Durante el Carnaval de 2016 los parodistas Los Zíngaros, el grupo de Ariel Pinocho Sosa, presentó un espectáculo basado en la vida de la poeta Juana de Ibarbourou. El trabajo se llamó “Juana de América” y la autoría del libreto se adjudicó a Marcelo Vilariño. Los Zíngaros no se llevaron el primer premio en el concurso de ese año, pero salieron segundos y recorrieron escenarios y tablados que explotaban de público, con lo que cabe inferir que alcanzaron una recaudación nada despreciable. Ahora, y de acuerdo con la sentencia en primera instancia de la jueza Estela Jubette, Sosa y Vilariño deberán pagar ocho veces lo recaudado ese año, además de otros 8.000 dólares, al escritor Diego Fischer, autor de una biografía de la poeta titulada Al encuentro de las tres Marías. Juana de Ibarbourou más allá del mito. Además, Sosa deberá pagar 10.000 dólares más a Fischer por concepto de indemnización por daño moral.

El fallo de Jubette es inédito: hasta ahora, el carnaval se valió siempre de músicas y textos ajenos para dar soporte a sus espectáculos, por lo que no faltaron actores que observaron que una resolución judicial de este tipo podría llevar al fin del carnaval tal como ha sido hasta ahora. La parodia en tanto género, por otra parte, consiste precisamente en modificar en forma humorística un relato que tanto puede ser tanto de ficción como “de la vida real”. Sin embargo, de acuerdo con lo que expresó la Academia Nacional de Letras en setiembre pasado, cuando se expidió frente al litigio que involucra a Fischer y a los Zíngaros, “no hay ningún evento en el libreto de la parodia que no esté relatado en la novela”, y tampoco “hay diferencias significativas entre el libreto y las representaciones hechas en el Teatro de Verano”, por lo que se concluye que la parodia Juana de América, presentada por los Zíngaros, es, en realidad, una “reproducción parcial” de la novela de Fischer.

La sentencia judicial, por su parte, remite a la conclusión de las peritos Magdalena Coll y Marisa Malcuori para establecer que “de la exégesis del texto de la novela y del libreto de la parodia se desprende que hay diferentes recursos lingüísticos que muestran la relación entre ambos textos”, de manera que la novela de Fischer es el “hipotexto de Juana de América”, a tal punto que algunos fragmentos examinados “pertenecen a locutores diferentes pero a un solo enunciador”. Según El País, el abogado de Sosa, Gumer Pérez, apelará el fallo, que considera “elitista”.