El martes falleció, a los 58 años de edad, el artista visual y músico Daniel Johnston, según informan varios medios estadounidenses. El cantante, que llegó a brindar un show en Montevideo en abril de 2013, habría sufrido un infarto.

Diagnosticado como esquizofrénico desde su juventud, Johnston formó parte de una tradición de rockeros que padecen el asedio de psiquiatras, como el también texano Roky Erickson, líder de los legendarios 13th Floor Elevators (fallecido en mayo de este año), y Syd Barret, fundador de Pink Floyd, por nombrar casos notorios.

A diferencia de ellos, Johnston no comenzó su carrera en los 60, sino en los 80, cuando repartía en mano casettes caseros con su música. Su rock minimalista, con letras que mezclaban honestidad brutal e inesperadas reflexiones afectivas, se hizo conocido poco a poco, gracias a la ayuda de músicos de bandas un poco más exitosas. Lee Ranaldo y Steve Shelley, de Sonic Youth, fueron los productores de 1990, el disco con el que Johnston dejó de acompañarse exclusivamente con sus tecladitos y se animó a poner guitarras. Paul Leary, de los Butthole Surfers, hizo lo propio con Fun (1994), su trabajo de sonido más ajustado a las convenciones técnicas. Los Yo La Tengo popularizaron su tema “Speeding Motorcycle”. Y Kurt Cobain hizo lo suyo al mostrarse con una remera de Hi, How Are You, un disco que Johnston había grabado en 1983, en medio de una de sus crisis nerviosas, y cuya portada, como era usual, había ilustrado él mismo.

De comportamiento errático, Johnston solía cancelar muchos de sus espectáculos a último momento, o incluso abandonar el escenario en mitad de un recital. Su concierto en Montevideo, por ejemplo, fue aplazado casi un mes. En 2017 había resuelto no realizar más giras. Quedaron su voz quebradiza, sus versos de desamor extremo, su mundo entre infantil y sobrecogedor.