Carola Zelaschi es compositora, productora y baterista. Como sesionista ha participado en grabaciones y espectáculos en vivo junto a diversos artistas de la escena argentina; es fundadora de la banda de punk noise experimental Blanco Teta, tiene un dúo eléctrico con Tomás Aristimuño y compone piezas para obras de teatro y danza en las principales instituciones de Buenos Aires. De personalidad inquieta, en 2017 decidió embarcarse en un proyecto de composición ambicioso: una obra instrumental interpretada por un ensamble de 13 músicos. Luego de dos años de intenso trabajo, la idea cobró forma en Panal, una historia contada en ocho canciones y su primer disco ideado en solitario.

El álbum fue un éxito, tanto así que le valió a la artista la experiencia de participar del Gonzervatory en Alemania, un workshop para músicos, iniciativa del pianista Chilly Gonzales. Pero mientras aún disfrutaba de las mieles de su primera experiencia creativa en solitario, Zelaschi decidió hacer borrón y cuenta nueva para trabajar en un nuevo material de estudio. Despojada del cariz orquestal de su anterior composición, se atrevió a experimentar con la escritura de letras en voz de un álter ego.

Así nació Carolo, un trabajo de montaje y collage, construido con base en composiciones de Zelaschi y retazos pescados de las profundidades de internet. La artista considera cada álbum como una investigación; para concebir Carolo debió sumergirse en la música electrónica, liderando una búsqueda exhaustiva de música liberada en la web con el objetivo de construir un sonido digital y bailable con espíritu rave. La portada, que muestra a Zelaschi envuelta en fuego y empuñando una motosierra, adelanta la atmósfera apocalíptica que caracteriza al álbum: una voz irreverente que se reconoce en guerra.

Con “Bits para ratas”, el disco abre envuelto en un electropop propio de la banda sonora de un videojuego. La voz de Zelaschi, lejana y fuertemente distorsionada, repite “metralleta, machete” mientras alarmas suenan a lo lejos, perdidas entre progresiones que aceleran el ritmo de manera frenética. En “Morbo”, segundo tema de Carolo y primer adelanto publicado por la artista, todo se enlentece de forma marchosa. La voz es más clara y cobra un rol protagónico y provocativo, en un único verso de lírica guarra y porteña.

A pesar del nuevo álter ego, Carolo sigue siendo Carola Zelaschi, una artista seducida por la música instrumental, que se manifiesta en “KIkiKIki” y “PURGA”. El primero, un track futurista y alienígena, donde lo sintético prevalece pero, por momentos, da lugar a un teclado más tradicional como conductor de la melodía, mientras que el segundo, junto a la tecladista Flor Iribarne, se introduce en la electrónica ambient.

En solitario pero no en soledad

Si bien Carolo está concebido como un proyecto solista, las colaboraciones abundan. Además de la mencionada Iribarne, Fernando Kabusacki, referente de la música instrumental argentina, es responsable de gran parte de las guitarras del disco. En tanto, Mariana Michi –figura estelar de la denominada nueva escena argentina– y su baterista Sofía Naara colaboran en “Monokel”, mientras que Agustín Zuanigh, trompetista de La Delio Valdez, aporta sus vientos en “Balada”.

Exactamente a la mitad del álbum, “FribRitni” irrumpe como el caballito de batalla de Carolo. Último adelanto del disco, la colaboración con Lucy Patané (Las Taradas, El Tronador y La Cosa Mostra) tiene su épica pop impresa en todos lados. Las guitarras más rockeras del disco y una percusión potente resultan en un ritmo que envuelve e invita a bailar. Homenaje al movimiento Free Britney, creado para terminar con la tutela impuesta sobre Britney Spears, Zelaschi definió el tema como el resultado de su adicción a Youtube y el amor por el mashup.

Alianza Sonamos y Little Butterfly Records

Con el lanzamiento de Carolo se consolida la alianza entre el sello local Little Butterfly Records y su par argentino Sonamos, fundado por la artista Juana Molina. El disco es el primer material nuevo editado por Sonamos, que debutó en las bateas a mediados de 2021 con la reedición de Segundo, disco de la propia Molina, al que le siguió la reedición del uruguayo Musicasión 4 ½ –con El Kinto como principales protagonistas– y Una linterna de Candelaria Zamar, lanzado originalmente en plataformas en 2019.

Carolo. Sonamos, 2023. En plataformas.