En el mar de la música popular uruguaya, la canción de autor es una estela ancha y persistente que se pierde en el horizonte. Ese rastro de décadas que han sabido surcar Alfredo Zitarrosa, Eduardo Mateo, Fernando Cabrera, Ana Prada o Gonzalo Deniz, por nombrar algunos, es el que navega desde hace más de 20 años Diego Kuropatwa, con diferentes embarcaciones, pero siempre con la guitarra criolla como remo.

El viernes, Kuropa se presenta en la sala Camacuá para, de alguna manera, despedir El lugar, su tercer disco de estudio, o el cuarto, si contamos el grabado en vivo junto a Rubén Olivera, ese maestro que se fue transformando en compañero de tripulación.

El lugar fue galardonado con el Premio Graffiti 2022 a Mejor álbum de música popular y canción urbana, pero además de estatuillas obtuvo el reconocimiento del público y de eso que llamamos ambiente. En cierto modo, es el trabajo donde decantaron todas sus búsquedas, desde la tradición del cantautor de la que hablamos y que le sirvió de carta de presentación en Y qué dirán [Kuropa y Cía, 2007] a la veta folk rock que mostró en Herencia, de 2015. En El lugar todo esto convive en armonía y está al servicio de inspiradas composiciones, siempre detrás de sus característicos e hipnóticos arpegios y con la canción como un tesoro.

“Creo que es el trabajo más maduro que he hecho hasta el día de hoy. No precisamente porque sea el último disco, sino porque realmente lo considero así. Fue una búsqueda pensada: el volver sobre el trabajo de la guitarra criolla y una búsqueda también en la forma de cantar, de poder expresarme; me quise acercar nuevamente al formato de canción de autor y mezclar esas sonoridades, por un lado las maderas y por el otro lado el mundo más eléctrico donde aparecen programaciones, guitarra eléctrica, batería”, dice y agrega: “Siempre me interesó la comunión entre esos dos mundos, entre lo acústico y lo eléctrico, y creo que en El lugar eso se logró”.

En ese proceso admite que fue clave el trabajo del productor Diego Janssen. “Logramos el producto que de alguna manera tenía en la cabeza”.

Sin embargo, por razones pandémicas y como muchos trabajos de estos últimos años, entre restricciones y protocolos, no pudo hacer el recorrido esperado. “Este es un disco que salió en la mitad de la pandemia, sobre junio de 2021, demoramos un año en poder presentarlo, recién en junio de 2022 tuvo su presentación oficial, pero en realidad tuve poquitas oportunidades para poder tocarlo con todos los músicos que formamos parte. Así que también es la alegría de volver a juntarnos todos para tocar estas canciones”, comenta, a la vez que anuncia la banda que lo acompañará en la sala de la Ciudad Vieja, formada por Andrés Pigatto (contrabajo), Betina Chaves (violín), Adrián Borgarelli (chelo), Esteban Presce (batería) y Federico Mujica (guitarra eléctrica).

Además de repasar su proyecto discográfico, habrá lugar para visitar los trabajos anteriores y “para ir mostrando de a poquito nuevas composiciones ya con la mira puesta en un nuevo material”, las cuales, asegura, siguen esas búsquedas de la unión entre lo acústico y lo eléctrico, pero con otros tipos de lenguajes, “para no repetirme”.

A modo de muestra del rumbo fijado, hace algunas semanas Kuropa presentó un nuevo sencillo que, asegura, es como una continuación de su último álbum, pero no se trata de un tema de su autoría, sino de una versión de “Ves” de La Vela Puerca, canción que la banda grabó para su disco Érase, nada más y nada menos que con Jaime Roos.

Con estas cucardas era un riesgo aventurarse, pero el marinero experiente sabe ubicarse en el mar abierto. Sobre el proceso de elección e interpretación, cuenta: “Estaba mirando videos en Youtube y di por casualidad con una entrevista a Sebastián Teysera de un programa de televisión argentino en donde cuenta cómo había nacido esta canción. La comienza a interpretar con una guitarra criolla y sentí que era bien de un formato canción de autor. Cuando alguien se pone con su guitarra y crea una canción está solo con el instrumento y eso es un formato bien de canción de autor. Realmente me gustó mucho y quise tomar de alguna manera esa esencia y llevarla para mi atmósfera musical”.

En la “Ves” de Diego Kuropatwa, además de la esencia, están las maderas del chelo, el violín y el contrabajo; y también el alma rock de la guitarra eléctrica y la batería, las dos mareas que colisionan en El lugar y que siguen reverberando.

“Si bien no soy alguien que versiona asiduamente, me gustaría poder elegir temas de artistas que admiro y darle otro carácter, otra expresividad, otras texturas y poder hacer a futuro un material con todas esas canciones que me gustan. No lo descarto”, comenta sobre si tiene previsto seguir con las versiones.

Por ahora las velas están desplegadas para desembarcar por primera vez en la sala Camacuá, despedir El lugar y dar pistas de un próximo puerto. Como dice la canción, sólo hay que “soltar las amarras y dejarse ir”; la música, como el viento, harán el resto.

Kuropa en la sala Camacuá, viernes 18 de agosto a las 21.00. Entradas en RedTickets a $ 600.