Joan Manuel Serrat se encuentra en nuestro país, ya que en la noche de este martes presentará en el estadio Centenario el espectáculo El vicio de cantar (1965-2022), publicitado como su último show en Uruguay. El lunes de tarde se hizo presente en la sede de la fundación Mario Benedetti donde recibió el Premio Internacional Mario Benedetti 2022 a la Lucha por los Derechos Humanos y la Solidaridad.

Integrantes de la fundación señalaron que “uno de los momentos más difíciles del año” es el de la elección del galardón, ya que “hay muchos momentos de injusticia, muchas situaciones injustas en el mundo, y afortunadamente hay muchas personas que están dispuestas a enfrentarse a esas situaciones. Además, queremos ser coherentes con el ejemplo de nuestro Mario, con su compromiso, con su actitud a lo largo de toda su vida”.

El premio fue compartido: por un lado, se reconoció a la tribu Mundurukú, del norte del Amazonas, en Brasil, que resiste las invasiones de los madereros que talan sus árboles y de los garimpeiros que contaminan sus ríos con mercurio, y por otro, a Serrat, por ser “un consecuente defensor de las causas justas, y un creador que nos ha acercado a través de sus musicalizaciones a grandes poetas como Miguel Hernández, Antonio Machado y a nuestro querido Mario Benedetti”.

“Estoy muy feliz y muy orgulloso de recibir este premio con el que me unen tantas cosas, tantas personas y también tantos sueños”, dijo al recibir la estatuilla, realizada por el escultor uruguayo Octavio Podestá. “Orgulloso por ser un premio que lleva el nombre de un artista y un amigo con el que durante muchos años compartimos los azares de la vida y de nuestro tiempo. Que incluso llegamos a trabajar juntos y hacer un proyecto discográfico realmente muy exitoso, pero que, independientemente de eso, nuestro proyecto de vida fue también muy exitoso”.

Serrat recordó el fallecimiento de varios artistas de nuestro país, empezando por Benedetti. “Lamento profundamente su pérdida, como las pérdidas que estos últimos años han tenido que soportar mi corazón y mi memoria. La pérdida de Eduardo Galeano, la pérdida de Daniel Viglietti. Han sido dolores muy recientes en mi tiempo y muy grandes en la vida. Que el premio me lo otorgue la fundación Mario Benedetti ensancha más esta gratitud”.

“El motivo por el que recibo esto, la lucha por los derechos humanos y la solidaridad, es una razón de vida. Yo les aseguro que no me levanto por la mañana buscando solidaridades y derechos humanos que defender, pero la vida está ahí delante. Y luchar por los derechos humanos, a fin de cuentas, no es otra cosa que luchar por uno mismo. Es una actitud, en el mejor sentido de la palabra, egoísta, pero es así. Y la solidaridad es algo sin lo cual esta vida tendría mucho menos sentido”. Para el cantautor, la palabra solidaridad está “tan devaluada, tan manoseada y tan maltratada”, que luchar por su causa y la de los derechos humanos “se reduciría a una sola palabra: justicia”.

“Cuando vivamos en una sociedad justa, todo esto serán pequeñas connotaciones alrededor de las que nos tendremos que mover. Luchar por la solidaridad, pero sobre todo luchar por la justicia, por la justicia de cada día, la justicia y la libertad que hemos de ganar cada día y que si no peleamos por ella y si no mantenemos una actitud de defensa, nos la arrebatarán poco a poco. La historia ha sido así de clara con todos nosotros. Hagámosle caso en esto a la historia”.

Luego, la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos le entregó un pañuelo de “Verdad y justicia” y una remera de “Todos somos Familiares”, con las que posó emocionado. “Cuántos años llevamos ya con esta tremenda tragedia”, reflexionó. “Cuántos años de búsqueda. Cuántos años sin resolver. Pues habrá que seguir. No queda otra. Hay que seguir con la esperanza que nos dieron las madres, con la esperanza que nos dieron las abuelas, con la esperanza y con el espíritu que habéis demostrado todo este tiempo. Los que venimos detrás tenemos que seguir hasta que todos y cada uno de los casos se aclare. Puede sonar realmente a una fantasía, pero también lo sonaba cuando se encontró el primero”.

A ese momento emotivo le siguió uno más distendido, cuando Serrat fue abordado por el periodismo. Sobre esta gira de despedida, dijo: “La estoy viviendo con más emociones. A medida que va avanzando, a medida que el ciclo se acorta, las emociones llegan con mucha más intensidad. Cada día es distinto, porque cada día es un lugar, cada día son muchos recuerdos los que se agolpan. Uno va cantando entre recuerdos y emociones. Estoy contento, satisfecho, muy feliz, y también con tristeza por los caminos que no se han de volver a recorrer”. Y agregó que, más allá de la despedida, “va a ser una fiesta”.

También contó su experiencia en pandemia. “En primer lugar, me sentí feliz por todo lo que tenía alrededor. Vi la dificultad que tenía mucha gente, el problema que significaba tener que estar en sus casas, con unos espacios muy pequeños, sus cinco hijos, y sin poder salir, sin poder llevarlos a la calle. Pensé en lo afortunado que yo era de tener un jardincito en donde había pájaros. Me di cuenta de que cuando nosotros estamos apartados de la contaminación, del daño de la urgencia, ellos viven y se multiplican. Había más que nunca, comían más cerca de mí. Eso me hizo pensar en muchas cosas”.

“Pero yo también me di cuenta de que vivíamos un tiempo difícil, en el cual se estaba produciendo una terrible enfermedad y al tiempo una terrible injusticia. La gente que tenía dinero podía vacunarse y la que no tenía dinero no podía vacunarse. Es decir que el dinero marcó una línea entre la salud y la muerte”.

Finalmente, el artista de 78 años habló sobre su retiro de los escenarios. “Creo que un hombre, en un momento determinado, tiene que decidir dar un paso atrás. Irse en un momento en el que todavía conserva un estado físico que le permitiría hacerlo, que todavía tiene la ilusión por subirse a un escenario y cantar, todavía tiene la gente que viene a verle... Ese es un buen momento para decir: ‘Muchachos, ya estaría bien’”.

Más reconocimientos

Este miércoles a las 17.00 Serrat recibirá el título de doctor honoris causa de la Universidad de la República (Udelar), distinción que, según comunicó la casa de estudios, “se otorga a quienes hayan prestado una contribución notable al progreso de la ciencia, la cultura o el bienestar general”.

La actividad será en el Paraninfo y se accederá solamente por invitación. Sin embargo, podrá verse en vivo a través del canal de Youtube de la Udelar.

El vicio de cantar (1965-2022), último show en Uruguay de Joan Manuel Serrat. Estadio Centenario a las 21.00. En horas de la noche todavía quedaban entradas en Acceso Ya para los anillos laterales, anillo 3 y plateas preferenciales, centrales y laterales, con precios de entre $ 2.200 y $ 13.200, a los que hay que sumarle 10% por el servicio.