Sobre Refugios, una exposición de Elisa Ríos

En el marco del mes de la mujer, la Fundación Fucac instaló la exposición Refugios, de la artista visual uruguaya Elisa Ríos. En principio estaría abierta hasta el viernes 26 de marzo, pero poco antes de esa fecha debió cerrarse por la situación sanitaria y finalmente, luego de lo que la artista describe como “una lucha colectiva con el grupo Artistxs visuales del Sur (69 mujeres artistas de acá)”, se resolvió mantenerla abierta al público durante esta semana.

La muestra se compone de ocho series de obras que Ríos ha ido desarrollando a lo largo de los últimos 20 años de trabajo.

Son interesantes las relaciones y los diálogos que se generan entre las distintas piezas a través del tiempo, las formas y los materiales. En todas hay delicadeza, cuidado por el detalle e historias mínimas, y una sutileza que las traspasa.

A Elisa Ríos le gusta trabajar con series; la idea de repetición y secuencia la seduce. La vincula con esa búsqueda de la parte mínima de las cosas en donde todo, en definitiva, lo vivo y lo inerte, se vuelve materia y las diferencias se difuminan. Una idea que se vincula con su pasado de estudiante de bioquímica.

Estas series y este gesto iterativo nos llevan también a pensar en las capas, en los medios con los que trabaja, en las transparencias, que están presentes casi de forma constante en su obra, en los materiales de sus inicios, como la resina, cuyo uso continúa hasta la actualidad con láminas de PVC intervenidas o la creación de entramados de lana. Estas capas son como veladuras que se interponen e inciden en el público, en el entorno y en nuestra percepción del mundo.

La artista confiesa que le gusta crear recorridos y espacios inmersivos en los que el público se confunda e interactúe con la obra, la habite. En sus exposiciones intenta generar un vínculo cercano y participativo con la audiencia a través del montaje y el uso del espacio, para que forme parte de la obra. Pero, y aunque esa sea su intención, en esta oportunidad esto se logra a medias, ya que la sala que alberga la muestra es un espacio de tránsito, por lo que lo inmersivo cede lugar a la circulación. En este recorrido sensible llegamos al grabado, otro elemento recurrente en Ríos, que le permite dialogar con su imagen, con lo autorreferencial y la introspección, y también permite la repetición y la superposición. Hay una intención performática en sus grabados: el cuerpo se vuelve materia y forma que moldea y deja su huella en la obra. Si bien gran parte de su trabajo es autorreferencial, a través de su figura y su rostro podemos repensarnos y cuestionarnos.

También, y a modo de sorpresa, nos podemos topar con incrustaciones de pequeños objetos curiosos, cual objets trouvés que se cuelan dentro de las piezas. Una vez más, es el mundo circundante de la artista y sus objetos que se introducen en la obra. Ríos colecciona, junta, compra y recolecta pequeños objetos en ferias y santerías, que luego pasan a formar parte de sus creaciones.

En su producción artística indaga sobre lo simbólico y el pensamiento mágico; se puede encontrar un cierto repertorio de elementos simbólicos que se retoman de una serie a la otra: los peces, las perlas, las plumas, las mariposas... Las imágenes seleccionadas no son inocentes o anodinas, sino que reflejan el mundo simbólico de la artista, al que pertenecemos y que decodificamos de distintas formas.

Entre sus influencias, Ríos menciona los trabajos de Louise Bourgeois y sus investigaciones sobre el inconsciente, a Mona Hatoum, en el cuestionamiento de lo femenino y el uso del espacio, así como la obra de Eva Hesse, que trabajó con resina y arte textil. Todas artistas mujeres a las que admira y observa con cuidado detalle.

Esta exposición, aunque breve, funciona a modo de “retrospectiva caprichosa” o síntesis de la labor y las indagaciones que Ríos viene haciendo desde hace años. Su historia personal y su mundo interno se solapan con su quehacer artístico, indisociables, como su ser mujer y su obra.

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