Para su libro La historia interminable (1979) el escritor alemán Michael Ende inventó a Morla, una tortuga gigante y anciana que de tanto dormir olvidó los mundos de fantasía y su propio ser, para mostrarle a Atreyu, un joven guerrero, el peor de los escenarios posibles. En 1984 el director Wolfgang Petersen llevó este cuento a la gran pantalla e hizo célebres a un perro volador, un niño víctima del bullying, y también al animal de gruesa caparazón que en el verano de 1998 unió a una banda de estudiantes madrileños, amantes de la música sensible y la épica oscura de los perdedores, bajo el nombre Vetusta Morla.

El cantante Juan Pedro Martín Almarza, el baterista David García, el percusionista Jorge González, el bajista Alejandro Notario y el guitarrista Guillermo Galván fueron los fundadores del grupo, al que se sumaría luego el guitarrista y tecladista Juan Manuel Latorre. En el 2000 grabaron 13 horas con Lucy, su primer demo, y, embarcados en la aventura de una banda de rock con pretensiones, les fue bien en varios concursos locales.

En 2004 actuaron en la televisión pública del país europeo y en 2008 Un día en el mundo, su primer larga duración (editado en forma independiente por su sello Pequeño Salto Mortal), recibió las mejores críticas de la prensa especializada española.

El éxito de Vetusta Morla es acaso comparable con el de leyendas del rock de Hispanoamérica como Barón Rojo o Héroes del Silencio, pero hasta cierto punto. Estos madrileños –mucho más poperos que los nombrados– ya llevan más de dos décadas de pie y sus muchos himnos siguen sonando en multitudes de estadios de fútbol.

A David García le dicen El Indio. El primer instrumento que tocó fue un bongó cubano, y si bien pasó por una época de fanatismo por los Black Crowes, la exploración en los sonidos de su instrumento lo han acostumbrado a relacionarse con los más diversos ritmos, como los del flamenco y la música afrocubana.

En diálogo con la diaria dice que en los conciertos más pequeños, como el que brindará su banda en Montevideo, disfruta de la cercanía con el público y de los efectos que pueden producir sus canciones más queridas en un entorno más íntimo, distinto al del estadio Metropolitano de Madrid, donde grabaron su disco en vivo Bailando hasta el apagón, editado en 2022.

Las melodías más conocidas del Morla –como “Cuarteles de invierno”, “Boca en la tierra” o “Copenhague”– se caracterizan por crescendos de pequeños arreglos y arrebatos sinfónicos de profunda melancolía y atractivos abismos, en sintonía con el preciosismo de The Beatles y la paleta sonora de Radiohead. Algunas de las canciones que se podrán escuchar en La Trastienda están incluidas en Cable a tierra, su último disco y el más arriesgado, con los músicos puestos al servicio de los ritmos tradicionales de la música popular española.

“Como casi todas las cosas que solemos hacer, siempre acaba quedando algo impregnado en nuestra identidad”, dice García sobre el reciente cambio estilístico del grupo. “De hecho, justo ahora, vamos a presentar la banda sonora que grabamos para la película El amor de Andrea (Manuel Martín Cuenca, 2023), y cuando la escuches vas a notar que hay un punto de continuidad con Cable a tierra”, comenta. Vetusta ya había trabajado con Cuenca en la música de su película La hija (2021).

No es el único experimento con el que el grupo parece alejarse cada vez más de su sonido indie. En 2021 los madrileños invitaron al rapero argentino Wos para sumarse a una versión en vivo del tema “Clásico de sabios”, y junto a No Te Va Gustar acaban de editar “Yo sabré qué hacer”, una típica canción de los uruguayos.

Vetusta Morla se presenta este miércoles 4 a las 21.00 en La Trastienda (Daniel Fernández Crespo 1673). Entradas a $ 2.100 y $ 2.600 en Abitab.