Y otras personas también, porque se armó comunidad allí en el Paraguay”.

Foto del artículo 'Este miércoles se inaugura un monumento ecuestre a Ansina'

Foto: Intendencia de Canelones

Ramírez lo describe como “una persona que hablaba tres idiomas”, aludiendo al castellano, el portugués, y a que oficiaba de traductor con los pueblos originarios. “Era de mucha confianza en todo lo que tenía que ver con las estrategias, dentro lo que fue la revolución de 1811 para adelante. Con la comisión estamos desde 2016, aproximadamente; hubo varias entrevistas con el presidente Tabaré Vázquez, y con todas las pruebas que le llevaron se le dio el título que le correspondía, como comandante, porque él era la persona que estaba junto con Artigas analizando y planificando”, recalca Ramírez.

“Para nosotros era muy importante tener la otra imagen, la que corresponde al héroe nacional, y no como tenían en la Plaza de la Bandera, ese monumento con un hombre sentado, que no se sabe por qué, realmente; no era digno”, agrega, con relación al homenaje realizado por José Belloni en la década de 1940, que, según se corrigió posteriormente, en 2018, no había tomado como modelo a Ansina sino a otro soldado de Artigas, 30 años menor, Juan Antonio Ledezma.

Con lanza, a caballo

La nueva obra fue encargada al artista Alberto Saravia, quien comenzó a trabajar, de manera intermitente, en algunos bosquejos y estudios preliminares en 2019. La estatua ecuestre tiene aproximadamente 3,50 metros de alto, 2,50 metros de largo y 1,30 metros de ancho. La fabricación de la pieza, según anunciaba la Intendencia de Canelones a fines de 2024, se basa en bronce sintético, una combinación de resina, polvo de bronce, polvo de mármol y fibra de vidrio, y quedará montada sobre un armazón de hierro de diversos espesores, a fin de garantizar la resistencia de la estructura y facilitar su instalación.

Foto del artículo 'Este miércoles se inaugura un monumento ecuestre a Ansina'

Foto: Intendencia de Canelones

“Comandante mío/ comandante Ansina, tío negro Ansina, yo quiero saber qué siente un guerrero al dejarlo todo por ser la fiel sombra del gran don José./ La luz de tu sombra me guía y me honra, guerrero cantor, en la guerra y la paz, tanto en las victorias como en las derrotas”, dice la canción que Ramírez le compuso a Joaquín Lenzina, en la que habla también de su “pluma inteligente”, ya que reivindica sus cualidades de payador y poeta, de compositor del “primer himno de la Escuela Libre de Purificación, por 1815”, ateniéndose a lo que sostiene el profesor Jorge Bralich.

Ramírez compara este monumento, que espera que sea el primero de muchos otros en el país, con la importancia simbólica que tuvo, por ejemplo, nombrar “Ansina” la calle que atraviesa el complejo habitacional CoviReus al Sur. Esa zona de Palermo, donde históricamente se afincó gran número de afrodescendientes, a medida que los inmigrantes europeos se desplazaban a otros sitios, apunta la activista, es para el colectivo también conocida simplemente como Barrio Ansina. “Los primeros descendientes africanos que llegaron ahí iban porque a la vuelta, donde ahora es la UTU, había un cuartel y era el único trabajo que tenían. Después se asentaron familias negras y se convirtió en un semillero cultural esa calle, así como el conventillo de Cuareim, lo mismo con el conventillo de Gaboto. Fueron los que más pudieron preservar el tema de la cultura afro, y ahí también habían nacido varias personas que fueron importantes para nuestro colectivo”, fundamenta.