“Me pareció increíble, encantador y espectacular. Me levantó el ánimo, y es muy difícil levantarme el ánimo a mí: quiere decir que hicieron casi un milagro”, dice Maximiliano Angelieri, de Exilio Psíquico. En 2019 volvió a Uruguay luego de vivir los últimos 16 años en su Italia natal, y ahora lanza esa sucesión de adjetivos para describir lo que sintió cuando apenas pisó nuestro suelo y “un montón de bandas” lo invitaron a tocar, empezando por la de su compinche de todas las horas, Riki Musso, por supuesto. Así las cosas, empezaron a tocar bastante, y como desde Roma Angelieri se trajo canciones, además de ropa y todo eso, decidieron grabar un nuevo disco.

Exilio Psíquico se formó a principios de los 90, cultivó un estilo de pop-rock alternativo, con varias formaciones pero siempre manteniendo al tano como capitán, con su dosis justa de ironía, humor, nihilismo y bajón, que se puede encontrar concentrado, por ejemplo, en la canción “Detesto (y no es un eufemismo)”.

En la primera época la banda editó cuatro discos; el último fue el vivo Sin luz, sin gas y sin teléfono, grabado mucho antes pero que por esas casualidades se editó justo en 2002. Luego vino la crisis, Angelieri se instaló en Italia y la banda quedó en un largo parate. En 2014 volvió con el disco Jugando siempre en segunda división, bajo el nombre Maxi Angelieri & Casi Exilio Psíquico, con la producción –a 10.000 kilómetros de distancia– de Riki Musso, porque el tano seguía en Italia.

Angelieri volvió a su segunda tierra en enero de 2019, pero estuvo por acá en forma intermitente, ya que no vive de la música sino como sonidista de películas, series y afines, así que iba y venía. Pero desde marzo, por la famosa pandemia, se instaló por estos lares, y cuenta que por lo menos un añito se quedará, antes de volver por trabajo a Italia. Por eso esta vez Riki pudo trabajar en el disco y no a distancia, o al menos no a tanta distancia como la última vez.

El nuevo álbum se grabó en Tío Riki, el estudio del ex guitarrista del Cuarteto de Nos, y fue producido totalmente por él, según Angelieri, con la regla final cut, ya que Musso avisó: “Yo produzco el disco pero hacen lo que digo”. La banda, que sigue llamándose Maxi Angelieri & Casi Exilio Psíquico, en la actualidad está integrada por Orlando Fernández (Buitres), Andrés Coutinho (Eté & Los Problems) y Javier Depauli, además de Angelieri y la producción estelar de Musso.

El disco saldrá el 13 de noviembre y su primer corte de difusión verá la luz el jueves 17 de setiembre, en coincidencia con la segunda presentación de la banda en La Cretina (Soriano 1236), con cubierto artístico a 200 pesos. El primer toque será este jueves, siempre a las 21.00. El disco será editado por Little Butterfly Records y saldrá tanto en formato digital como en CD. Angelieri hace énfasis en la edición física: “Porque somos todos viejos y queremos que haya algo sólido; si no, nos parece que el disco no salió. Ya el anterior, Jugando siempre en segunda división, pensé que iba a ser mi último CD”.

Sertralina, mon amour

Angelieri dice que en la grabación del nuevo disco Musso decidió “muchísimas cosas” sobre la música –de hecho, fue el álbum en el que más decidió–, pero siempre dentro de la “onda indie” de la banda. “Tiene poco teclado, mucha más guitarra y partes vacías. No hay tanta instrumentación como estábamos acostumbrados a meter, que había acordeón y 18 guitarras. Tiene la batería bien fuerte, natural, cambió bastante el sonido, pero en realidad todos nuestros discos, si los escuchás en fila, son diferentes entre sí; no tenemos un sonido continuo”, dice el músico.

El disco nuevo se llamará Sertralina, mon amour, así que obviamente en lo que a letras se refiere “sigue jugando en segunda división”, dice Angelieri, ya que no es “un álbum alegre” (la sertralina es un famoso antidepresivo). “Las canciones pertenecen a una época en la que no era un tipo muy alegre. Creo que nunca lo fui, pero hubo momentos en que estaba un poquito menos alegre que otros. Algunas son de hace un año y medio o dos, y hay un par que pertenecen a la época en que todavía estaba acá, con Exilio, pero que nunca habíamos grabado: como las letras y el tipo de música quedaban bastante bien con lo que estábamos haciendo, decidimos meterlas en lugar de otras nuevas”, cuenta.

Comparado con 2003, el año en que se fue, Angeleri encuentra muchas diferencias en la escena musical local, más que nada porque notó “montones” de bandas más. Por ejemplo, en este momento trabaja en el programa de música Ojos rojos, de TV Ciudad, y recuerda que antes estaba en un programa de radio y “tenía problemas para programar mucha música uruguaya” que le gustara. En cambio, ahora “quedan videos afuera”, porque no les da el tiempo para incluirlos. “Desde ese punto de vista mejoró muchísimo. Quedé muy impresionado por la cantidad de buenas bandas que hay”, agrega.

Para los dos shows en La Cretina la banda preparó una lista de 23 canciones, de las viejas y algunas nuevas, pero al ensayar se dieron cuenta de que no podían tocar todo porque si no el toque no termina más. Por lo tanto, habrá canciones diferentes en los dos shows, y entre las viejas habrá algunas que nunca fueron tocadas en vivo por Exilio. “Algunas van a ser una sorpresa. Hasta para nosotros, porque tuvimos que escuchar el disco y empezar a buscar los acordes; nadie se acordaba, ni yo ni Orlando, era como si las hubiera hecho alguien más”, confiesa.