“Desde que se abrió el cráter cultural y anímico de estos dos últimos años, esta va a ser la primera vez que presentamos el disco en Montevideo con el público de pie”, dice Martín Buscaglia sobre el concierto que darán el próximo viernes en La Trastienda. La posición corporal de los asistentes no es gratuita, ya que, según asegura, “siendo los Bochamakers una banda eminentemente polirrítmica, con énfasis en el groove candombe-funk-prog-roots, como quieras llamarle, la manera adecuada de asistir a un concierto es esta, de pie. Escuchar a los Bochamakers sentado es como querer entrar a una casa por la claraboya y no por la puerta”.
La versión 2022 de la banda de Buscaglia forma con Matías Rada en guitarra, keytar y voz, Martín Ibarburu en batería y coros, Nacho Mateu en bajo, teclados y coros, y se incorpora para esta ocasión Santiago Coby Acosta en percusión, “para que prepondere el aspecto jungla de la cosa”. Más allá de integrantes, los Bochamakers son garantía de swing y excelencia, a medio camino entre una orquesta de sesiones y una convención de repentistas. Como augura el póster que promociona este show, una especie de Los magníficos del ritmo. En esta oportunidad, además, participarán como invitados Davus, Knak, Lucas Mateo y Oncelote de la crew TCB, “gladiadores del trap joven uruguayo más intenso y desfachatado”.
Como para la mayoría de sus colegas, el fin de la emergencia sanitaria significó para el músico nada más y nada menos que volver a trabajar en condiciones normales. “La pandemia fue un momento tétrico, antimusical, en el que no hubo ni ritmo ni armonía ni melodía. Una emergencia espiritual de consecuencias catastróficas que ahora parecería que se quiere barrer debajo de la alfombra”. Buscaglia fue de los músicos que no se sumaron a la alternativa de toques por streaming, “donde se tocaba en las peores condiciones posibles, con el peor audio posible, sin escuchar ni ver al público y, para más inri, absolutamente gratis”. También se mostró crítico con el tratamiento que tuvo el sector durante la emergencia, entre aforos limitados e iniciativas de pases verdes.
Más allá del padecimiento, confiesa que a Basta de música, editado en marzo de 2020, le hicieron bien las “vacaciones forzadas” de la cuarentena, ya que significó un tiempo extra para escuchar la obra una y otra vez, disciplina que en los últimos tiempos es cada vez más inusual. El disco tuvo una muy buena recepción, fue nominado en los Premios Gardel de Argentina en la categoría Mejor álbum canción de autor y ganó como mejor álbum pop en los últimos Premios Graffiti.
“Cuanto más cosas hago / tengo más energía. / Cuanto menos hago / más vago”, canta el Peter Pan de la música uruguaya en “Chuza”. A punto de cumplir 50 años y a 25 del debut discográfico, les quita importancia a las efemérides. “No me detengo a mirar atrás, sinceramente siempre estoy metido en muchos proyectos que me fascinan y exigen concentración. Pero cuando me lo hacen notar, siempre es emocionantísimo. Todos los discos que he hecho, los programas de radio, las sesiones de DJ, las colaboraciones con otros artistas, las producciones, la música para teatro, para niños, los videos, los libros, hasta las entrevistas, todo son cuentas de un mismo collar”. Con respecto a su discografía, asegura que no envejeció, o, dicho de otra manera, que lo hizo con elegancia. De todos sus discos sigue tocando canciones en vivo. “Parte de lo bello y poderoso que tiene este oficio es que te da la posibilidad de que todo se vuelva más intenso con los años, es una labor perenne. Veo que cada nuevo disco se suma al corpus anterior y lo resignifica. Y obviamente recibir el cariño de las generaciones más jóvenes, así como de los veteranos que fueron tus referentes, no puede más que emocionarme”.
Este viernes Martín Buscaglia y sus Bochamakers vuelven a los escenarios con la promesa de repasar buena parte del Basta de música, además del repertorio histórico del artista y nuevas composiciones. Al ser el primer concierto capitalino tras el fin de la emergencia sanitaria, seguramente tendrá una buena dosis de celebración, como para gritar ¡basta de silencio! De pie, señoras y señores.