El sábado tendrá lugar la primera experiencia de un “pase responsable” en un espectáculo público: los asistentes deberán realizarse un test de antígenos antes de ingresar y llevar el tapabocas puesto en todo momento, según informó el asesor de Presidencia Nicolás Martinelli.

La obra elegida para este primer piloto es Workshop Coreográfico 2021, a cargo del Ballet Nacional del Sodre y bajo la dirección de María Noel Riccetto. Se llevará a cabo en la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta, con organización del Ministerio de Salud Pública (MSP), el Ministerio de Educación y Cultura y el Sodre.

Los invitados al espectáculo, alrededor de 100, serán autoridades de los mencionados organismos, así como legisladores de las comisiones de salud de Senadores y Diputados. Todos ellos deberán presentarse 45 minutos antes del comienzo para someterse a los test de antígenos. “Se van a aplicar todos los procedimientos de control que tenemos previstos para ver que no se generen aglomeraciones, que la cosa funcione bien y que la función pueda empezar en hora”, dijo el ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, a Radio Montecarlo.

“Esto es parte de los esfuerzos que está haciendo el gobierno por volver lo más rápido que se pueda al desarrollo normal de las actividades culturales”, explicó el jerarca. “Estamos desarrollando métodos que permitan tener espectáculos a sala llena o casi llena, y al mismo tiempo hacerlo de un modo que impida la reproducción de los contagios”.

El jerarca también habló del tema con En Perspectiva, y allí aclaró que este “pase responsable”, una vez implementado, no será obligatorio. “Esto es para aquel que quiera aumentar el aforo”.

“La idea es tener un abanico de soluciones a disposición de los actores culturales”, y que cada actor cultural pueda decidir su uso en función de las condiciones en las que opere. “No está pensado para ser impuesto al conjunto del sector”.

María Inés Obaldía, directora del Departamento de Cultura de la Intendencia de Montevideo, fue consultada por Informativo Sarandí al respecto. “Nos parece saludable, por decirlo así, que se esté generando una herramienta para tratar de ver cómo es el después, cómo es la salida de esto”, opinó.

“Hay una enorme necesidad de que muchísimos espectáculos estén abiertos, porque son una fuente de trabajo y porque sabemos que la gente lo está pasando muy mal”, agregó.

Certezas

Héctor Guido, director del teatro El Galpón, dijo a la diaria que “más allá del obvio deseo de recuperar el trabajo y empezar de apuro a abrir los teatros”, lo primero es tener “una certeza sanitaria de que no estamos exponiendo la salud de ninguno de nosotros. Estamos lejísimos de tener esas garantías”.

“Nosotros cerramos sin necesidad de que nos prohibieran, porque fue un acto de conciencia, de preservar la salud de los integrantes. Vamos a abrir cuando entendamos que están dadas las condiciones de darles certezas a los artistas y al espectador”. De todos modos, agregó que una suerte de “pase verde” es interesante. “Está bueno saber quién está sentado en la butaca. No sé en el escenario cómo se puede aplicar”.

Por medio de su presidente, Washington Sassi, la Federación Uruguaya de Teatros Independientes dijo a este medio: “El gobierno plantea un plan piloto desconociendo todo lo trabajado hasta ahora. Hay protocolos que son totalmente dejados de lado y vamos a esto, que implica que la gente que vaya al teatro llegue 45 minutos antes para someterse a un test, después del cual le dirán si puede entrar”.

“Además del gran desequilibrio económico, le agregan esto. Consecuencia: la gente se va a quedar en la casa. Se prohíbe y se seguirá prohibiendo, así, el hecho artístico. Esto puede ser la estocada final a la cultura”.