La naturaleza inquieta de Gabriel Frugone lo ha llevado a desempeñar las actividades más diversas y también a mudarse a varios kilómetros de su Uruguay natal. Radicado en Ciudad de México, acaba de ganar un premio literario por su obra ¡¿Pero qué @#∞ le pasa a mi cafetera?!, libro protagonizado por el pingüino Florentino, al que le gusta vestirse de aviador aunque no lo sea.
Mientras tanto, prepara la segunda temporada de Perrita del Espacio, la animación que, tras triunfar en la convocatoria Pitch me Anything fue emitida por Cartoon Network.
De sus variados proyectos y de lo que le queda por hacer (como lograr la paz mundial), conversó con la diaria.
¿Qué recuerdos tenés de tu participación en la revista ¡Guacho!?
Lo recuerdo como un gran espacio de creación, libertad y experimentación. Siempre me proponía hacer algo totalmente diferente a lo del número anterior, y también tener varios estilos dentro del mismo número. Creo que surgieron cosas muy interesantes de esa experimentación que tenía la revista.
Vivís en México. ¿Cómo llegaste ahí?
En un momento sentí que tenía que seguir la búsqueda de crecimiento y de desafíos artísticos. Siempre me había gustado lo (poco) que conocía de México: la lucha libre, la fascinante y poderosa cultura visual, los mayas, las calaveras, las pirámides, Jorge Campos... Y bueno, en ese momento de búsqueda de nuevos rumbos las piezas se fueron acomodando y el destino se hizo claro.
Has hecho de todo. ¿Fue por necesidad o por ser de naturaleza inquieta?
Ambas. Y sigue siendo así. Me gusta estar involucrado en cada área de lo que hago y aprender de todo. Por supuesto que hay cosas que prefiero delegar, o no hacer en lo absoluto, pero siempre me termino involucrando.
¿Cómo fue dar el pitch de Perrita del Espacio a Cartoon Network y resultar ganador?
Cuando salió la convocatoria me puse a revisar ideas y apuntes sueltos, y revolviendo encontré un apuntecito de una historia muy pequeña. Un chistecito muy simple, una ideíta garabateada de una perrita heroína. Me gustó y la rescaté. Se la mostré a Jessica, mi novia, y también le vio el potencial enseguida, así que decidí hacerla animada y presentarla a la convocatoria. Jessica y su hermano le pusieron audio.
El proyecto gustó y quedó entre los finalistas, así que fuimos a pitchear en persona en el festival, en Cuernavaca. Salí muy contento de la reunión de unos 15 minutos, porque todo fluyó muy bien; todos los presentes se rieron mucho y se veía que les gustaba el proyecto. Al otro día dieron los resultados, y todo fue felicidad y galaxias caninas.
¿Cómo fue el proceso de trabajo? Porque llevó un rato poder verla en pantalla.
Estos procesos son largos de por sí. La animación es un proceso laborioso y a veces lento. A eso se le sumaron cuestiones burocráticas, contratos, búsqueda del equipo, etcétera, además de cuestiones puntuales del momento. Se hizo un poco complicado el arranque, pero quedaron muy contentos con el resultado. Y cuando presentamos un avance en el festival Pixelatl, la respuesta del público fue buenísima. Sentimos que todo había valido la pena y que la vida es bella.
¿Cuánto delegaste en este proyecto?
En los primeros capítulos delegué la parte más laboriosa de la animación: dibujás algunos fondos, personajes secundarios... Aunque yo dirigí e hice de todo, también. Y todo el diseño de audio lo hicieron Jessica y su hermano Jonatan conmigo.
Para la nueva temporada trabajamos con el mismo equipo de animación, pero con mucha menos participación de ellos. Yo me involucré mucho más en el proceso y estuve animando y dibujando muchísimo más. En los guiones de esta temporada también tuve apoyo de Jessica y Kabir. El audio lo hizo un estudio, bajo dirección de Jessica y mía.
¿Cómo llegaste a esta segunda temporada?
Cuando en Cartoon Network vieron los primeros episodios cortitos, les gustaron mucho y enseguida me ofrecieron hacer estos capítulos de un minuto y medio que se verán próximamente.
¿Vamos a poder conocer más de la protagonista?
¡Sí! Vamos a conocer más de Perrita del Espacio, de su vida como heroína y de su vida personal y... ¿Sentimental? ¡¡¡Shhhhh!!!
Hace poco ganaste el Premio Apila Primera Impresión con tu obra ¡¿Pero qué @#∞ le pasa a mi cafetera?! ¿Qué representa este reconocimiento?
El Premio Apila me está abriendo la puerta a la publicación de libros ilustrados, algo en lo que hasta ahora no había incursionado y disfruté muchísimo y quiero seguir haciendo.
El libro surgió específicamente por y para esta convocatoria, aunque, igual que con Perrita del Espacio, la idea base estaba escrita antes en algún apunte random. Cuando lo terminé, sentí que era un libro que merecía ser visto, independientemente del resultado. Se lo mostré a Jessica y me dijo eso mismo: “Este libro tiene que salir, si no es acá, en otro lado, pero tiene que salir”. Y se ve que el pingüino Florentino irradia eso, porque el jurado también pensó que la historia merecía ver la luz.
¿Qué te queda por hacer?
Publicar más libros, hacer más series animadas, cortos, exposiciones, películas, la paz mundial, descubrir los secretos del universo y la verdad absoluta, y tomar unos mates con Genndy Tartakovsky y Dan Harmon.
Influencias, por Gabriel Frugone
De chico me gustaba mucho Astérix y me leí todos los números que tenían en la biblioteca del barrio, que eran casi todos. Desde siempre busco cómics y libros viejos de todo tipo: infantiles, de ciencia ficción, del oeste, humorísticos, de lucha libre, de terror... todos.
De series animadas me dejé influir bastante en su momento por Robot Chicken. Disfruto viendo Rick and Morty, Pickle y Maní, Gravity Falls. Cosas raras que encuentro por ahí, como Nikita Diakur, Jack Stauber, Querida Conchi, Jonathan Pillows, etcétera. Casi todo lo de Cartoon Network de hace años: La vaca y el pollito, El laboratorio de Dexter, Las Chicas Superpoderosas. Y también de su segunda época de oro, con Adventure Time, Tío Grandpa, Clarence, y, por supuesto, la máxima genialidad universal y maravilla absoluta: Gumball. Una de las dos mejores series animadas de todos los tiempos. La otra es, claro, Samurái Jack. La perfección hecha serie. Genndy Tartakovsky siempre ha sido una enorme influencia e inspiración para mí.
En cuanto a cómics, tengo algunos referentes del under estadounidense, como Robert Crumb, Charles Burns y Daniel Clowes. De la Fierro, el magnánimo Esteban Podetti, Pablo Fayó y Max Cachimba. Fabio Zimbres y Jaca, de Brasil. Luego, y sobre todo en la actualidad, el indescriptiblemente talentoso y genial Chris Ware. Y dibujantes, por citar algunos de los que admiro hace mucho, diría Mark Ryden, Jack Kirby y Gary Baseman. Aunque, bueno, la lista de creadores que admiro crece casi literalmente cada día.