En la tarde de este viernes, además de su familia, se acercaron a la sala Ámbar de la empresa Martinelli amigos, colegas y allegados para despedir a la actriz y conductora Cristina Morán. “Mi madre fue muy amiga de ella, y me acuerdo de haber ido al cumpleaños de 15 de su Carmencita”, contó una funcionaria del lugar a la diaria, detrás del mostrador de recepción.

En la sala, los arreglos florales de Canal 10, de la Asociación Nacional de Broadcasters Uruguayos y el de la Sociedad Uruguaya de Artistas Intérpretes fueron de los primeros en llegar. Su hija Carmen Morán recibió, entre muchos, a Hugo Giachino, el último compañero de Cristina sobre los escenarios, en la obra La pipa de la paz: “Hasta hace tres meses atrás estuvimos en el teatro. Ella hacía de mi mamá. En ese tiempo pude comprobar el cariño que le tenía la gente”, comentó el actor, y definió a la actriz como “una persona muy sencilla, muy humilde y con mucha fuerza”, que siempre trató de impulsar el trabajo de sus colegas más jóvenes.

“Cristina nos abrió espacio a muchas de nosotras, y aunque ya no esté físicamente, siempre nos va a dar ese empuje necesario para las que vienen detrás”, destacó la vicepresidenta, Beatriz Argimón, que llegó hasta allí también como allegada a la familia. “Era una abuela muy presente, sus nietas eran el motor de su vida”, agregó, al tiempo que adelantó que convocará a otras parlamentarias para organizar un homenaje a la actriz, que también se desempeñó muchos años como periodista: “Todos la reconocieron como una pionera en el mundo de la televisión, pero también es importante señalar su camino en los años en que salíamos de la dictadura, cuando la veíamos peleando por los derechos de las mujeres”, recordó.

Entrada la noche, Carmen Morán salió a la vereda al encuentro con la prensa. “Si yo no estuviera acá con ustedes, ella me estaría rezongando: ‘¡Cómo no estás atendiendo a los muchachos, andá y hablá con ellos’ me diría!”, relató. “En este momento lo que quiero compartir es su legado de amor por la vida, y agradecer por todos los mensajes que me llegan de la gente, en el mismo sentido”, dijo. “Ella era un amante de la vida, una mujer con una vitalidad irrepetible. Decía que el trabajo te hacía libre, y cuando me veía decaída a mí o a mis hijos, era la persona que siempre estaba para contagiarnos energía: ‘Para atrás, ni para tomar impulso, siempre para adelante’ era su lema”.

Luis Muhlethaler, más conocido en la televisión como el Colorado, pasó a saludar, y sin revelar su edad, evocó a la gran artista y sus comienzos en la pantalla chica: “Yo la iba a ver en Domingos continuados, ahí estaba en el 10, y competía con Completísimo de Julio Alonso, que iba en el 12. [Era] Una mujer muy macanuda”, aseguró el mediático, que también recordó que cuando Cristina salía a la calle para hacer móviles era costumbre que la acompañara el camarógrafo, Carlos Pombo. “También iba con Jorge Pérez y con Jorge Rodríguez”, acotó al respecto Eduardo Larrosa, un viejo funcionario, ya jubilado, de Canal 10, que se acercó a una pequeña ronda de conocidos. “En esa época yo trabajé con ella como iluminador y microfonista. Cristina siempre estaba media hora antes que todos para ver qué se necesitaba para la nota que había que hacer. Era de esas personas excepcionales”, destacó Larrosa.

“La conocí allá por el 66”, contó Jorge Rodríguez, que trabajó durante 20 años junto a la emblemática conductora de tevé. “Para los que estuvimos cerca de ella, siempre fue igual. No hay dos o tres Cristinas. Como persona, se hacía respetar, pero también te hacía respetar a vos. Una vez fuimos a un evento. A ella la ubicaron en la mesa principal, y a mí en una mesa en el fondo. Para mí así estaba bien, pero ella les dijo a los organizadores que si no me ponían en su mesa, se levantaba y se iba”, resaltó.

El velatorio continúa este sábado en Martinelli (Canelones 1450) desde las 9.00 y hasta las 11.00, para luego iniciar un cortejo fúnebre hasta el Parque Martinelli (Colonia Nicolich, Canelones).