Una de las telenovelas más famosas de Estados Unidos es The Young and the Restless, pero hoy vamos a hablar de otra telenovela. Y de otro Young. En los últimos años, la ciudad de Río Negro ha dado origen a melodramas difundidos en internet, que se conocen como webnovelas, realizados a pulmón y que han logrado de a poco un reconocimiento internacional.

El próximo domingo se podrá ver en Youtube el tercer y último episodio de El verano que me traicionaste, aunque su creador espera que la historia pueda continuar. En charla con la diaria, Eduardo Maquieira habló de su pasión por el género, de lo aprendido en experiencias anteriores y de cómo, esta vez, la historia gira alrededor de la venganza.

“Hasta el día de hoy, la televisión tiene mucho protagonismo en el interior. En mi casa se convivía mucho con la televisión y a partir de eso fue creciendo mi fanatismo por las historias, más que nada las historias diarias, como las telenovelas”, contó. “Estudié comunicación en Montevideo, pensando en que el día que hiciera un primer proyecto iba a volver a Young y hacerlo ahí, para intentar crear ese mundo de ficción que nunca conocí en el interior”.

En 2010 filmó su primer largometraje y, año a año, sus proyectos crecieron en ambición. Después de la película La vieja, que se exhibió en algunas salas comerciales, decidió finalmente adaptar el género de la telenovela a los tiempos que corren y a las nuevas tecnologías. “Quise que Young tuviera sus webnovelas. Intentar, en capítulos muy cortitos, meter todos los elementos posibles, o al menos los que más me interesaban de la telenovela. Así apareció María Fracasada en 2016 y ya vamos por la cuarta”.

Sobre estos elementos, profundizó: “Primero, cómo acompañan al público. Mucha gente que vive sola o que no está pasando un buen momento, tiene ese encuentro con personajes que empiezan a formar parte de su vida diaria. Esa convivencia e identificación con alguien que te acompaña y te da un mensaje. Y después, todo aquello que logran, quizás hoy sin tanta fuerza, algunas telenovelas de Brasil que se preocupan por temas sociales o ambientales. Están presentes e invitan a reflexionar; eso, de alguna manera, trato de que esté”.

“Solamente hay que cambiarlas un poco. En la telenovela clásica siempre está el macho como premio, y yo lucho contra eso. Puede haber una historia de amor en el fondo, pero no le doy protagonismo. Es más, si puede quedar en el camino, queda en el camino. Me interesa fortalecer al personaje”. También modera el sufrimiento de sus protagonistas. “Veíamos a Andrea del Boca llorar demasiado todos los días y apenas lograba algunos objetivos. Pero no hay que descuidar a las villanas, porque funcionan, y a veces está bueno convertir un poco a la protagonista en villana, para ir contra las protagonistas perfectas”.

Evangelina, siempre Evangelina

“Creo que mis historias siempre tienen un poquito de venganza, pero ninguna se había centrado en eso, y desde Avenida Brasil hasta un clásico como Marimar tienen la venganza como elemento fundamental, que hace más atractiva la historia. Quería que esta vez fuera una protagonista que buscara venganza y fue surgiendo esa idea”. Lo primero que se le ocurrió fue el nombre, El verano que me traicionaste, y a partir de ahí se puso a pensar el resto. “El nombre me gustó, no tenía tan claro cómo iba a ser la traición, y se fue formando esa protagonista que vende empanadas. Quería meter un poco de narcotráfico, también. Y se fue creando ese universo”.

Evangelina (Constanza Benítez) gana un concurso de cocina luego de que descalifican a la otra finalista, Claudia (Rut Bosom). Pero esta última demostrará ser una pésima perdedora y urdirá un plan para que su enemiga termine presa. Esto, que en una telenovela tradicional puede llevar semanas, sucede en pocos minutos. “Quería que la protagonista pasara por muchas cosas. Si iba a estar involucrado el narcotráfico, que pasara en el minuto 2. Si iba a perder su sueño y a ser traicionada, que fuera rápido, para entrar directo en el camino después de la prisión y ver qué hace ella frente a las personas que le hicieron mal. Pero que sea todo lo más rápido posible”.

Maquieira trabaja con un equipo pequeño, pero él trata de que eso sea una ventaja. “Quiero demostrar que no todo proyecto audiovisual tiene que ser una superproducción. A veces los presupuestos se van lejos porque todo debe respetar las funciones que existen en el cine, pero quizás para la televisión no se debería aplicar todas. Se debería dar más importancia al guion, que sea entretenido, y no irse a otras cosas. Se dejó de lado el entretenimiento que quiere la gente y se buscan guiones cerrados, que van más a lo artístico, sin pensar tanto en la audiencia”.

Por eso el creador hace preestrenos de sus obras en cine, viendo qué funciona en la gente. “Es un género abierto. Grabamos tres capítulos y a partir de cómo sean recibidos será si lo seguimos o no. Es el público el que determina hasta dónde van las historias”.

El verano que me traicionaste y las creaciones anteriores de Maquieira pueden encontrarse en Youtube o en estiyu.com.